martes, 11 de diciembre de 2012

Escarcha



Empiezo otro curso de retiro en Molinoviejo, y como estoy solo en la casa antigua y nadie me puede reñir, salgo al jardín a las once de la noche  para preparar la primera meditación.
No necesito el IPad, ni siquiera papel y boli. Vamos a hablar de la Navidad ―sólo faltan quince días― y del magnífico decorado que Dios preparó para su belén.
No hay luna en el Cielo y las estrellas se han multiplicado por diez. Es un espectáculo grandioso que los pobres urbanitas de Madrid no pueden contemplar.
Sentado en una silla blanca y abrigado hasta las orejas para evitar resfriados, me quedo más de diez minutos mirando al Cielo. No hace frío; apenas 0 grados. Tampoco hay aves nocturnas ni más sonido que el mi respiración.
Una estrella recorre la bóveda del cielo de parte a parte. ¿Será la estrella de los Magos? Kloster me dice que no, que es un satélite meteorológico o de comunicaciones. Este chico es un empirista incurable. Voy por los prismáticos. Cuando regreso mi estrella se ha esfumado.
Empieza a caer la escarcha que teñirá de blanco el jardín en pocas horas. Vuelvo a recordar las palabras del salmo 19:
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos;  un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia.
¿Hablan las estrellas entre sí? ¿Qué mensajes se susurran esta noche?
Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra.
No hace frío. Apenas un grado bajo cero; pero a mi lado hay un pingüino recién llegado de la Antártida, que me recuerda que es hora de volver a casa

8 comentarios:

Jaime Sanz dijo...

Gran comentario, que nos mete de lleno en el "escenario" de la Navidad. Allá vamos!!!!

Anónimo dijo...

Eso, siga así......cero gradetes...ni frío ni calor.....y a la intemperie......¿dónde estaba Kloster?.....

Asumpta dijo...

Sé de ése escenarío,lo veo cuando no estoy en la ciudad.Parece que encíerre la plenitud de los tiempos.

pacita dijo...

ESPECTACULAR esta entrada ,que bonito era ese cielo

Cordelia dijo...

Muchas gracias por la reflexión. En el cielo de mi casa las estrellas se han arropado con una manta de niebla, y no sé si hablarán de algo más que el frío que hace. Pero estoy segura de que dentro de trece noches saldrán todas a mirar, y a dar luz y calor al Niño.

Sonia dijo...

Si esto no es prosa poética, se le parece mucho.
Bellas palabras, en un bello escenario.

Luna dijo...

¡Se equivoca! Sí hay Luna, es una fina y dule sonrisa sobre ese cielo plagado de luces.

Qué suerte tiene de contemplar un anticipo de la Navidad y qué suerte tienen de escucharlo los del Retiro.

Miriam dijo...

Que preciosidad¡ Desde la ciudad se agradecen esas descripciones del cielo de la noche Es casi como verlo en directo, se puede incluso respirar ese aire limpio, pero sin pasar frio