jueves, 12 de septiembre de 2013

Las historias de don Fernando (XI)

El brillo de las manzanas


Un hombre joven preguntó a un viejo millonario cómo se hizo rico. Éste puso los pulgares detrás de las solapas de su magnífico traje y respondió:
“Querido amigo, todo fue una cuestión de paciencia. Me hice rico a partir de la gran depresión de 1932 cuando me quedé con solo diez centavos. Con esos diez centavos compré una manzana y me pasé el día sacándole brillo. Por la tarde la vendí por veinte centavos. El día siguiente invertí los veinte centavos en dos manzanas y me pasé el día sacándoles brillo. A las cinco de la tarde las vendí por cuarenta centavos.
Seguí así todo el mes. Al final del mes había acumulado 9,80 dólares. Entonces murió mi suegro y nos dejó dos millones de dólares.”


6 comentarios:

yankee dijo...

Jajaja!!!

Todoslosnombres dijo...

¡Ahhhhh, qué rabia! Me he pasado la vida devorando manzanas, mi fruta preferida; sacándoles brillo, porque me gusta tenerlas en un frutero y mirarlas. ¡Y nunca se me había ocurrido pensar que eran un nicho de mercado!

La situación actual es casi de gran depresión. Miro mis manzanas. Hablaré con mi suegro.

Gracias por las letritas Padre, y a D. Fernando por esa gran lección para jóvenes emprendedores.

Antuán dijo...

¡Brillante! yo también he tenido que hacer alguna vez esa tarea y hay que reconocer que luce mucho en un buen frutero y son más apetecibles. Adiosle

Anónimo dijo...

Ojo " todos los nombres" porque no creo que a tu suegro le gusté la idea, ja,ja .
Me encantan estas historias.

caminando dijo...

Jaja muy bueno, empezaré a sacar brillo a las manzanas, lo mismo me toca a mi también dos millones ;)

Todoslosnombres dijo...

Anónimo: pero si sólo quiero proponer a mi suegro que se asocie en un negocio con manzanas... ¿Por qué no había de gustarle la idea?

A mí también me encantan las historias del Globo...