Hoy, Jueves Santo, el Señor se despidió de su Madre en el Cenáculo. ¿Cómo fue ese momento? Nuestra amiga Cordelia no ha podido contenerse y me ha escrito este bellísimo pasaje
Después de la cena, la Madre recogía junto a las otras mujeres. Ella era la única que había entendido aquello de "esto es Mi Cuerpo, ésta es Mi Sangre...". Había recibido a Su Hijo con la misma entrega, sencilla pero total, de treinta y pico años atrás. Y ahora, mientras sus manos trabajaban de forma automática, ponderaba estas cosas en su corazón.
Oyó pasos tras ella. No necesitaba mirar para saber que era Él. Unas manos fuertes se apoyaron en sus hombros, y un beso aterrizó en su coronilla, igual que tantas veces Ella había besado la del Niño.
―Es hora ―dijo son moverse.
―Es hora, Madre ―confirmó la voz amada.
Sintió una espada atravesar su corazón de madre. Se volvió, manteniendo la angustia lejos de su rostro, aunque bien sabía que su Hijo veía en su interior. Dos miradas idénticas, de color miel, se encontraron y se hablaron sin palabras. Ella miró durante un largo instante el rostro de Jesús, como queriendo grabar en su memoria para siempre los rasgos serenos, amables, hermosos, antes de que fueran desfigurados en la tortura. Abrazó a Jesús, y parpadeó para desterrar unas lágrimas traidoras que amenazaban con desbordarse.
Después, con una sonrisa henchida de dolor, le besó en la frente y le dijo:
―Ve, pues, Hijo. Ve con Dios.
―Queda con Dios, Madre.
Se quedó mirando la espalda de su Hijo hasta que salió del Cenáculo. Y después se marchó a la cocina, para que nadie la viera llorar.
17 comentarios:
Qué bonito!!
uffff! precioso Cordelía.
JGracias Cordelia: Cuanto amor se detecta en
esta narracion que has hecho , y que guapos los dos , no podia ser de otra manera Felicidades!
Cordelia ya me avisó de ésto, pero nunca pensé en que era algo tan profundo.
Gracias a ambos.
Gracias. No conseguía "meterme" en el Jueves Santo.
las q somos madres entenderemos como debía sufrir la Virgen en esos momentos, q dolor tan profundo
Muchas gracias por esta narración tan intensa y expresiva. Aunque en otra dimensión, así estoy yo en estos días en que se está muriendo mi hermana Isabel, y así está mi madre. Me concedo el atrevimiento de pedir que rece por ella D. Enrique y todos los que leen este comentario.
Yo también me he conmovido al escuchar y participar en la Misa de esta tarde porque no es estar así sin más es ser uno más, es estar junto a Jesús y Maria en esa hora dolorosa. Pero que sabemos que Dios contaba con ello para rescatarnos del pecado. Adiosle
Gracias D Enrique.
Y mogollón de gracias Cordelia¡¡¡.
Me ayuda mucho pensar en los momentos de complicidad y a veces tristeza entre Jesús y su Madre.
Había pensado en los días anteriores, pero no en ese último encuentro antes de que empiece "todo", esa despedida... ufff,
Anonimo de las 18,23 cuenta con mi oración por tu hermana Isabel.
si .si me he acordado de tu una Isabel y de tu.madre especialmente
Bellisimo
Y no es por que sea mi amiga...Pero es como estar allí.
muy bonito!! rezare por Isabel, por tu madre y por supuesto por ti,
Nunca. Se. Me ocurrió ese. Detalle de María.gracias
Nunca. Se. Me ocurrió ese. Detalle de María.gracias
El Señor se despide de su Madre y la dice "acompañame con tu oracion esta noche porque voy al Huerto de los Olivos -tu ya me entiendes- y mis queridos discipulos estan tan cansados que quizas se duerman..."
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