No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
En el portal de casa de mis padres llevan unos años montando unos adornos invernales espectaculares. Pinos nevados, carámbanos luminiscentes, hasta una familia de osos polares que se mueven y todo. Pero del Niño, ni sombra. Por no ofender, dicen (¿¿¿???). Total, que mis padres se han constituido en el Comando Navideño de su comunidad. A la vuelta de Misa del gallo, a oscuras y a solas, despliegan un precioso póster de una Virgen jovencita que abraza al Niño regordete y sonrosado. Con un ¡Feliz Navidad!, lo pegan en la pared más visible. Y ahí se queda el Salvador, adorado por los osos, los pinos y los carámbanos, hasta la Epifanía.
4 comentarios:
Touché.
Quien, yo? Pues va aser que sí.
¡Me ha pillado!
Monse
En el portal de casa de mis padres llevan unos años montando unos adornos invernales espectaculares. Pinos nevados, carámbanos luminiscentes, hasta una familia de osos polares que se mueven y todo. Pero del Niño, ni sombra. Por no ofender, dicen (¿¿¿???).
Total, que mis padres se han constituido en el Comando Navideño de su comunidad. A la vuelta de Misa del gallo, a oscuras y a solas, despliegan un precioso póster de una Virgen jovencita que abraza al Niño regordete y sonrosado. Con un ¡Feliz Navidad!, lo pegan en la pared más visible. Y ahí se queda el Salvador, adorado por los osos, los pinos y los carámbanos, hasta la Epifanía.
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