De acuerdo, la fotografía no es exactamente de El Soto. ¿Cómo lo habéis notado?
¿Qué hacemos treinta y ocho sacerdotes reunidos durante seis días en una casa de retiros de la Sierra?
Algunos han traído la raqueta de tenis o de pádel con la esperanza de hacer un poco de deporte, pero, a una semana de mayo, nieva en El Soto con entusiasmo invernal y el termómetro se niega a subir por encima de los 6 o 7 grados.
¿Qué hacemos? Convivir, que no es poco. Escuchar las experiencias de los viejos y contagiarnos del entusiasmo de los jóvenes; rezar juntos desde la primera hora de la mañana; dar largas caminatas a pesar de la nieve; conversar de nuestros asuntos; contemplar las bandadas de pájaros que acaban de llegar de África y vuelan con bufanda entre los árboles; y, por supuesto, dormir casi ocho horas arropados por el silencio blanco de la Sierra.
Durante estos días, cuatro "ponentes" disertan sobre un único tema: "enseñar a orar". Gran asignatura que todos hemos de aprobar cada día. A mí me tocará la última sesión el sábado por la mañana. Claro que la traigo bien preparada de casa, pero a medida que intervienen los charlistas, voy modificando el esquema para no aburrir a mis ilustres colegas repitiendo las mismas palabras.
Dicen los meteorólogos que el domingo lucirá el sol para celebrar lo que los cursis llaman "la gran fiesta de la democracia". Ojalá sigan cayendo copos en silencio y la paz de la nevada contagie a los políticos, que andan a la greña en permanente borrasca.
2 comentarios:
Hola. Desde luego que no. "Es de la Fuerza de uno" De la selva. Y la gracia que me hace.
Ha merecido la pena el parón. Pájaros con bufanda, entusiasmo invernal, la paz de la nevada o la permanente borrasca. ¡Ah! y un par de jirafas a las que un abrigo no les vendría mal. Bienvenido!!
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