sábado, 7 de febrero de 2015

Estampas


Hace muchos años, recién ordenado, solía tener siempre a mano un buen mazo de estampas piadosas para repartir por ahí. La mayor parte eran de la Virgen, pero también de San José y de algunos fieles de la Obra que ya entonces estaban en proceso de beatificación. Sobre todo, de Montse Grases, una chica catalana de mi edad (nació sólo diez días antes que yo), que se fue al Cielo cuando yo acababa de pedir la admisión en la Obra. Aprovechó bien el tiempo la chiquilla. Supongo que se le pueden aplicar aquellos versos de San Juan de la Cruz:
"Por una extraña manera/ mil vuelos pasé de un vuelo,/ porque esperanza de Cielo/ tanto  alcanza cuanto espera".
Por eso la tenía particular devoción. Pensaba que había entrado en la Vida eterna por un atajo: mil vuelos en un vuelo. No está mal. Yo en cambio seguía aquí haciendo el ridículo.
Cuando falleció San Josemaría y aparecieron las estampas del "Siervo de Dios" aumenté sustancialmente la colección. Las tuve en todos los idiomas, sobre todo durante mi estancia en Roma. Otro tanto me ha ocurrido con el Beato Álvaro del Portillo y con los demás fieles de la Obra que van camino de los altares: Isidoro, Encarnita, Dora, José Luis Múzquiz, Eduardo Ortiz de Landázuri, y unos pocos más-
El problema ahora es que no tengo suficientes bolsillos para guardarlas. Por tanto he optado por almacenar  un montón en el coche y tener a mano sólo tres o cuatro.
—Al menos deme una estampita para que me traiga suerte —me gritó hace meses por la ventanilla del coche una gitana que trataba de limpiarme el parabrisas en el tiempo que dura un semáforo en rojo—.
—La estampas no sirven para tener suerte —le contesté—, sino para rezar.
—Pero si rezo tendré suerte. Digo yo…
No hubo tiempo para aclararle las ideas. Se quedó con una estampa de don Álvaro, y cuando traté de explicarle la oración que aparece impresa, me interrumpió.
—Yo de leer no sé. Pero le doy cuatro besos a la foto del cura éste y servirá lo mismo, ¿verdad?
Si la veo un día de estos, me propongo darle alguna pista más.




7 comentarios:

Fernando Q. dijo...

La estampa con la oración al Beato don Álvaro es preciosa y, confirmo, efectiva. Cuando tengo alguna necesidad puntual y detallada se la pido al Beato que, como buen ingeniero, sabe justo qué y cómo hay que arreglar.
Don Enrique, empieze a mandarlas por whatsapp!

un abrazo

Anónimo dijo...

Tengo una duda: ¿puede un santo caerle mal a una persona que le reza? Yo pienso que sí y esa es la evidencia de que el santo vivió en grado heroico la caridad. Una persona no le sienta bien pero la quiere mucho. No veo opsición. Lo digo porque a mí Don Álvaro me tata fuerte, no le caigo bien, y porque me quiere mucho me hace lo que me hace, que me hace mucho bien

Anónimo dijo...

Que comentario tan raro...

Churrinche Oriental dijo...

Sé de alguien en mi ciudad que también le dio una estampa a un limpiavidrios, pero de San Josemaría. Un día le preguntó si estaba rezando la estampa, y el muchacho le contestó que sí, que siempre la llevaba encima; pero como que dudó en decir algo más. Como esta persona le repreguntó, le contestó que había tomado de la estampa la fecha de nacimiento de san Josemaría, la de fundación del Opus Dei, les había agregado otros números y se los había jugado a la lotería; resultó ser que ganó una cantidad de dinero y pudo arreglar cosas en su casa. La persona que contaba esta anécdota decía que estaba sorprendida de que san Josemaría hiciera esta clase de favores.

Y al beato Álvaro... Desde que me ayudó a estar serena en un período de pruebas académicas, no lo dejo en paz. No sabía en qué se estaba metiendo cuando me concedió ese favor ¿o sí lo sabía y me concedió el favor igual?

¡Saludos!

Vila dijo...

Cuando vino al colegio el postulador español de la causa de beatificación de D.Alvaro para hablarnos sobre su vida, también dijo algo que me hizo gracia respecto a cómo rezarle para pedirle cosas. Comentó que si no nos acordábamos de la oración de la estampa, que daba igual, que cada uno lo hiciera como quisiera; incluso con diminutivos a su nombre si quisiéramos.

Así que yo, a veces, le pido cosas a mi propio estilo; algo diferente al de la estampa por cierto. ¡¡Seguro que me escucha igualmente!!

Anónimo dijo...

Claro, claro, es que quien bien te quiere te hará llorar...

Anónimo dijo...

Eso es, exactamente a lo que me refiero, Anónimo del 8 de febrero a las 23:01.
Cada vez me convence más saber que es así para bien propio y le estoy muy agradecido.