El chico del plátano
Visto de lejos, parecía sujetar una enorme flor entre las manos. Por eso me fije sólo en él: era una chaval de 18 ó 20 años, con una incipiente perilla mal recortada y una cazadora verde. En una segunda ojeada, constaté que, de sus enormes orejas, emergían un par de cables blancos. En la ceja izquierda lucía un piercing de gusto discutible, y lo que llevaba entre las manos no era una flor, sino un plátano recién abierto, con la piel dividida en cuatro partes a modo de pétalos dorados.
El chico salía del edificio central de la universidad de Navarra, y lloraba desconsoladamente sin el menor recato. Yo, que iba en dirección opuesta dudé unos instantes. ¿Qué podía hacer? ¿Qué se le pregunta a un tipo que llora con dos cables blancos insertado en los tímpanos y que está a punto de dar un mordisco a un plátano?
Siempre decís que me meto en todos los jardines, que soy especialista en provocar anécdotas. Esta vez me limite a sonreír cuando nos cruzamos.
Luego, sentado en “el Faustino” imaginé mil historias tiernas para explicar el llanto del chico de plátano. Ya había concebido un par de melodramas para la ocasión cuando saqué el IPad y empecé a escribir estas líneas.
Kloster, a mi lado, me bajó a la realidad:
―No te pongas romántico, colega. Lo más probable es que se le haya infectado el piercing. Eso duele una barbaridad.
15 comentarios:
Porfa, no me diga que no le ha preguntado nada. No me lo puedo creer. ¿Nos vamos a quedar con la intriga? En jardines mucho menos surrealistas nos ha contado que ha entrado hasta la cocina.
Menuda rabia!
Una posible respuesta en vídeo (ya puestos a elucubrar...)
https://www.youtube.com/watch?v=Kp5B13AAkOc&feature=youtube_gdata_player
JAJAJAJA!!! Me parece que Kloster va a tener razón.
Buen punto el de Kloster, pero...¿cómo sabe él lo del dolor por el piercing? XD
un saludo,
Alis
Pero como no le ha preguntado nada? Kloster no le has reñido? Eso es q no le han dado plaza por las pintas... mi hija María bien lleva uno
Ummm!!!! Como me gustaria saber lo que le pasaba.
el chaval es canario, y cada vez que come plátanos se acuerda de su tierra, le entra la morríña...y se pone a llorar.
A mi me pasa lo mismo cuando me sirven gazpacho en Madrid.
La novia. Probablemente la novia.
¡Cómo no le dijo nada! Habríamos tenido una historia larga y entretenida... y usted una tranquilidad de conciencia abrumante... jejejejej es broma!!
Un abrazo!!
Por cierto, he visto el vídeo del contrabajista y las he pasado canutas con tanto plato roto... jejejej
Pues sobre platanos he de decir que hoy eché una mano en postre de platanos cocidos una especie de mus de PL. en una tarta inventada con otras elaboraciones me dice la autora: pienso patentarla. le deso suerte y espero que no se desmorone y se me ponga a llorar como el chaval. Adiosle
Desde el momento en que he visto el plátano y la proximidad a una fecha pasada, sólo he podido pensar en D. Álvaro. ¿No sería ese chaval un recuerdo de él?
En todo caso, se las da de buen escritor, D. Enrique dejando la miel en los labios... Buenas noches, globeros.
Casi mejor que no le haya preguntado, porque si no no tendríamos toda esta colección de elucubraciones tan divertidas.
Antuan, ¿nos darías esa receta? Me encantan los plátanos.
La historia me ha recordado al poema de Miguel d'Ors:CANCION PARA UNA CHICA QUE LLORABA SOLA EN TARAMAY
http://cronopoemas.blogspot.it/2013/01/cancion-para-una-chica-que-lloraba-sola.html
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