domingo, 6 de mayo de 2007

Los verdecillos





Son millones y están por todas partes. En las ciudades no, por supuesto, pero el campo se ha llenado ya verdecillos.
Serinus serinus se llaman, y son de muy buena familia. Primos carnales del prestigioso canario, no tienen su belleza ni la potencia de su canto, pero al menos viven en libertad.
Cuando llega la primavera cantan a coro. Tienen poquita voz, pero se colocan en lo más alto de los árboles más pequeños, miran hacia el cielo y hacen lo que pueden por adornar con sus trinos el mes de mayo.
El canto de los verdecillos (siempre en plural, porque es la única forma de oírlos) es la música de fondo de los bosques y jardines, que nunca deja de sonar. Si de pronto se callaran todos, sufrirían un sobresalto las demás especies.
Son humildes porque reconocen que necesitan cantar todos juntos. Pero también son vanidosos: en lo alto de los arbolitos más chicos se creen los reyes del mundo. Su orgullo es modesto: no se atreven a subir muy alto. A mí me ocurre lo mismo.
Además pesan tan poco que su vuelo se acompasa con la brisa. Si el viento arrecia, parecen hojas verdes llevadas Dios sabe a donde.
Ya están aquí. Ayer vi la primera pareja en el jardín que hay frente a mi casa.

3 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

¡Qué suerte! Peste de ciudad...

Anónimo dijo...

¡qué simpáticos pajarillos!

Juanxo dijo...

Hola D. Enrique! Me alegro que haya decidido abrir el blog! Lo cierto es que en Asturias estas navidades no le ví muy por la labor... pero no ha tardado mucho en decidirse. ¿Cuándo nos hablará del pájaro boya? Ya le he incluido un enlace en mi blog... y si no es mucho pedir le pediría que me recomendara en el suyo. La dirección es http://10argumentos.blogspot.com
Un abrazo, y ánimoo!