miércoles, 17 de marzo de 2010

Elogio de la errata (I)

Cuenta la leyenda que un anciano monje japonés pidió a su discípulo predilecto que arreglara el jardín del templo. Como todo el mundo sabe, los jardines japoneses nada tienen que ver con los occidentales; están cargados de simbolismo y cada detalle, cada planta, cada roca, cada riachuelo tiene un significado concreto.

Pues bien, el discípulo hizo lo que le pedía el maestro, pero éste no se mostró satisfecho:

–Aún falta algo –le dijo–.

Por tres veces trató el joven alumno de mejorar el jardín sin conseguir la aprobación del anciano. Hasta que, por fin, se rindió:

–Maestro, no logro saber qué es lo que falta. He cuidado cada uno de los detalles y no soy capaz de hacer más.

Entonces el maestro se inclinó, tomó una hojas secas de arce y las lanzó descuidadamente sobre el jardín.

–Ahora está bien –concluyó–.

9 comentarios:

Marcela Duque dijo...

Me suena haber leído esta historia hace unos tres otoños atrás... ¿no? Aunque no suelo comentar, le sigo de cerca :)

Enrique Monasterio dijo...

En efecto, ahora compruebo que ya había contado esta historia otra vez. Es un error repetirla. O quizá sólo una errata

Dani Morcillo dijo...

Siempre es mejor un herror que un orror... ¿O no?

Almudena dijo...

Ahh, por cierto, ¿Sabía que las alfombras persas se tejen con un defecto, a propósito, como forma de señalar que sólo Dios es perfecto?. Seguramente sí lo sabía.

Anónimo dijo...

Los consumidores han elegido a Movistron como la peor empresa del año debido a su política de precios y el deficiente trato a los usuarios, según una votación organizada por la asociación de usuarios en acción FACUA. Vaya Dn. Enrique ha tenido suerte que encima no haya sido esta, si no ................

Anónimo dijo...

Dn. Enrique, perdón, he enviado mi comentario anterior en esta pagina y aqui no viene a cuento. Publiquelo en su sitio "gracias"

Enrique Monasterio dijo...

Lo siento, Anónimo: puedo aceptar o rechazar los comentarios, pero no cambiarlos de sitio

Andrés dijo...

El jardín sólo es un espejo de lo que hay fuera de él, pero concentrando parte de su belleza y rechazando otra parte...
A mi sigue sin parecerme perfecto, me parece más bonito que sin las hojas, pero no perfecto.
Ah... la naturaleza si es perfecta en toda su dimensión.

Un saludo a las flores de jardín, a los arboles del bosque y a los arbustos del campo.(y al que se de por aludido)

Nico dijo...

Como ese jardín, así es mi mujer. Perfecta, con un rasgo de humanidad.