Empiezo
otro curso de retiro en Molinoviejo. El cochecillo ya se sabe el camino de
Ortigosa del Monte. Suelo llegar por las tardes, con el sol de frente. Si el
cielo está limpio como hoy, las gafas oscuras son imprescindibles. Afortunadamente,
en pocos minutos se llenará de sombras la autopista gracias al parasol de la
Sierra de Guadarrama.
Por
los altavoces del coche suena el Stabat
Mater de Pergolesi. Siempre me ha conmovido esta obra, y la pongo a todo
volumen cuando tengo que hacer un viaje más o menos largo y monótono.
Voy
pensando en la primera meditación, la de esta noche, que será breve y, por
tanto más difícil. La llaman “preparatoria”. ¿Acaso no son preparatorias todas
las meditaciones? De eso se trata, de preparar el corazón y la mente de los que
escuchan para que cada uno haga su oración personal.
También
yo debo hacerla, aunque en voz alta. Y, después de tantos cursos de retiro
iguales y diferentes, pienso en las palabras de Salmo ―“cantad al Señor un
cántico nuevo”―, y me digo que, en rigor, el cantar será nuevo, aunque tenga
las mismas notas y la misma letra, con tal de que el que canta no se convierta
en un tocadiscos.
Sigo
oyendo el Stabat Mater. Es una versión de la orquesta y coros de la Scala de
Milán. Creo que la dirige Claudio Abbado. A la soprano Katia Ricciarelli puedo
imaginármela sin esfuerzo. Yo sé que no es posible, pero cada vez que oigo este
pequeño mp3, pienso que algo ha cambiado en la voz, en el tono, en el énfasis...; que es, de verdad, un cántico nuevo.
7 comentarios:
En tres semanitas estaré yo también por allí, y qué ganas tengo este año.
Como siempre le pido: Dele un beso a la Virgen de la ermita de mi parte. Pronto se lo podré dar yo. Guay!
Me da una cierta envidia, la emoción que trasmite con sus retiros.
Lo suyo es una historia verdadera de amor-divino.
Mi retiro es leer su post diariamente.
Nunca había oído el Stabat Mater. Me ha acompañado un rato, mientras trabajaba. Bonito.
El mio tbien Rocio!.
Ahora ya no se si quedan muchos tocadiscos en el pueblo de unos amigos conservan la maquina de discos que tenian en el bar. Lo más que encuentramos ahora es lo que llamamos: el loro para los CD. Adiosle
Muy bonito el Stabat Mater.
Publicar un comentario