sábado, 11 de enero de 2014

El Cielo se parece a... (III)

Vivir en el Cielo es “estar con Cristo”. Los elegidos viven “en Él
(Catecismo de la Iglesia Católica, n.1025).


…a un viaje por el corazón de Dios 

 ―¿Tú quieres ser bueno?  ―Sí. ―¿Y por qué? ―Pues para irme al cielo. ―¿Y sabes qué es el cielo? ―Sí. ―Ah, ¿sí? ¿Y qué es? ―Pues el cielo es..., Dios por dentro". 
(Diálogo del obispo con un niño) 

Me lo contó un Ángel. Quizá el mismo que habló con ese niño sabio.
―Jesús irá a tu lado en esa gran travesía del Cielo. El será, ya para siempre, tu Amigo y tu guía. Juntos entraréis en el interior del corazón de Dios Padre, impulsados por el soplo del Espíritu Santo. Verás a Dios “por dentro”  y contemplarás un panorama tan magnífico que ni siquiera yo soy capaz de describir. El Creador de las estrellas y de las galaxias es también un universo interminable, un sueño del que nunca querrás salir.
En ese viaje, tu pequeño corazón de carne aprenderá a acompasar sus latidos con los del corazón de Dios. Y Será feliz como Dios mismo es feliz. Vibrarás con sus mismas emociones; reirás y sufrirás con Él por toda la eternidad.
―¿Sufrir? ¿Sufriremos en el Cielo?
―Sí, amigo. El sufrimiento es inseparable de la felicidad. Es éste un misterio que sólo entenderás del todo cuando llegues a la meta. Mientras haya hombres sobre la tierra, Dios seguirá a su lado y tú con Él. ¿Acaso supones que es posible ser feliz sin amar? ¿Y crees que se puede amar sin compartir las tristezas, los sufrimientos y los peligros de los que aún están en camino?
No, amigo, Dios no tiene un corazón de hielo, y el tuyo no se congelará en la Gloria.
 
 

19 comentarios:

Ana dijo...

Bellísimo Pater !!!!!! Me encantó... Vivir en el Cielo es estar con Cristo, precioso relato, conmueve hasta las entrañas, que bien lo pasaremos todos juntos al lado de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo...
Hermosa foto. éstas Entradas gustan demasiado, Felicitaciones !!! por la idea, no me alcanzan las palabras para describir sus letritas de hoy... Grande Pater, Grandeeee !!!!

caminando dijo...

Uyuyuy... No entiendo lo del sufrimiento, Como será el sufrimiento en el cielo? No hay tristeza, ni maldad. aquí en la tierra el sufrimiento siempr tiene algo de egoísmo, nadie puede sufrir con el otro hasta hacerse uno mismo con el sufrimiento ajeno, y en el cielo todo será perfecto, el amor... Aunque Dios, también sufre?, la redención....y que es entonces el amor perfecto, con que sufres si todo es bueno, Jesús sufre, xq nuestro amor no es como el suyo, pero en el cielo??? Madre, q lío ¡ siento el rollo

Maite Zgz. dijo...

Sí,sí Don Enrique, que bien pero que bien explicado, eso es.
Y sí es cierto, es un viaje hacia Él, hacia Dios.
El caso es que yo al principio, me
había liado un poco con, con lo del viaje. Púes ya esta claro,ya.
Y que bien dicho está que; los que se han merecido estar en el Cielo,
con Dios, se encontrarán felices y
llenos de Gloria pero,....sufriendo,y mucho, por los que estamos,aquí en la
tierra.
Le quería decir Don Enrique, y espero que no esté mal que lo diga,si es así, perdóneme.
Sabe que pienso: que los que allí estén, verán a Jesús, la Virgen e
incluso al Espíritu Santo y como no a los Santos, pero y a Dios.
Usted cree que Dios les podrá dar
audiencia, con lo ocupado que está con todos nosotros en la tierra y,
los disgustos y la tarea que le damos?

Una madre... dijo...

Gracias

Sebastian F. dijo...

Mu güeno, por fin está volviendo Vd. por sus fueros.

Antuán dijo...

Muchas cosas tan grandes para un corazón tan chico como el mio. Ahora venia de ver a una señora mayor y su hijo Carlos, ya estaba anochecido, una luna casi llena (por eso de las galaxias) ...¡que chulo! Y eso de amar y compartir también tristezas y alegrias y que Dios no tiene un corazón de hielo por supues que no es una ¡brasa! y eso y más. Adiosle

Almudena dijo...

No creo lo del sufrimiento. Igual que Dios es luz sin tiniebla alguna, creo que en El la alegría es perfecta. Que el sufrimiento es de aquí y nuestro. No tiene uno que estar muerto de sed para comprender la ajena y aliviarla. Ya veremos...

Pedazo de anónimo dijo...

Lo he entendido.Pater, éso si que es un viaje hacia el centro del corazon de Dios.
Cómo lo conoce tanto?
Voy a seguir sufriendo....ahora entiendo un poco más el cielo y la comunion de los Santos.
Gracias.
Claro,no es lo mismo sufrir sol@o con un buen amig@...entonces cómo sufriremos con el Amigo,será un sufrimiento distinto.claro,estaremos en su equipo al 100'/,

Adaldrida dijo...

