domingo, 8 de marzo de 2015

Reliquias




Salgo al jardín, que empieza ya a vestirse de primavera, y me viene a la memoria aquel día —habrán pasado diez o quince años— en que Pilé y yo, sentados a la sombra del plátano evocábamos recuerdos comunes de Molinoviejo y de San Josemaría. Yo pretendía rellenar los boquetes de mi memoria con las precisas y categóricas aportaciones de mi interlocutor.
—¿Estás seguro de que fue en el año 60…?
—Completamente. También estaba Carlos y…
En ese momento apareció alguien. Era un chico del Pabellón, de unos veinte años, al que no prestamos demasiada atención. Se sentó a pocos metros y unos minutos después dijo:
—Es que ustedes son para mí como reliquias vivas.
Pilé, veloz y rotundo como solía, respondió:
—Tienes razón, chaval. Somos colillas, y las colillas también son reliquias.


4 comentarios:

Cordelia dijo...

Cuantas veces me habré encendido un pitillo con la colilla del viejo! Esa brasa que parece medio muerta, pero a la que un soplo de aire hace avivar y transmitir el fuego, esa brasa que quema despacito y sin ruido, pero que se extiende de uno a otro...

Anónimo dijo...

¿Hace diez años que les dijeron eso? ¡Qué fuerte si pensamos cómo los verán hoy! A mí, la verdad, me corroe la envidia: dos bachichas (colillas) que conocieron, abrevaron y trataron a San Josemaría y al Beato Álvaro, no es poca cosa. ¡FELICIDADES Y QUÉ RESPONSABILIDAD!
El Americano que envía 80 veces el mismo mensaje.
Happy Sunday to everyone.

Anónimo dijo...

Toma castaña, esta Cordelia tiene madera de poeta. Y brasas encendidas para calentar a una legión. :)

Antuán dijo...

¡Valga la comparación! yo no fumo pero muchas veces me tocó ir a buscar tabaco para mi padre: celtas cortos y luego, Ducados. Se entiende Cordelia eso de encender uno con otro. De estos que han vivido con san Josemaria tenemos mucho que aprender. Adiosle