La sequía del alma (II)
Después de escribir la entrada anterior, recordé unas palabras de San Josemaría que yo mismo he citado en muchas ocasiones. Están sacadas de una meditación, pocos años antes de su marcha al Cielo.
Quizá alguno pueda decirme: Padre, yo busco dentro de mí, en mi alma…,
pero no encuentro nada. Yo a ese hijo mío le diría: es que quizá has tenido poca
vida interior, o quizá has tenido mucha, pero ahora el Señor quiere probarte.
¿Tu alma parece una cisterna vacía? ¡Pues busca el amor de Dios! Buscad al Señor y fortaleceos ;
pero con el mismo empeño que se pone cuando se quiere conquistar un amor
humano, bueno y limpio. Persigue tú también así el trato con Dios, y ten la
seguridad de que todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá.
Donde no hay agua, ¿qué se hace? Se construye una cisterna y se lleva el
agua con cántaros que se vacían allí, uno detrás de otro. Cuando no hay posibilidad
de recogerse para la oración, hay que prepararse llevando agua a la cisterna:
con actos de amor y de desagravio, con comuniones espirituales, con
invocaciones al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y a Santa María, a San José
y a nuestros Santos Ángeles Custodios. Todo eso es agua que llevamos a fuerza
de brazos.
Puede suceder que debamos estar así mucho tiempo; pero, si perseveramos,
llegará un momento en que no será necesario buscar el agua, porque se habrá formado
un pozo. Quizá al principio el agua no suba mucho; pero es un pozo de aguas
vivas. Allá está, en el fondo de tu alma. No sabes de donde mana el agua, ni
como se remansa, ni cuando afluye…, pero puedes beber siempre. Y, si insistes,
el nivel de ese pozo sube y sube, hasta que se forma un manantial de agua clara,
donde puedes beber a dos manos, con la boca abierta, cuando estás sediento.
¿Me entendéis, hijos? Agua hay siempre. Cada uno de vosotros, con la
gracia de Dios, Uno y Trino, escondido en vuestra alma, puede lograr no ser nunca
una cisterna vacía, sino un pozo que suba y suba hasta que mane una fuente de
agua clara, espléndida, agua de amor.
Pero
en esta tarea, hijas e hijos míos, habéis de poner todo el corazón.
8 comentarios:
Me gusta mucho D. Enrique, como siempre :-)
Un beso
Amalia
yo tenía un pozo bastante lleno, pero ahora está muy vacío, gracias por ayudarme a acarrear el agua para volver a llenarlo y poder volver a beber de él.
Hace poco me han hablado del jardin de Sta Teresa de Jesús y las etapas de irrigación... En fin, que aun estoy en el cubo que va y viene del pozo para regar el jardín. O sea primer escalón. Volvemos al principio.
Yo no sé como hacerlo para que esa agua llegue también a algún hijo mio que ha dejado de practicar ....de verdad que me siento impotente
¡Bien por los aguadores!.....
saludos y gracias otra vez
Pacita, acuérdate de Santa Mónica y no te preocupes. Reza y volverán, aunque sea en el último momento...(espero que antes)
Esta madrugada ha muerto una madre de familia numerosa cuyos hijos, salvo una, no practican. Estoy convencida de que esto cambiará... Ya os contaré. Ella, una santaza, divertida, madraza -la lloramos todas las que fuimos "niñas del Club" al que también iban sus hijas-, buena esposa y mejor madre. Ha llevado su enfermedad con una entereza envidiable. ¿No va a conseguir para sus hijos, ahora que puede, lo que tanto deseó en la tierra?
Casi ná. vamos que hay que insistir. Poner todo el corazón. si le digo que hice mi ratito de oración en el cercanias con el mensaje del Papa para la cuaresma , porque tambien he oido que segun san Josemaria tenemos que encontrar a Dios enmedio del mundo pero me estaba entrando un sueño, ahora con esto me acaba de rematar, intentaré llenar la cisterna cueste lo que cueste. lo prometo. Adiosle
Gracias Anönimo!!!
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