El Serantes, después de la ducha que regó generosamente la City ayer sábado, se seca con cuatro harapos nubosos y vuelve a señorear sobre la Ría y El Abra. Yo, la mar de contento porque me han llamado cursi en la entrada anterior, regreso a Castilla, tierra austera y poco dada a a frivolidades líricas.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
domingo, 22 de febrero de 2015
Jose lo vio así
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3 comentarios:
Que te digan cursi es un cumplido. ¿Qué sería de nosotros sin los cursis? Sería como comer sin sal ni vino. ¡Arriba los cursis!
Tampoco se pase con castilla q da para mucho ehh
Pues a mi tampoco me parece tan exagerado. La Ria está bien. Y Castilla también tiene lo suyo: montañas nevadas y atardeceres. Adiosle
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