José Antonio Pérez Cabaleiro
No
esperaba encontrar ninguna foto suya en Internet, pero por si acaso he buscado en
Google. Sin éxito, por supuesto: José Antonio era hombre
discreto poco dado a dejarse atrapar por las redes cibernéticas.
Durante
más de treinta años fue mi médico de cabecera. Era un gallego sabio, con un ojo
clínico excepcional, siempre disponible para cualquier emergencia importante o
banal. A cada uno de sus pacientes le dedicaba el tiempo que necesitara y le
entregaba, además de su talento, su gran corazón de padre y de amigo.
No
sé cómo se las apañaba, pero cada vez que tuve que recurrir a él, me dio mucho más
de lo que yo necesitaba. Y me pedía perdón por sugerirme que ofreciera a
Dios aquel achaque concreto.
José
Antonio estaba muy enfermo desde hace años. Bien sabía él que había entrado en la
última curva de su vida; pero no se quejaba. Era hombre de fe
recia, austero y alegre además de piadoso.
Ha fallecido hace unos días y pasado
mañana tendremos su funeral en la Iglesia del Espíritu Santo. Ya está en el Cielo. No me cabe la menor duda.
4 comentarios:
Pues yo le tengo un gran cariño, por los mismos motivos que D. Enrique.
Siempre me atendió con esmero, sin ahorrar tiempo en saber qué y cómo. Siendo yo un crío (18 años) me tomaba en serio. Y me ayudó mucho; también a descubrir que gracias a Dios, no tenía nada serio.
Por eso, desde que supe la noticia de su muerte -gracias al globo- he rezado por él, sabiendo que no lo necesita, pero yo sí.
Cuanta gente buena...¡¡¡¡da gusto!!!! y anima frente a lo que oímos en las noticias.
Lucía
Cada vez que se muere una persona así, es como si se abriera por un momento una puerta entre el Cielo y la tierra. El dolor por la pérdida puede ser enorme...pero se siente una gran paz y una cercanía del "Más Allá" que habitualmente -al menos algunos- no tenemos. Rezo por todos los que lo echarán en falta y también por los frutos de su buen hacer en la tierra y desde el Cielo.
Lo conoci y traté como colega en Madrid 1965 ,un gran tipo D.E.P.
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