jueves, 23 de enero de 2014

Corregir exámenes




Claro que sí, Rafa. Mis alumnas también tienen exámenes, y el profesor ―en este caso, yo― los corrige con todo rigor y los califica del 0 al 10. Los exámenes siempre han sido necesarios. Sin ellos, los alumnos más trabajadores estudiarían la mitad. Y no digamos los “listillos”. Gracias a esas pruebas finales, yo todavía sé algo de Derecho.
Es cierto que ahora las cosas son diferentes. Mis alumnas de Teología no se juegan nada; simplemente quieren “conocer” algo más, aplicando la luz de la fe y el esfuerzo de la razón a los Misterios revelados para aprender a contemplarlos como niños pequeños, que eso somos delante de Dios.
Cuando se estudia así, dar clase es una delicia, y corregir los exámenes aún más. Nadie trata de engañar al profesor: ellas reflexionan sobre lo que han oído en clase y sobre lo que han estudiado, y dejan sobre el papel el fruto de su trabajo y de su talento.
Yo tomo nota, aprendo de mis alumnas, anoto al margen algún comentario. Y casi siempre les doy el sobresaliente que se merecen.

5 comentarios:

Ana dijo...

Grandeee Pater !!!!!! Con semejante Profesor como para no tener alumnas brillantes... Gracias por compartir sus letritas de todos los días nos hacen muchooo bien... Dios lo colme de abundantes Gracias y Bendiciones...

caminando dijo...

Doy fe... Así da gusto ir a clase, ya podía ser así siempre... ;)

Anónimo dijo...

Gracias.hoy ha sido tema de mi oración.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que no sabemos nada de kloster.

yankee dijo...

Me ha hecho recordar mi época de estudiante... Quién pudiera volver!!!