jueves, 19 de noviembre de 2009

Otra vez las torres


Algunos de mis lectores saben que me horrorizan las cuatro torres gigantes que han colocado al final del Paseo de la Castellana, en Madrid; lo escribí en el blog hace algún tiempo. Yo entiendo en que Manhattan estarían bien; al fin y al cabo Manhattan es una isla que sólo puede crecer hacia abajo o hacia arriba. Tampoco desentonarían en Hong Kong. Pero Madrid, como dijo Cela, “es sólo un poblachón manchego lleno de subsecretarios”. O sea, que estamos en la Meseta Sur, en una semiplanicie infinita y medio desértica que nos permite expandirnos en todas las direcciones y respirar a pleno pulmón. ¿Qué necesidad hay de colocar cuatro horteradas semejantes apuntando a las nubes? De momento han conseguido que el tráfico se haga un poco más insoportable.

Kloster, que es un tanto radical, asegura que las torres de Madrid son cuatro monumentos a tres pecados capitales: la soberbia, la envidia y la avaricia. La soberbia nos lleva a ponernos de puntillas para que se note que somos los más grandes, los más altos y los más ricos; la envidia nos impulsa a copiar malamente todo lo que vemos en los demás, sin pararnos a valorar y a dar gracias por lo que tenemos; y la avaricia nos hace ganar euritos sin freno consiguiendo una bonita recalificación de los terrenos que permite construir monstruos de 60 pisos cada uno, con el exclusivo fin de hacer caja.

Ahora me cuentan que en lo más alto de una de las torres han inaugurado una capilla y que allí estará el Sagrario más alto de España. Dicen que la inauguración ha sido muy solemne y que el capellán del edificio ya ha celebrado la primera Misa con asistencia del propio presidente de la cosa.

Yo, la verdad, no suelo hacer demagogia los días laborables, pero ahora siento la tentación de decir lo que pienso; o sea, que me importa un rábano el piso en que sitúen la capilla y la altura que tenga sobre el nivel del mar en Alicante. Sigo creyendo que las torres son un error y un horror, y sueño con una ciudad más serena y razonable, con Sagrarios, por supuesto. Y con templos, altos o bajos, que den gloria a Dios y no a la presunción humana.


35 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mí me gustan...Our little Manhattan!

Luis y Mª Jesús dijo...

Ayer he desempolvado "el belen que puso Dios" para empezar con él en cuanto llegue el Adviento, es tradición un capitulo después de cenar. Uno de mis hijos cuyo nombre no quiero dar ganó un concurso de redacción Navideña "inspirandose" en el pastorcillo tonto.

danimorcillo dijo...

Yo creo que mirándolo desde otro punto de vista... se consume menos territorio construyendo edificios más altos, probablemente el impacto ambiental sea menor, y efectivamente, se produce más dinero. Pero no creo que esto último sea malo, los arquitectos y constructores se ganan la vida haciendo edificios. Mientras no estafen a nadie, no lo veo mal. Además... seguro que hay cosas mucho más feas por ahí: empastes modernos en medio de cascos antiguos y cosas así.

Anónimo dijo...

¿Qué quiere decir "retificar"?

Mar dijo...

Me lo va a decir a mi que siento panico a montar en un ascensor. Por cierto, creo que la capilla está en la planta 33.

Ana Agüero dijo...

Don Enrique, le leo a diario y nunca comento. Pero hoy sí, porque vivo cerca de las torres y porque ha expresado palabra por palabra lo que yo diría (mucho mejor que como yo lo diría, claro está). Yo también pienso que las torres son un error y un horror, y sueño con una ciudad más serena y razonable... o con irme a vivir al campo, la verdad.

Gracias.

Enrique Monasterio dijo...

Anónimo, ¿dónde has leído esa errata?

Isa dijo...

A mí tampoco me gustan y estoy de acuerdo con usted; pero bueno, como no somos los que decidimos estas cosas...

Bernardo dijo...

No se preocupe don Enrique, que las cuatro torres no pueden sobrevivir mucho tiempo en Madrid. Son como el abeto ártico navideño en una casa con calefacción tropical: no le queda más remedio que marchitarse.

Anónimo dijo...

