Hoy hace 64 años recibieron la ordenación sacerdotal tres ingenieros del Opus Dei: Álvaro del Portillo, José Luis Múzquiz y Jose María Hernández Garnica. Fueron los primeros sacerdotes de la Obra después del Fundador.
Nada más ordenarse se repartieron el mundo: Aquí y aquí tenéis dos breves biografías de don José Luis y don José María.
La vida de don Álvaro estuvo ligada a la del Fundador de la Obra hasta el fallecimiento de San Josemaría, en 1975. El 15 de septiembre de ese mismo año, el Congreso general de la Obra, lo eligió por unanimidad para suceder al Padre.
Álvaro, José Luis y José María se fueron al Cielo después de una vida de oración y de trabajo intenso y sacrificado hasta el heroísmo. Muy pronto los veremos en los altares. Sus procesos de canonización ya están en marcha, y el de don Álvaro, especialmente avanzado.
Todos los sacerdotes de la Obra hoy nos miramos en ellos. Nos han puesto el listón muy alto. Pedid al Señor, por favor, que sepamos estar a la altura.
...Y mañana, San Josemaría
Jose Luis Muzquiz y José María Hernández Garnica
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
miércoles, 25 de junio de 2008
Los 3 primeros
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6 comentarios:
La biografía de D. José María la leí en marzo y es muy divertida!.
Es la que llega a un aeropuerto de sudamérica hecho un dandy con sombrero a la moda, no?.
Claro que con lo despistada que soy me puedo equivocar. Voy a ver si encuentro el título.
Benita
Rezo por esa intención.
Necesitamos esa ayuda de todos. Que al leer esta entrada, siquiera una jaculatoria por los sacerdotes.
¡Alfredo! ¡Qué alegría encontrarte de nuevo! Acabo de entrar en tu blog y lo seguiré haciendo. Quien tuviera una sotana blanca como la tuya: en Madrid el calor ha cambiado de género: llegó la caló y no hay quien aguante.
Felicidades Don Enrique, desde México lo encomendamos a usted y a todos los sacerdotes.
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