Quizá conocéis el vídeo que pongo a continuación. Es un estupendo resumen de la vigilia de oración que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro para pedir por la paz. Se congregaron más de cien mil personas presididas por el Santo Padre.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
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4 comentarios:
No había visto este vídeo, sabía que fueron miles y miles de personas las que asistieron a escuchar y rezar con el Papa.
Parece cada vez más difícil mantener la esperanza por un mundo en paz, a la vista de los "líderes" que lo dirigen. Aunque sí podemos, cada uno en nuestro rinconcito, cuidar de nuestro prójimo; y la fe, y la oración, siempre la oración.
Gracias por sus letritas y por acercarnos esas imágenes.
Querido D.Enrique, aunque no tiene que ver nada lo que cuento con esta entrada ayer, me acorde de usted. Estaba con los niños en el monte y nos quedamos mirando el vuelo majestuoso de un milano real, planeaba y planeaba y aprovechando las corrientes de aire y con suave movimiento de las plumas de la cola cambiaba de direccion, es uno de los espectaculos mas bellos que nos ofrece la naturaleza. Uno de mis hijos me pregunto ¿ quien le ha enseñado ? ..Que bien vuela el tio !! esto me llevo a una serie de explicaciones que no vienen ahora al caso, preguntas y contrapreguntas que siempre acaban en Dios , que es el que nos hace volar a todos.
Que dificil es observar la naturaleza y no creer en DIOS.
buen dia Goyo
Goyo, me gusta mucho tu comentario y la forma en que describes ese momento. Y esa pregunta de tu hijo... ¡belleza!
Pienso que Dios miraría con ternura a todos sus hijos unidos en oración al menos por un día...incluso se emocionaria viendo cómo nos esforzábamos los más desastres por recuperar la paz familiar, tras la enésima discusión con nuestro adolescente de turno. Y el premio que ya nos tenía preparado desde antes, viendo nuestras buenas intenciones, no se ha hecho esperar.
Ahora nos toca ser agradecidos...y pedir que nos ayude a no estropear el regalo.
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