Tampoco hay que verlo todo desde el lado negativo... algo bueno tendrán, además de la capilla. En este tipo de cosas es en lo que hay que "modernizarse". A mí me encantan! Lo siento. AC

Anónimo dijo...

Bueno, el chiste fácil y de mal gusto que se me ha ocurrido, no lo cuento.
Que sea todo para bien.
;O)

Anónimo dijo...

Perdón! Quería decir "rectificar"....

Kike dijo...

Pues no soy español, pero con todo respeto, la estupidez más grande me parece poner la capilla y el sagrario allá tan arriba: ¡debería estar a ras del suelo! Mi razón es simple y no tiene que ver con ninguna reminiscencia chestertoniana del padre Brown y el martillo de Dios: sencillamente estará tan lejos que nadie irá a rezar. Una capilla a flor de piso inspira a la oveja perdida de la casa de Israel que quizá un día, tocada por el Espíritu Santo, se anime al pasar por ahí a entrar un ratito a rezar. Pero ¿se animará la oveja perdida de la casa de Israel a entrar "un ratito" a rezar cuando la capilla queda en el piso 33? Me parece casi casi una burla. Ahora el problema será con quién dejar al Señor para que no se quede solo todo el rato.

Almudena dijo...

Leyéndole, cualquiera diría que Kloster y usted son la misma persona. Yo estoy de acuerdo con los dos y me espanta lo hortera que han dejado ese barrio de mi pueblo.
Tengo la sensación de que lo del Sagrario ahí, no es con la intencionalidad de que Dios esté en lo más alto...
¿Y en esos edificios dejan entrar a cualquiera a hacer un ratito de adoración eucarística o es una capilla "privada"?
Lo siento, pero hoy estoy malpensante...

Pedro Amorós dijo...

No puedo estar más en desacuerdo con usted.

Es más: pienso que habría que construir más rascacielos, para acompañar un poco a las solitarias cuatro torres y para traer más dinero. ¿O es que éso es malo? Iglesias que den gloria a Dios, sí; pero también rascacielos que nos den de comer y... también para dar gloria a Dios (aunque eso ya depende de la intención con que cada cual haga el proyecto, levante el edificio o, finalmente, trabaje en él).

Sólo comparto la crítica en el aspecto estético de una de las torres.

Un saludo!!

eligelavida dijo...

Qué interesante. Si no son necesarios (como ocurre en NY, donde la falta de espacio propicia estas construcciones), ¿se hacen por ganar dinero, por una moda arquitectónica, por soberbia o avaricia? Es como preguntar cuál es el motor que impulsa nuestras acciones.

Quizá para muchos son un paradigma de belleza. A mí hay una torre que no me cae mal.

En Londres está el puente del Milenio, una especie de pasarela sobre el Támesis, construida por Norman Foster, que el día de su inauguración se bamboleó tanto que tuvieron que cerrarlo al público porque por lo visto, es tan flexible que vibraba y se balanceaba poniendo en peligro la vida de los viandantes. Estuvo cerrado bastante tiempo hasta que consiguieron que no vibrara poniendo casi cien amortiguadores a los lados. No se lo que habrá costado, pero es irónico.

Saludos para todos.

Anónimo dijo...

Pues yo lo miro desde el lado positivo: siempre es una buena noticia el que alguien haya pensado en poner al Señor en un lugar de trabajo...aunque sea en la planta 33.
Más de uno se animará y Él estará encantado de la visita...seguro.

Carlos García dijo...

Pues que quiere que le diga ... Después de leer en Alfa y Omega que los coordinadores de la iniciativa explican que «El dar facilidad a los trabajadores para acercarse y estar con el Señor, que se sientan a gusto en su trabajo, donde pasan tantas horas al día, es uno de los motivos principales por los que se construyó la capilla» (...) «Pero, además, consideramos que es una forma de hacer apostolado y acercar nuestra fe a todo el mundo. Algo que es una obligación para los católicos», añaden. La capilla fue construida con el mimo de quienes saben que tienen entre manos un tesoro; además, fue acogida con ilusión por parte del Arzobispado, que prestó su ayuda en todo lo necesario. Hoy, Torre Espacio cuenta con su propio capellán, y son los propios trabajadores quienes aportan sugerencias, gracias a un correo electrónico particular de la capilla. Los miércoles se reza el Rosario, los martes y jueves se celebra la Eucaristía y, en función de la demanda, se irá extendiendo al resto de los días de la semana" .

