jueves, 4 de diciembre de 2008

Desde mi iglú



Iglú: Vivienda de forma semiesférica construida con bloques de hielo, en que, durante el invierno, habitan los esquimales y otros pueblos de análogas características (DRAE)

Mi amigo Blas, que es hombre de extrañas querencias agrestes, hace años se vino de excursión a la Sierra de Madrid con la brillante idea de fabricar un iglú para pasar la noche. Según Kloster, que tiene un tío esquimal, el iglú es una vivienda acogedora y calentita dentro de lo que cabe. Probablemente resulta pequeña, pero, con la crisis inmobiliaria, es posible que lo adoptemos pronto como solución habitacional.

Lamentablemente en aquella ocasión Blas no encontró hielo suficiente y tuvo que conformarse con dormir en una cama como casi siempre; pero yo hoy lo he recordado con afecto cada vez que me he asomado a la ventana para contemplar el manto de nieve y he visto el termómetro que he colocado al otro lado del cristal.

Lo siento, a mí la nieve no me inspira nada. Todas las metáforas que me vienen a la cabeza tienen carácter funerario. Dejaré constancia sólo de que ayer miércoles no paró de nevar en Riaza en todo el día y, hacia las tres de la tarde, sobrevoló el jardín una bandada de avefrías camino del Sur.




10 comentarios:

Menčiu dijo...

Pues es una pena que no le inspire nada la nieve. Si viviera en Lituania, como yo, veria como tendria mucho que decir. Aqui la nieve siempre se espera con muchas ganas, porque es la que da luz a la oscuridad del invierno (a las 4 de la tarde ya esta oscuro).
Por cierto, aprovecho para agradecerle su blog y de paso me gustaria saber si no le importa que le copie algunas ideas y fotos para mi blog lituano. Puede visitarlo aqui: lietuvairas.blogspot.com
Como vera, el suyo me inspiro bastante. Tanto como la nieve a los lituanos...Si puedo, le envio una presentacion de la nieve en Finlandia, nuestros vecinos. Un autentico espectaculo.

Anónimo dijo...

Santa Teresa cuenta cual era la curiosísima forma que san Pedro de Alcántara tenía para vencer el frío. Se quitaba la ropa, se quedaba hecho un pirulí y luego volvía a ponérsela y claro, hasta le parecía que hacía calor:

“Siempre iba descalzo y su único vestido era una túnica de tela muy ordinaria. Me dijo que cuando el frío era muy intenso, entonces se quitaba el manto y abría la puerta y la ventana de su habitación, para que luego al cerrarlas y ponerse otra vez el manto lograra sentir un poquito más de calor”.

Jaime Sanz dijo...

Para perder el sentido!

Ahí va!!

http://www.enciclopediadelasaves.es/previo.htm#

quizá ya sea conocido, pero me parece fantástico...
Animo y a disfrutar, a la vuelta de Riaza. Desde un blog "amigo" y aprendiz, un abrazo!!!

Almu dijo...

Para que se anime:

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/04/ciencia/1228390894.html

Enrique Monasterio dijo...

Menciu... Lo siento, no sé cómo se pone esa boina encima de la c.
Copia lo que quieras, por supuesto. Cuando regrese a Madrid miraré ese blog y todas las demás páginas que me decís. En este iglú no tengo adsl.
... ... Lituania, ¡jo!

Andrés Cárdenas M. dijo...

Yo he visto nieve apenas una vez en mi vida, y subiendo una montaña de cinco mil metros! D. Enrique, he copiado algunas cosas de "El Belén que puso Dios" en mi blog. Discúlpeme.

Anónimo dijo...

Hola, Hola: muchas gracias por encomendar aquello que le pedí por favor que encomendara.

No sé si es que el Iglú tiene buena comunicación pero se nota, se nota...

Por fa, siga encomendando la intención aquella.

Por mi parte prometo corresponder y encomendar sus intenciones!!!

ARdV dijo...

Yo jamás he visto nieve.... una vez vi hielo (casi nieve), igual que Andrés, después de 8 horas de escalada....

Don Enrique, he visto en la página de Fedex, que hoy 4 de dic fue recibida por A.Rivas su esperadísima "Strada"!!! Espero que la disfrute, con o sin subtitulos en KOREANO!!!

Enrique Monasterio dijo...

Muchas gracias, Andrea. Cuando regrese a Madrid volveré a "la Strada".

Anónimo dijo...

A mi no me gusta la nieve tampoco. Al menos hasta ahora que veo que tanta gente no la ha visto nunca. Merece la pena una buena guerra de bolas, un muñeco de dos metros y un fuerte de nieve en el jardín. Visto desde dentro, cerca de la chimenea y con un chocolatito calentito en las manos....