lunes, 24 de junio de 2019

Abueleando



Acabamos de terminar el curso y ya echo de menos a los chicos. De vez en cuando me sorprendo a mí mismo imaginando lo que harán en este comienzo de vacaciones. ¿Qué será de… Pablo, Antonio, Nacho, Juan, Felipe…? Pienso en cada uno, en los planes que tenían para el mes de julio y para agosto. Y trato de recordar lo que me dijeron. Creo que tenía que encomendar a…, ya se me ha olvidado. Es igual; rezo por todos y sigo abueleando en la imaginación.
Cuando regresen en septiembre, ¿cuántos habrán dado el estirón? Hay algún chaval de quince años que ya supera el metro noventa. Es una vergüenza; cuando yo estudiaba bachillerato era, con diferencia, el más alto del colegio. Por eso jugaba siempre de portero. Por eso y porque no valía para otra cosa. Ahora estoy rodeado de gigantes en ciernes. Ya verás, en septiembre algunos habrán cambiado su vocecilla de soprano por la definitiva de barítono.
Parece mentira; yo que en el cole tiendo a ser serio y despegado, me he convertido en abuela. Supongo que es mi papel. Ahora pido al Señor por la vocación de todos. Sí, he escrito "vocación", porque Dios nuestro Señor, que es Padre, ama a cada uno como si no existiera nadie más en el mundo, y no olvida su nombre, como me pasa a mí, y los llama por ese nombre desde toda la eternidad para que sean santos, es decir, felices. Y ha diseñado un camino de felicidad, es decir, de santidad, para cada uno. La mayoría  —ojalá— serán estupendos padres de familia y abuelos. Otros recibirán en su alma una llamada diferente, de entrega total. Y quién sabe si a alguno le tocará el gordo de la lotería, y acabe, como yo, celebrando sus bodas de oro sacerdotales y abueleando en el cole.
Terminemos. Hoy tengo un día raro.

6 comentarios:

Llumla dijo...

Pues ¡ojalá! Ya sabe usted, "si sueñas... Lotería". Dios quiera que un buen grupo de estos chicos sueñen y les toque el gordo. De momento que descansen. Y luego Dios dirá.

Fernando Q. dijo...

bendita inquitedud la suya don Enrique. Nostalgia poética...

"santos, es decir, felices". Que gran verdad!!!

Isabel dijo...

O yo soy muy bajita ,o los niños ahora son más altos,¡¡¡¡..Yo también tenía esa Idea de Usted,serio, estricto,pijo,y estirado..pero un amigo en común me ha dicho qué es muy buena persona.buen sacerdote y muy divertido.y de Bilbao..
Lo más importante es qué sean felices con lo qué quieran ser y sean los mejores.los mejores padres,los mejores sacerdotes los mejores médicos.Las mejores personas y sobre todo qué aprendan a levantarse de los golpes...sin presiones... jejejejeje
Quién sabe

Lucena dijo...

¿estirado, pijo...? No es aconsejable poner etiquetas a quien no conoces. Peor si son ofensivas. También yo caigo en el mismo error, y te veo como una mujer contestona, impertinente y deseosa de opinar sobre cualquier cosa aunque no tengas ni idea.
Lo siento, a lo mejor me equivoco.

Papathoma dijo...

Seguro que tiene hueco para incluir a tres nietas adoptivas más. Ahí se las dejo: María (nini), Alex (crisis preuniversitaria) y Ana (pava adorable).
Gracias.

Romano dijo...

Abre la puerta y las damas empiezan a enredarse. Me troncho.
En vidas anteriores yo he sido hijo, alumno, padre y abuelo. Ahora soy todo a la vez lo que es más divertido.
Usted también ha sido todo esto y más y ahora puede ver la enorme siembra que ha dejado. Menudo cosechón, y lo que falta por germinar.
¿Qué haríamos sin el búho y su jefe de Bilbao?