He vuelto a Atocha y me he detenido otra vez junto al cilindro de cristal que recuerda el atentado del 11 de marzo de 2004. De nuevo, igual que el día de su inauguración, he sentido que el corazón se me congelaba frente a ese bloque de hielo.
Me ha resultado difícil rezar un responso. El monumento está clavado en un islote, entre automóviles que lo rodean por todas partes, sin acceso alguno para los peatones. Se me antoja un bunker lejano y frío cerrado a la esperanza y al perdón.
Explicaron entonces que las víctimas profesaban distintas religiones, y, por lo visto, no encontraron mejor forma de reflejar esa suma de creencias que expulsando Dios del lugar de la tragedia. Ni una cruz, ni un signo que exprese la dimensión espiritual del hombre y su fe en el más allá.
¡Ah, sí! El arte es un lenguaje que algunas veces consigue transmitir lo que se propone. Yo buscaba un ámbito de paz para rezar por los vivos y por los difuntos, pero ese monolito sólo ha conseguido hacerme revivir los alaridos de dolor y rabia que creía olvidados. Y he sentido el escalofrío del pánico que cubrió la ciudad entera como un manto de niebla, y el odio que lo impregnó todo.
¡Maldito monumento! Escribo lo que pienso y siento. No quiero un recuerdo de hielo para las víctimas. La música de Paul Casals, que sonó en presencia de los reyes y de las autoridades fue sólo un bellísimo lamento, un grito que certificaba la victoria de los sembradores del terror.
Necesitamos la cruz para ganar esta batalla. ¡Cómo la echo de menos! Sólo con Cristo seremos capaces de perdonar y de vencer.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
miércoles, 24 de marzo de 2010
El cilindro de hielo.
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15 comentarios:
Ese monumento genera cualquier cosa menos esperanza. Tras un atentado, construir un monumento que genere re-sentimiento es una pena...
Al leer su entrada de hoy, se me han llenado los ojos de lágrimas. A pesar de ser una de las afortunadas que ese día, la Virgen nos protegió con su manto a mi y a mi hija (estaba embarazada de seis meses), para ese día no coger ninguno de esos trenes que me llevaban todos los días a mi lugar de trabajo. Para aliviar ese daño psicológico que me ha provocado este atentado, hoy pienso que el Señor tiene otros planes para mi y por eso me libro. Domine ut videam! y sea generosa para cumplir todos los días su Voluntad.
En estos momentos ofrezco mi trabajo por todos los afectados vivos y difuntos y por las otras dos embarazadas en su día (Aún recuerdo perfectamente sus caras cuando nos mirabamos, por que ibamos las tres de pie y nadie se dignaba a cedernos un asiento)que me acompañaban en el tren y que no tuvieron tanta suerte.
No había visto antes el monumento y me parece horrible, tan frío y lejano; transmite todo menos esperanza, compasión y perdón. No se dan cuenta que sin el apoyo de la Cruz no se puede vivir ni encontrar el sentido de las cosas...
Comparto sus impresiones sobre el "monumento". Y, a propósito de cruces y otras imágenes o símbolos que recuerden a Dios en las calles... aprovecho para preguntarle si ha tenido ocasión de leer (es mejor leerlo despacito) el Pregón de la Semana Santa de Sevilla de este año. Entre los sevillanos (a quienes realmente está dirigido) ha tenido muchas críticas y a otros les ha entusiasmado. A mí, que soy de la "austera" Castilla, pero he vivido alguna Semana Santa en Sevilla, me ha gustado muchísimo y creo que tiene fragmentos que ayudan mucho a rezar.
Marta, lo tuyo sí que es un bonito monumento a la esperanza en forma de Cruz...Rezaré especialmente por ti y por tu niña. Gracias por contárnoslo.Un beso.
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He cortado y pegado el enlace que tengo al PDF del pregón. Por si lo quiere leer y no lo tuviera.
SALUDOS
http://www.hermandades-de-sevilla.org/galeria/pregones/textos/Pregon%20Seman
a%20Santa%20de%20Sevilla%202010.pdf
Marta, doy gracias a Dios por haberte salvado y por tu respuesta. Bendita tu niña también.
Un monumento como el que usted busca, Don Enrique, lo erigiremos cada uno de nosotros de un material que no puede derrumbarse, y nos recordará que ellos no han ganado, que todo es para bien, que Dios es Dios y que la victoria es nuestra siempre. Y que ninguno de los que ese día murió lo hizo en vano.
El perdón es la victoria.
Yo no creo mucho en este tipo de monumentos, ya sean de caracter religioso o neutro, tener un lugar al que acudir me parece una fertil provincia donde el dolor arraiga. El mejor monumento para los creyentes es la esperanza de que Dios habita algún sitio, y con él,el ausente, para los que no creemos, el recordar nos basta, una piedra sin inscripción alguna, como la del poema, donde poner la sonrisa de aquel para que espante al olvido.
Podemos estar o no de acuerdo en lo acertado del monumento, pero querer arreglarlo con un cruz, me parece insuficiente, para ello deberían tener cabida, además, todos aquellos símbolos a los que acudir no le resulte extraño a nadie, creo que se optó por este símbolo aséptico por eso mismo, con la idea de que cada uno ponga allí lo que necesite oportuno, aunque nos cueste creerlo, hay familias a los que un símbolo religioso, sea cual sea, les resulta más frío que este mazacote neutro.
No puedo sino suscribir íntegramente su dolorido artículo. Esa misma impresión es la que me suscita el monolito; gélido, sin hálito de vida, expresión de una época cerrada a la trascendencia, descreída, pagada de sí misma, incapaz de dar respuesta a los anhelos más íntimos y universales del ser humano. Mucho se ha criticado desde las instancias laicistas a la Edad Media, como un reducto oscurantista de la Historia felizmente superado una vez el hombre ha alcanzado la mayoría de edad con la Ilustración y el Siglo de las luces. Ya quisiera yo que el hombre de nuestros días fuese capaz de mirar al Cielo, y elevar una plegaria en forma de catedral románica o gótica, como expresión de su sed de eternidad y de su anhelo de Dios. Sigue en pie el grito de San Agustín con el que se abrían sus "Confesiones": "¡Nos has hecho, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti!".
La Cruz ofende? La Cruz es, ha sido siempre, simbolo de perdón, símbolo de justicia, símbolo de victoria, y símbolo de esperanza. Ofenderse ante una cruz denota una ignorancia y un orgullo ridículo. La cruz aúna culturas, razas, pueblos. Que otro símbolo religioso hubiera recogido el recuerdo y la esperanza de los que van a conmemorar a las víctimas? No nos engañemos, hoy como entonces la cruz esta perseguida. Y los que pusieron las bombas ganan. Se les abre las puertas y se les "comprende". ,
Pregunta: ¿Dónde estaba Dios en el 11-m?
Respuesta: Si quitas a Dios de todos los ámbitos de la sociedad,(incluidos, los monumentos) Él es un caballero, se aparta sólo,
Pero... después no esperes que aparezca sólo cuando se lo exiges.
Es una respuesta un tanto dura, pero a mí me parece acertada.
Creo que fue en este globo donde leí otra respuesta a la pregunta que formulas: Dios estaba en la Cruz...(con los brazos abiertos, sufriendo ese horror y acogiendo a cada uno de los que en ese momento eran arrancados de la vida de un modo atroz).
Reconozco que no entiendo del todo ese silencio de Dios...pero si de verdad "se retira", es como para volverse loco...
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