De pronto, en
plena calle Alfonso XIII, bajo un fuerte aguacero, llega corriendo hacia mí una
chica de treinta o treinta y cinco años, que va envuelta en un chubasquero
amarillo con capucha.
—¡Páter, páter,
por fin le encuentro! Llevó todo el día… No es usted el Padre Francisco,
¿verdad?
—Pues no; lo
siento.
La chica finge
que llora. Con tanta agua caída del cielo es fácil improvisar unas lágrimas,
pero su actuación es francamente mediocre.
—Es que el padre
Francisco me dijo que me daría veinte euros para el niño…
—Pues no tendrás
más remedio que seguir buscándolo, porque yo ando un poco escaso y además no me
gusta el teatro.
Me mira con ojos
de rabia:
—¡Sois todos
iguales!
—Vele.
Te has ganado cinco euros por recordármelo; pero no mientas nunca para pedir
limosna. ¿De acuerdo, Raquel?
—No me llamo
Raquel.
—Estamos en paz.
Yo tampoco me llamo Francisco.
9 comentarios:
Jajaja.
Me ha hecho caer en lo útil y graciosa que resulta la frase "sois todos iguales".
Por otra parte, si le acuso de ser todos iguales ¿me dará cinco euros?
¿Siquiera le dio las gracias?
Usted no lo hizo por eso pero hay que ver para creer
Yo no me habría dado cuenta del teatro. Seguro que acabo llorando con ella.
Me voy de retiro a Riaza este jueves. ¿No estará usted allí este fin de semana, por casualidad?
Iguales, iguales no sé, pero a usted no paran de confundirle con otros...
¿Pero qué es eso de "pater"? O sea, quiero decir, sé lo que es, se intuye, pero, ¿dónde se dice? Yo no lo he oído nunca.
No se dice mucho, peo yo lo oigo un par de veces por semana. O así
En círculos militares se dice a todos los curas.
¿Qué debo hacer con un "anónimo" de pocas luces que primero me insulta, a continuación trata de darme una clase de Moral y por último me tutea y me chantajea: "si eliminas mi comentario es que tienes muchísima soberbia"?
¡Qué tropa, colegas!
Ud ignórelo; yo personalmente me e metería a saco con el. Pero eso ya es cosa mía.
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