domingo, 29 de noviembre de 2009

El rey del pollo frito


Quizá tenga 50 años. Es un mendigo habitual de la zona, pero hasta ahora sólo se había dirigido a mí para decir alguna grosería. Generalmente está bebido, pero ayer parecía sereno. Se me acercó tímidamente y me pidió limosna. Le di un euro.

—Pero deberías beber menos —añadí—.

—Yo no bebo —contestó—. Sólo cerveza, como el desayuno de los frailes.

—¿Los frailes beben cerveza?

—Para desayunar. ¿No lo sabías? Se levantan temprano y se emborrachan.

* * *

Hoy he vuelto a encontrármelo junto al mercado.

—No quiero dinero —me dice—.

—¿Entonces qué quieres?

—Cómprame un cuarto de pollo para hacérmelo al ajillo y un poco de pan para untar.

—¿Te lo cocinas tú solo?

—Claro. ¿No te he dicho que mi padre era cocinero?

—No me lo habías dicho, no.

Se asoma al mostrador de la carnicería y pide el pollo. El carnicero se lo trabaja un poco y lo deja listo para la sartén. Yo me dispongo a pagar.

—¿Cuánto le debo?

—75 céntimos.

Ante semejante ganga, me siento generoso.

—¿Quieres algo más?

—¿Me invitas también a una cerveza? Mira, ésta que no tiene alcohol.

Ha cogido una Mahou cinco estrellas, y yo pongo cara de creerle. Esta mañana hace frío y supongo que quiere entrar en calor.

4 comentarios:

Isa dijo...

Me sorprende lo bueno que puede llegar a ser usted...yo no sé qué hubiera hecho...Un día un mendigo me pidió comida, pero me señaló los sitios a los que podía ir, porque otros ya los había aborrecido; al final le compré lo que yo quería...
Y otro día le pregunté si había visto me chaqueta recién robada y se me puso hablar media hora; no sé por qué la gente se nos quedaba mirando; ¿es que no son personas?

Algún día, -si no lo ha hecho ya- le contará él su historia. Que en eso usted es experto.

Mar dijo...

Que buen ejemplo. Si todos fuéramos mas humanos con el prójimo mejor nos iría.
Feliz Adviento!

Eduardo dijo...

Bueno, pues la caridad mas de muchas veces tendrá que poner la otra mejilla. Lo que no nos dijo Don Enrique, es que sucede cuando este tipo de situaciones se repite con frecuencia. Seguro, o nos hacemos santos,o nos volvemos mediocres. Finalmente la caridad si bien es una virtud que se construye cada día, tambien es una gracia.

Almudena dijo...

Pues no está mal el plan: pollo al ajillo regado con una buena cervecita y animada conversación!. A veces cuando se tiene lo mínimo se sabe sacar buen provecho a la vida. Y no lo digo sólo por el mendigo, sino pensando también en su propia pobreza.