Hace más de veinte años, cuando vine a
Airaga por primera vez, estabas igual que ahora. Por ti no pasan las décadas,
amiga palmera. No es que seas una belleza precisamente. Al contrario, pareces
una escoba vieja y despeinada, pero ya entonces me llamó la atención tu
desmesurada estatura. Eres el árbol más alto del contorno: un tronco
larguirucho y pelado, quién sabe de cuántos metros, que luce en la cúspide cuatro palmas mal contadas sin la menor gracia.
Supongo que eres una palmera anciana,
pero deberías ir a la pelu para que te pongan en orden las pocas guedejas que
te quedan. Tienes que asearte, amiga. Cuando uno es joven, peinarse es una
extravagancia innecesaria, pero a nuestra edad no hay más remedio que ponerse
en manos de un buen profesional.
Veo además que has empezado a doblarte por
el centro. Apenas se nota, pero, reconócelo, ya no eres el "enhiesto
surtidor de sombra y sueño" que cantó mi primo Gerardo Diego. A mí me pasa
lo mismo: camino la mar de estirado por cualquier calle y, de pronto, aparece
en un escaparate la imagen de un viejo encorvado con cuatro pelos en la cresta,
que ya solo puede presumir de experiencia.
Supongo que volveré el año que viene, o
a lo mejor antes. Cuídate. Toma el aire como hasta hoy; pasea un par de horas, si puedes, que es bueno para el
corazón, y di a tu palmero que te asee un poco. Eres mi espejo. Me miro en ti.
4 comentarios:
Es un poco extravagante, la verdad, quizá lo hace por llamar la atención, si no ¿de que?
¡Feliz Semana Santa a todos! Acabo de hablar con mi hermano y dice que hasta el martes libran. Le parece demasiado. Trabaja en la construcción y les cuesta encontrar encargos. Así se despide siempre. Adiosle
El sabado me fijare en la palmera, ya que las veces que he subido no ha llamado mi atencion.
Sólo entre usted y yo, D. Enrique, si me permite la corrección fraterna: se le escapó en el primer párrafo "Eres el árbol más alto DE EL contorno.
Felices Pascuas, D. Enrique. Está usted encomendado. Y muchas gracias por su constante presencia.
Conforme vamos cumpliendo años nos vamos convirtiendo en un alma atrapada en un cuerpo. Yo me planté en la veintena, y por dentro así me siento, aunque el tinte me reclame cada 3 semanas...
Esa apariencia erguida o doblada es lo de menos. Como dice Telepizza lo importante está en la masa.
No me gustan las palmeras.Pero sí su afán de estar cada vez más alto.
D.JAIME Vierna, corrección ortográfica! jaja, con la venia.
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