Los edificios pueden ser feos, pero -¡caray!- los tipos que han puesto el Sagrario han oído eso de 'poner a Cristo en la cumbre de las actividades humanas'

ann dijo...

La entrada de hoy es simplemente preciosa. Me encanto.

¡Dar Gloria a Dios, siempre y en todo lugar ! AMEN.

Diosenmicalle dijo...

Bueno D.Enrique es cuestión de "altura".

Además así casi que de forma pragmática podemos demostrar que Dios está en el Cielo.

Un saludo cordial

Tinta

Kike dijo...

Pues ahora que leo lo que ha puesto Carlos G., me retracto: entonces sí me parece buena idea poner un sagrario ahí.

Enrique Monasterio dijo...

Ya veo que hay opiniones para todos los gustos. Incluso hay quien "no puede estar más en desacuerdo conmigo". Jó!
Sólo añadiré tres cosas más:

1. el piso 33 no está tan alto. Yo he celebrado Misa en el Veleta. Eso sí que es una cumbre.

2. No me parece mal que "la gente" gane dinero construyendo rascacielos. La cuestión es que sólo se ha permitido construirlos allí, en lo que era la Ciudad deportiva del Real Madrid. Se trataba de enjugar la deuda del Club con una bonita e insólita recalificación municipal.
Por eso, ahora, cada vez que me encuentro atrapado en el tráfico de la zona, pienso que los pobres automovilistas estamos pagando el fichaje de Cristiano Ronaldo.

3. La cuestión estética es otro cantar. Si yo no viviera en Madrid me encantaría contemplar las torres a lo lejos, muy a lo lejos. Incluso les haría un poema. Pedro Madrid es una ciudad, no un parque temático.

Anónimo dijo...

De entrada llama la atención una capilla tan arriba...Pero, realmente, si hay tanta "vidilla" como dice Carlos G., y eso hace que la gente se acerque a Dios,bienvenida sea. Cualquier lugar es bueno para estar cerca de Él. Monse.

GAZTELU dijo...

Pues yo tambien lo siento pero me encantan.
Suscribo a Kike en su comentario,ignoraba que existiera una capilla en ellas pero desde luego yo jamas la habria puesto en el piso 33 sino a ras de suelo,a Dios hay que ponerle a mano....que bastante complicado esta eltema.
GRACIAS

Juanan dijo...

Me parece perfecto que en los lugares de trabajo exista una capilla con su capellán. Me parece acertado que quieran reservarle la planta más alta, como se le reserva al Sagrario los materiales más nobles y bellos. La Eucaristía es en sí misma lo más alto, lo más noble y lo más bello que existe sobre la faz de la Tierra, pero es bueno que se reconozca.

Ahora, que como estudiante de Arquitectura, pienso que los rascacielos sólo sirven para agrandar el ego de los que las construyen y los que las mandan construir, y para hacer insoportable la vida en las ciudades. Si por mí fuera, la altura máxima de edificación en todo el territorio español sería de 5 plantas + planta baja, y reservaría alturas superiores a edificios públicos y religiosos, pero JAMÁS a esas latas de sardinas que contribuyen a mantener este sistema capitalista que tantos males nos trae.

Anónimo dijo...

D. Enrique, alto o bajo, en el 33 o el 18 ami me encantaría que en mi "centro de trabajo" tuviera una capilla. Sé que en el centro de Madrid las hay por todos lados, pero tenerla más cerca me gustaría más.
Subes del cafecito matutino (imprescindible para la integración profesional), una visitita a la 33. Y como es corporativa, todo güay!. Si tienes que cambiarte de manzana a lo mejor no te da tiempo.

Además lo que dan de sí 33 plantas en el ascensor:

- Buenos días
- Buenos días
- ¿A qué piso va?
- A la 33
- ¿Pero usted no trabajaba en nose dónde?
- No. A saludar al Jefe.
- Ah! No sabía que Paquito tuviera también un despacho.
- No. Iba a la capilla.
etc...
No me diga que no mola?

El edificio puede ser feo pero no podía ser todo malo...

