Estaba en el banquillo de los reservas.
Había conocido a Jesús y fue testigo de su Resurrección, pero no entró en la
lista de los 12 que el Señor eligió como columnas de su Iglesia.
No aparece ni una sola vez en el
Evangelio. Quizá formó parte de aquel grupo de 72 que envió el Señor, sin bolsa
ni alforja ni calzado, a hacer prácticas de apostolado por los pueblos y
ciudades de Palestina.
Pero Judas cayó y había que nombrar un
sustituto: Dios quería que hubiese 12 testigos, como fueron 12 las tribus de
Israel. Y San Pedro se fijó en él y en su compañero Barsabas, apodado El justo.
¿Cuál de los dos sería el elegido?
Lo echaron a suertes y María Santísima cargó
los dados. Dios, nuestro Señor, desde antes de la Creación del mundo, ya había
dispuesto que la suerte cayera sobre Matías. Hoy es su fiesta.
Algunas veces pienso que yo también soy
apóstol por sorteo. Me ha tocado la lotería a pesar de que ni siquiera había
comprado un décimo. La Virgen María volvió a hacer trampas, y gracias a Ella
estoy aquí.
3 comentarios:
Hola. No se porque estaba esperando esta entrada, mientras esperaba mi turno de ordenador, es lo que pasa en las mejores familias. Es lo que se llama un joven con suerte. Este estaba preparado y le tocó. Nosotros aquí mientras preparamos el albergue para un centenar que vendrán próximamente: "Como si fuera una película" de las buenas. Aquí estamos también de suerte. Paque disfruten. Para que se encuentren no solo con las patatas de la hospitalidad si no con otras cosas buenas. Adiosle
Mas de una estamos aqui por suerte.... y como dice..."porque la Virgen hizo de las suyas"
Totalmente de acuerdo con Granada. Aunque más gente que la Virgen hizo de las suyas...
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