En la calle Ayala oigo una voz enérgica y tonante a pocos centímetros de mi nuca:
—¡Padre, perdone!
Me doy la vuelta y veo a un desconocido de unos cuarenta años que me apunta con el dedo índice.
—¡No dispares! —respondo con las manos en alto—.
—Perdone, perdone… Es que soy un poco así… Pero aquí somos católicos.
Hace una pausa y reanuda el discurso:
—Quiero que me responda a una duda: si seguimos con este gobierno, la Iglesia se acaba en cuatro años…
—Ya. ¿Y dónde está la duda?
—A ver qué dice usted…
—Bueno, pues yo digo que no lo consiguió Nerón, ni la invasión de los bárbaros, ni los moros, ni Lenin… Ni siquiera nosotros, que somos un desastre, hemos sido capaces de destruirla…
Mi interlocutor frunce el ceño en actitud reflexiva:
—Claro, vistas las cosas así…
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 18 de marzo de 2010
Diálogos urbanos
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14 comentarios:
En efecto. No es por presumir, pero estamos en el equipo ganador, por mucho que las pasemos moradas.
Me quedo, Don Enrique, con el reconocimiento que sabiamente hace cuando dice "Ni siquiera nosotros, que somos un desastre, hemos sido capaces de destruirla…"
Cuentan que antes de su conversión, G.K. Chesterton se asomó a una iglesia católica y observó parte de la misa. Después se marchó y su reflexión vino a ser:
Esta es la Verdadera Iglesia de Dios. Sobrevivir 20 siglos a todos los imperios, a todas las persecuciones, teniendo ministros que dicen las tonterías que le acabo de escuchar a este... no cabe duda, es Dios quien la sostiene.
No hace falta buscar a un cura de una iglesia perdida de Londres. Nosotros, la tropa, ya nos valemos. Si la Iglesia es capaz de mantenerse aguantándonos a nosotros...
No hay nada como echar una mirada a los primeros cristianos para darnos cuenta de que nos quejamos de vicio.
Y el que le preguntaba... Venia con cámara? Porque suena a emboscada paparazzi.
¿por qué lo de los cuatro años? ¿Tal vez xq ni tan siquiera el Señor aguanta otra legislatura de ZP? I wonder...
Pues sí; la Iglesia no desaparecerá por más que se empeñen.
Quien quiera saber lo que esta pasando en la Iglesia es muy simple solamente tiene que leerse un libro que se llama "A los sacerdotes, mis hijos predilectos" que tiene editado el movimiento sacerdotal mariano y contiene las locuciones que recibe el Padre Gobbi de la Stma. Virgen. Caminamos desde hace años sobre la dolorosa purificacion de la Iglesia. Menos cara de poker y mas rezar.
Iba a escribir un comentario, pero habiendo leído el de Gonzalo casi que guardaré un respetuoso silencio mientras asiento con la cabeza.
Suscribo totalmente el comentario de Gonzalo.
Después de 20 siglos nadie ha sido capaz de destruir a la Iglesia,yo tengo claro que existe alguen sobrenatural que la sostiene en sus brazos y precisamente es una de las razones que más me "levanta el alma" para estar convencida de que Cristo es la verdad y que estoy firmemente dispuesta a seguirle aunque lo luego lo haga todo del revés.
Tambíen tengo otras poderosisimas razones para creer en su existencia
pero no forman parte de la entrada de hoy.
GRACIAS Y FELIZ DIA DE SAN JOSE
Rápida su respuesta...se nota que no es la primera vez que le han preguntado algo así.
No hace falta echarle la culpa del terremoto a Zapatero...todos lo somos un poco....tendremos que poner de nuestra parte.
Sí, pero Zapatero está frotandose las manos por nuestra ineficacia. Que ya le tiene gana a la Iglesia....
Querido “anónimo”:
He rechazado un comentario tuyo, a pesar de que contenía alguna reflexión interesante, por las siguientes razones:
1. Porque eres un pelín “faltón” y no me gustan nada, nada, los insultos gratuitos (tampoco los onerosos)
2. Porque eres anónimo. Si hubieses puesto un nombre y un apellido creíble, tal vez me habría animado a publicar tu pequeño manifiesto y a subir al ring. Si alguien me insulta, me gusta verle la cara, no para rompérsela, Dios me libre.
3. Porque en esta entrada no viene a cuento organizar un debate sobre la financiación de la Iglesia cavernícola e intolerante y las bondades del Estado laico. Es ésta una cuestión apasionante, pero, como digo, la dejaremos para otro día.
Sinceramente, Dios se vale muy bien de instrumentos frágiles y oxidados...
Si sólo dependiera de nosotros...
Gonzalo, no hay añadidos posibles a tu comentario.
Muchas felicidades por la fiesta de S.José y un saludo.
Siempre que alguien me dice que la Iglesia "está derrumbándose", "es cosa del pasado", "no va a durar ni veinte años", "está en vías de desaparecer"... (dos compañeros de colegio míos hace un par de años, por ejemplo) me asalta una incontenible sonrisa irónica.
Y me acuerdo de Gamaliel, diciendo en la sinagoga que si la Iglesia era cosa de hombres se desvanecería rápidamente, pero si no, es que era cosa de Dios.
Y de Juliano el Apóstata, bramando desde el trono que él destruiría la Iglesia y establecería de nuevo el paganismo.
Y a Voltaire, que clamaba que Jesucristo había necesitado doce apóstoles para erigir su Iglesia y que él demostraría que para destruirla bastaba uno.
Y a Nietzsche proclamando a los cuatro vientos que Dios había muerto.
Y a Freud firmando, muy ufano él, "El porvenir de una ilusión".
Pero, sobre todo, una casa con las ventanas cerradas por tablas que se encuentra en París, donde hace cien años Auguste Compte proclamó que el cristianismo era ya cosa superada y que, en menos de diez años, proclamaría el Positivismo como única religión completa en Notrê Dame, momento a partir del cual la Iglesia tenía los días contados.
Todos ellos han desaparecido y la Iglesia permanece. Siempre vencerá.
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