miércoles, 31 de diciembre de 2008

Ritos de la Nochevieja


Leo en el abc una lista de rituales que es necesario vivir para entrar con buen pie en el año nuevo :
  • Tomar doce uvas a las doce (yo me tomaré sólo una a la una. Es más barato y además a las doce estaré diciendo Misa).
  • echar oro en la copa: un anillo, una pulsera, etc. (¿Valdrá un diente de oro?)
  • brindar con champán (del cava no se dice nada. Yo brindaré con sidra cantando “Asturias Patria querida”).
  • Sacar las maletas a la calle, aunque estén vacías. (Eso sí que no lo entiendo)
  • Abrir las ventanas. (Ningún problema: la mía está siempre abierta)
  • Escribir en tres papelitos: “bueno, malo, regular”. Se doblan, se agitan y se elige uno al azar. (Te toque lo que te toque se demuestra que eres un poco cretino).
  • Ropa interior roja (No comment)
  • Tirar un zapato al aire: si cae boca arriba, buena suerte; si cae de lado, regular; si cae boca abajo, mala suerte. (Y si le das a alguien, p.ej., a Bush, sales en la prensa como un héroe).
  • Comer lentejas después del champán. (Hay que haber bebido mucho para ser capaz de acometer un plato de lentejas en esos momentos).

¿Y por qué no renovar los ritos? Kloster propone las siguientes novedosas supersticiones:
  • Tomar doce aceitunas con hueso al compás de las campanas, expeliendo los huesos de uno en uno lo más lejos posible. Si salen por la ventana, tendremos un año nuevo la mar de feliz.
  • Llevar un langostino fresco en el ojal (si es congelado no vale)
  • Antes de que termine la noche, comerse de un bocado el propio langostino del ojal doblando bruscamente el cuello y sin ayudarse de las manos.
  • Bailar la música del telediario o la sintonía de La Guerra de las galaxias disfrazados de Matías Prats o de Obi-Wan Kenobi. Ellas pueden disfrazarse de Princesa Leia o de Ana Blanco.
  • Ponerse tirantes bicolores (rojo y blanco, verde y amarillo, etc.)
  • A las tres menos veinte de la madrugada, guardar un minuto de silencio. Como es sabido, en ese momento el universo entero se multiplica por 3. Lo que pasa es que como todo crece en la misma proporción, no nos damos cuenta.
  • Salir a buscar setas en la Gran Vía a la 5 de la mañana.
  • Concluir la fiesta con dos gramos de paracetamol y una copita de orujo.
Hala, ya podéis ir preparándoos, y mañana a las 8 os quiero ver a todos en pie, que la crisis viene dura.


    4 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Tomarse la uvas a las seis de la tarde escuchando la Ser, cenar despues de las uvas, una partida de Monopoli para finalizar la jornada... a las 9 en la camita. Esa es la rutina de mi casa las Nocheviejas. Y es que esto de ser españoles en el extranjero tiene sus ventajas.

    Hadasita dijo...

    Pues yo, española en España, estuve leyendo en pijama hasta las 12; escuché las campanadas por la COPE (no tengo tele) y le dí las uvas peladitas a Tesa, mi perrita, que se las comió encantada de la vida. Yo me tomé un chupito de jarabe para la tos. Luego nos fuimos a la cama, y creo que hemos soñado con los angelitos... Y ha vuelto a salir el sol, como era de esperar. Sobre sobrios y no tan sobrios. Ahora: lo del langostino me ha encantado, creo que voy a tomar nota para el año que viene, jaja.

    Anónimo dijo...

    El año pasado hice lo de las maletas y me mudé a otro país...qué agobio lo de las mudanzas. No volveré hacer nada de eso.

    Capellanía Orvalle dijo...

    ¡Como me he reido! sobre todo con lo del langostino. Lo pondremos en práctica...