Carlos dijo...

Me ha gustado lo que Cela dijo de Madrid. No lo había oido nunca. Muchas gracias por su Blog.

Historias del Metro dijo...

Pues...
la planta 33 es la planta mas lujosa y bonita del edificio en cuestion.
los ascensores corren que se las pelan con lo cual en unos segundos puedes subir y bajar, asi que puedes ir a saludar al Senor como si hubieras ido a hacer un pipi. (vaya, perdon por la comparacion).
El piso 33 no es el ultimo del edificio pues este tiene 57 plantas.
A mi tampoco me gustaban las torres, aunque... despues de haber entrado en Torre Espacio... guau! he cambiado de opinion.
...y sinceramente, Madrid esta tan fea que, que dano pueden hacer estas cuatro cositas?
Sinceramente, esta capilla es un regalazo, y ojala que todos los empresarios fueran asi de comprensivos con las peticiones de sus trabajadores.
Perdon por las prisas y los acentos... estoy en Mozambique!

María dijo...

No entiedno por qué, para criticar el rascacielos recurre a la planta 33, me ha extrañado mucho la verdad. Yo estoy con Carlos G y sobre todo con el anónimo que escribe después de Carlos G.
Lo primero que se me pasó por la mente fue "voy a mandar mi CV a alguna de las empresas de ese rascacielos" Me parece un lujo tener al Jefe tan cerquita.
pero yo no vivo en Madrid, así que no hay caso

Enrique Monasterio dijo...

Ya veo que no me he explicado muy bien. Qué se le va a hacer.
Lo de la planta 33 era sólo la respuesta a Isabel, una comentarista que sabía mi poca simpatía por esos rascacielos que están colapsando gratuitamente el Norte de Madrid. Ya me metí con ellos en este blog cuando los estaban construyendo.
Isabel me anunciaba la inauguración de una Capilla ("la más alta de España", aseguraba con manifiesta inexactitud) y me instaba a ver esos edificios con mejores ojos.
Yo, naturalmente, estoy a favor de todas las capillas y sagrarios, pero mi opinión como vecino de la zona sigue siendo la misma.

Ahora compruebo que ninguno de los partidarios de las torres viven en Madrid.

Anónimo dijo...

Me temo que a mi me gustan, a pesar de los pesares, quiero decir de la circulación y de la estética del conjunto.
Lo que me gusta menos son las siguientes líneas: "Pero Madrid, como dijo Cela, “es sólo un poblachón manchego lleno de subsecretarios”. O sea, que estamos en la Meseta Sur, en una semiplanicie infinita y medio desértica que nos permite expandirnos en todas las direcciones y respirar a pleno pulmón", (no me sé los datos pero Madrid es una de las ciudades del mundo con más m2 de parques por habitante).
"De Madrid al cielo" dicen algunos y la capilla y las torres igual acercan un poquito...
Creo que sigue en deuda conmigo, MJ

Anónimo dijo...

Que pasa, que no puede uno "echar un rezo" sin ir a una capilla?? necesitamos ver el sagrario para acordarnos de la presencia de Dios??
A mi ni me horrorizan las torres, ni me emociona tener un sagrario en mi lugar de trabajo... ni tanto ni tan calvo!
Puestos a hacer apostolado arquitectonico, me habria parecido mas productivo dedicar esa planta 33, o los metros de la capilla de esa planta 33 a dar un lugar de descanso a quienes no lo tienen, o un lugar donde puedan comer quienes no tienen que llevarse a la boca, o ...

Sinretorno dijo...

A mí me da igual , pero me alegra saber qe hay un sagrario ahí. Jamás pensé que el Opus Dei tuviese una torre en Manhattan . Se está haciendo muy mayor, yo también. Y por cierto los obesos tenemos derecho a correr por la calle.

Historias del Metro dijo...

Después de leer todos los comentarios, me doy cuenta de que creo que todos, más o menos, estamos tan contentos con la capilla, aunque no tanto con las torres. Y para esto mira que le hemos dado vueltas... (Ya estoy en España, con luz eléctrica!)

Atiam dijo...

Para gustos... los colores! Lo que sí es cierto es que los rascacielos son un signo de soberbia de este mundo, ¿no os recuerdan a la torre de Babel?