Estoy tan emocionada que voy a callarme, no sea que me salga algo demasiado...
Solo quería darle las gracias por hacernos la vuelta tan bonita con estos posts.

caminando dijo...

Ññ"El amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el más fuerte de todos". Juan Pablo II"

Vila dijo...

Yo no me atrevo a poner nada, pero esto me ha gustado: "Dios por dentro", ¡qué gozada!.

Mi imaginación siempre ha sido un poco escasa (ya me conoce), así que -con su permiso- me uno a la suya y me engancho a ese viaje por el corazón de Dios.

Jose J dijo...

Lo opuesto a la felicidad no es el sufrimiento, sino la tristeza. Por eso entiendo que donEn tiene razón. Nunca renunciaré a un sufrimiento por amor. Es parte de mi felicidad en la tierra como en el Cielo.

Pilar dijo...

Muchas gracias, don Enrique, por esos trozos de cielo que deja ver. Se me ha ocurrido algo que no llega a comparación y que será un rollo seguramente- puede suprimirlo si lo considera oportuno-, pero para los aficionados a la lectura el cielo debe de ser como un encuentro con un gran escritor: el que ha escrito la mejor novela del mundo. Este sí que es un autor omnisciente que, sin embargo, deja actuar libremente a sus personajes; el que ha construído la más compleja de las narraciones -las vidas de cada uno-, con la mayor trama de acciones. Es el que ha dado vida a las más variopintas situaciones ¡Y sus descripciones sí que son dignas de antología! Además, los matices de su lenguaje permiten captar los más sutiles estados de ánimo y puntos de vista. En esa novela larga -como las que queríamos leer en los largos veranos de nuestra infancia- cada uno desempeña su papel y genera una suerte de interrelaciones que podremos interpretar en ese encuentro con el propio Autor, siempre que dispongamos de su pase misericordioso.

Todoslosnombres dijo...

Lo paso estupendamente imaginando a qué se parece el Cielo. Yo, que sentía tanto recato y no pasaba de verme en la entrada de la mansión celestial esperando el veredicto ante la presencia (indescriptible)de Dios.

Todo lo que usted dice Padre, se acerca mucho a lo que siento que puede parecerse el Cielo, incluido el sufrimiento que lo veo más como misericordia, compasión y amor. No quisiera perder de vista a los que por aquí abajo buscan el camino para llegar a la presencia de Dios; que todos sabemos los escollos que se nos cruzan y todos pedimos en nuestras oraciones un poquito de piedad.

Total que, aunque estoy segura de que el Cielo no se parece a nada (Dios nos guarda sorpresas), voy encarrilando mi imaginación.

Gracias Padre, montones de gracias por sus letritas.

doublebassist dijo...

Como músico, hay momentos en los que parece que se abren las puertas del cielo... pequeños cachitos de Dios que, mirados como si fuera a través de un cristal traslúcido como lo es la humanidad de los músicos y del compositor, parece que intentan alcanzarnos con la promesa de que existe algo mucho mejor del otro lado.

Supongo que el cielo para mí es algo mucho más cercano a este mundo de lo que muchas veces nos dejamos creer. Me gustaría pensar que muchos de los momentos que vivo aquí son como esos trocitos de música (que son de este mundo, pero que en fondo apuntan mucho más alto) y que cuando llegue al cielo podré decirle a Dios: sí, incluso más sorpendente e increíble que la vida que me regalaste ahí abajo. Gracias por mandar a alguien que nos mostrara el camino para disfrutar ambas al máximo.

Alejandra dijo...

Mi padre fue durante casi cuarenta años supernumerario. Se fue en cinco meses, con un cáncer galopante, de lo que fue consciente todo el tiempo y en cuya enfermedad, la palabra que más dijo fue "misericordia". En sus últimas horas, tras vomitar algo muy parecido a la pez, decía "¡bendito sea Dios!"...
Al poco tiempo de su muerte, un día yo, delante del Sagrario le decía: qué pena que con la química que tú y yo teníamos, no nos pudiéramos despedir a las claras, ( había una especie de pacto de silencio sobre su enfermedad, a los dos, hablar de ello nos hacía mucho daño). Y "me contestó":
" Yo no me podía despedir de ti, porque siempre estaré contigo, porque yo estoy en el Señor, y el Señor está contigo"...
Desde entonces para mí eso es el cielo: estar en el Señor.
De esto hace más de nueve años, y ni un sólo día me he sentido sola.

caminando dijo...

Alejandra, que bonito, ojala me pase lo mismo, es la mejor definición de filiación divina, que he visto.... Gracias, es mi asignatura pendiente... Lo voy entendiendo un poco más ;)

Cordelia dijo...

Alejandra, qué impresionante, qué bonito. Gracias por compartirlo

Anónimo dijo...

me encanta que nos hable del cielo pero me estoy empezando a preocupar ...

Ya sabe que hay una peli muy divertida que se titula " El cielo puede esperar"

Pues eso. Escriba mucho sobre el cielo pero aquí, aquí.