sábado, 14 de noviembre de 2009

No sé dónde tengo la cabeza



—Estoy
preocupado, Kloster.

—Ábreme tu corazón, colega, que te escucho.

—Como sabes, estoy en Molinoviejo.

—Lo sé. Hemos venido juntos.

—El caso es que ayer, al deshacer la maleta...,

—…viste que habías olvidado en Madrid tres objetos, como siempre. Lo contaste en el blog este verano. No debes preocuparte, tú eres así. Es buena cosa seguir las tradiciones.

—No es eso… Al contrario.

—No te has olvidado nada.

—Eso es. El corazón se me aceleró cuando comprobé que, por primera vez en muchos años, tenía todo lo que necesitaba…

—Magnífico. ¿Entonces qué es lo que te preocupa?

—Que en la maleta habían aparecido tres objetos de más completamente inesperados.

—Ya…

—Un peine (he traído dos), un traje de baño que jamás he usado, y menos en noviembre y un libro de papiroflexia que no pienso leer. ¿Puedes entender por qué he metido todo eso en mi equipaje?

—Elemental, colega. Tu subconsciente quiere perder esos tres objetos y ya has decidido olvidártelos en Molinoviejo cuando vuelvas a Madrid. De este modo, mantendrás tu prestigio de sabio viajero olvidadizo y te librarás del lastre innecesario.

—Puede ser, amado Kloster. Recuérdame que hable de este asunto con mi podólogo. Últimamente pienso con los pies.

14 comentarios:

Pierre Nodoyuna dijo...

A estas horas solo se piensa con los pies. Le remito al video aquel que publico de las zapatillas....

SOFIA dijo...

Me gusta esa idea de olvidar lo innecesario para dejar el mejor sitio a lo importante. El problema es ser capaz de llevarlo a la práctica. ¿Volverá o no con los tres objetos?

Anónimo dijo...

Muy bueno.Tremendamente ingenioso.
Pero cuídese de los psicoanalistas freudianos porque como caiga en sus manos le sacan tres trauman infantiles.

Anónimo dijo...

no estaria de mas que ese libro de papiroflexia, se quedara en molinoviejo. lo usariamos un monton. gracias

Anónimo dijo...

Más vale que sobre que falte ¿no?..
Siempre nos preocupamos por algo...puede que ese sea el problema.

Isa dijo...

Interesante y misterioso...un traje de baño en noviembre...habría que investigar el caso...
Usted siempre tan original.

Papathoma dijo...

Querido D. Enrique: su cabeza le da para mucho...pero la mía no tanto. Y ahora, explíqueme, que estoy perpleja: ¿cómo es que cada vez que intento abrir mi correo, después de teclear la dirección de la página requerida, me sale SIEMPRE su blog? ¡Esto es un complot! Vamos, que lo tengo que leer, quiera o no...Anda, que si le pasa a alguno de mis queridos anti-todo...¡se rasga las vestiduras! Ja, ja... ¿Tiene truco?

Anónimo dijo...

Llevo semanas visitándole, pero... aún no sé quien es Kloster. ¿?

La papiroflexia puede resultar muy útil, después de abrir el buzón, sobre todo en estos tiempos de crisis...

Almudena dijo...

¿Tanto reparo le da deshacerse directamente de las cosas que le estorban? ¿O sigue la ley del péndulo con los despistes y ahora recuerda de más? Suerte para quienes seguimos su blog que casi nunca se quede en la normalidad...Con el invierno que vamos a tener de tormentas, mejor se sube el bañador a Euskadi, para el próximo tsunami

Anónimo dijo...

el anónimo de Molinoviejo... cada uno barre pa' su casa, eh?
Pues ya sabe, una cosa menos. Ahora sólo le queda arreglar las otras 3.

Anónimo dijo...

ja,ja,ja...

Lo del traje de baño en noeviembre es por su optimismo casi, casi patológico!!!

Anónimo dijo...

La verdad es que es un poco raro lo que cuenta, pero si usted piensa con los pies... yo entonces me pregunto con qué pienso yo, si es que pienso... Gracias. AC

Bernardo dijo...

Algunos objetos tienen la extraña virtud de regresar a sus dueños aunque los deje olvidados. Como un bolígrafo espacial que siempre llevo conmigo, que estaba convencido de haberlo olvidado en un taxi muniqués y semanas después salió rodando de debajo del cambiador de Carmen.

Hadasita dijo...

D.Enrique: gracias por haberme hecho reir!!! Ya andaba haciéndome falta...