miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cambio de piel en MC


Hace unos día envié a "Mundo Cristiano" el artículo que reproduzco a continuación. Supongo que ya estará en papel. Como veis, me salió un tanto melancólico. Después de pensar por libre durante 20 años, estuve a punto de dejar la revista como ya expliqué aquí. Al fin hemos optado por un cambio que no sé cómo saldrá.

Mi sobrina Amaia, a partir de una idea de mi amigo Pablo ha elaborado un "logo" para la nueva sección fija. 


Soy okupa de esta página desde hace 20 años. Me la quedé en diciembre de 1992 gracias a Rosa María Navarro, una periodista muy joven y valiosa, que por entonces dirigía Mundo Cristiano bajo la atenta mirada de don Jesús Urteaga, fundador de la revista. 
Rosa me hizo una oferta que no pude rechazar: una sección fija para mí solo con un ilimitado margen de autonomía:
―Usted escriba lo que quiera ―me dijo―.
Y yo, en lógica consecuencia, la bauticé "Pensar por libre". Con ese nombre, mal que bien, ha tirado hasta hoy. Ahora, al repasar la larga lista de artículos publicados, compruebo que se ha conservado en forma sin grandes alardes. Ha habido altibajos, desde luego, pero ha mantenido la frescura, el buen humor y el aspecto juvenil que tenía cuando nació.
No me estoy autoelogiando. Creo, con absoluta sinceridad, que todo el mérito y el demérito de esta página debe atribuirse a los centenares de chicos y chicas de bachillerato y de primeros cursos de universidad que han pasado por las diversas capellanías en las que he trabajado desde que soy sacerdote. Ellos me daban los temas, los diálogos y las docenas de anécdotas que mes tras mes, saltaban al papel. Gracias a ellos mi imaginación se mantuvo bien lubricada y yo he envejeci-do menos de lo previsible.
Un día llego Heinz Kloster, personaje singular que lleva mi nombre y apellido traducidos al alemán; se sentó a mi vera y se convirtió en el Pepito Grillo de la sección. Luego se posó el búho en lo alto de la página, un ave que ha simbolizado desde siempre el asombro, el estupor del que nace la sabiduría. Me pareció conveniente colocarlo ahí en lugar de poner una foto mía como pretendía el director de la revista, porque ¿a quién le importa qué aspecto va adquiriendo con los años mi deteriorado careto?
(En este mismo instante, mientras escribo, me traen una carta como las de antes, de papel, con su sello y todo. Es un Christmas precioso y elegante que reproduce una pintura de Francisco Bayeu, del Palacio de Aranjuez. Lo miro y remiro mientras me pregunto de quién puede ser; quién sabe que acabo de llegar a Solavieya, una casa de retiros próxima a Gijón.)
Es Marta, por supuesto, una gallega con un corazón inmenso, antigua residente del Colegio Mayor Somosierra, que vive con su marido en Luxemburgo.
Lo siento, Marta; esta vez no te cambio el nombre. Mientras leía tu felicitación me han venido a la cabeza tantos recuerdos…
Los años pasan. Marta aún es joven, pero mis pavos y pavas de los años 80 y 90 han supera-do con creces la crisis de los 40 y ahora son ellos los que deben lidiar a sus propios adolescentes. A veces recurren a mí en busca de consejo, y, como suele suceder ―es ley de vida― ejerzo más de paño de lágrimas y de muro de las lamentaciones que de todo lo contrario. Las alegrías llegan con cuentagotas; las penas, en tropel.
El caso es que este último año me he despegado casi por completo de la gente joven. Ahora me dedico a predicar cursos de retiro y a atender convivencias de formación y otras actividades semejantes. Es una tarea preciosa de verdad, pero, como es fácil comprender, la fuente principal de “Pensar por libre” se me ha secado definitivamente y no tengo más remedio que echar el cierre.
―Entonces, ¿abandonamos Mundo Cristiano?
―Ni lo pienses, querido Kloster. No me despido mientras no me despidan. Cambiaremos el título de la sección, y también el tono, la letra y la música. Supongo que habrá que desplumar al búho. Quizá escriba un largo e-mail cada mes a un personaje real o imaginario. La literatura epistolar es un clásico y podríamos adentrarnos en ella. ¿Cómo lo ves?
―Difícil, colega, difícil. ¿Un e-mail?
―No hay mail que por bien no venga, amigo Kloster

15 comentarios:

Mercedes dijo...

Gracias por continuar.
Le sigo desde hace muchos años
Mercedes P

Mercedes dijo...

Gracias por continuar.
Le sigo desde hace muchos años
Mercedes P

Antuán dijo...

¿Abandonar? ni por esas. ¡Gracias por continuar! Adiosle

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Bastante inteligente y divertido eso de no hay mail que por bien no venga

yomisma dijo...

Así qué vamos a tener que escribirle más a menudo.... Vale!

pacita dijo...

Me admira q no pierda la ilusion por recomenzar cosas.eso le mantiena joven

Enrique Monasterio dijo...

Ojalá fuera así de sencillo mantenerse joven!

Anónimo dijo...

D. Enrique,le pido al Divino Niño que nos ha nacido, que le conserve esa facilidad para escribir y que le entendamos tan bien. Felicidades.
CORDOBESA

Asumpta dijo...

Eso de escribir cartas a personages imaginarios me gusta,al final siempre la recibe alguien real que se la toma como propia,y pasa un buen rato leyendola

Vila dijo...

Demos la bienvenida a la nueva sección pues, y a su veterano autor las gracias por seguir disponible!!!

JC dijo...

Gracias por continuar, de parte de su nuevo lector de Fort Collins, Colorado, EEUU.

Sonia dijo...

Entre joven y viejo, está la madurez !qué está pero qué muy bien! y si se puede estirar ésta hasta ni se sabe cuando...pues miel sobre hojuelas.
No sé, digo.
Felicidades por el cambio!

Rocky Balboa dijo...

Buena idea, buena idea, me encanta!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Bien y gracias.
Me encanta la idea pero tiene el listón muy alto porque me acuerdo de "Ilustrísimos señores" del que llegaría a ser Juan Pablo I

Almudena dijo...

Me encanta el logo y el título. Y seguro que el contenido estará a la altura. Veinte años de prácticas son garantía suficiente