miércoles, 2 de octubre de 2019

Salve Regina (IV)




Gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. 

¿También lloran las flores?
Gementes et flentes in hac lacrimarum valle. 
Cabe pensar que el autor de la Salve exagera, que este "valle" también está lleno de alegrías, de consuelos y de esperanza. Es verdad, pero no podemos ocultar las lágrimas de millones de personas que sufren.
Hay lágrimas de soledad; lágrimas causadas por un dolor físico que parece no tener fin; lágrimas enfermizas que son el desahogo de una tristeza negra, de un puño que nos golpea el pecho sin que entendamos por qué. Hay lágrimas culpables y lágrimas inocentes; lágrimas de viejos solitarios y de niños abandonados. Hay lágrimas secas de los que ya no tienen lágrimas, y lágrimas histéricas que solo buscan llamar la atención. Hay lágrimas que se esconden detrás de una sonrisa y lágrimas escandalosas que ofenden a quien las ve. Hay lágrimas de payasos tristes y lágrimas hipócritas; lágrimas de amores y de desamores. Lágrimas generosas de quien llora por los demás, y lloreras nacidas del orgullo del que se siente humillado. Hay lágrimas humildes de arrepentimiento sincero  que sirven para bañar los pies de Jesús, y lágrimas  de alegría, explosivas, que se presentan como un preludio de la felicidad.
Yo no sé si en el Paraíso terrenal hubo lágrimas. Tiendo a pensar que sí. Cuando el amor es grande lloramos. Y no hay más amor que el Amor.
—¿Y en el Cielo; lloraremos en el Cielo?
Por supuesto. La felicidad que Dios nos promete no es fría; tiene corazón. El Señor no nos ha preparado una burbuja de color de rosa llena de chuches y de pequeños o grandes placeres para tenernos anestesiados. Jesús, que lloró en la tierra por su amigo Lázaro, nos acompañará en el llanto por los que hemos dejado en este mundo. Lloraremos por ellos y con ellos.  Que nadie me arrebate mi derecho a ese sufrimiento, que es parte de la felicidad.
En la Salve se habla de nuestro llanto por haber perdido el Paraíso. E invocamos a la Virgen María, porque es Madre y las madres se conmueven siempre con las lágrimas de sus hijos.

17 comentarios:

Isabel dijo...

Las lágrimas curan.cuando . has llorado lo suficiente¡¡Ella es un hermoso pañuelo.

Antuán dijo...

Esto es un valle de lagrimas. Ya me lo decía mi hermano. Al morirse algún vecino. Reza algo. Reza tu, macho. -Ya he rezado un Padrenuestro. Es algo. Y si la verdad hay llanto para todo. De soledad, de dolor, de arrepentimiento. Interesante: de agradecimiento. ¿Quien no ha experimentado algo de esto? Me quedo con las dos últimas. Lo dije el otro día y lo repito: No soy mejor que los demás. Y cuando te quedas a solas con Dios y lo piensas. No puedes evitarlo. Ya lo dice la cancion de Melendy: " Son lagrimas saladas, porque brotan de tus ojos, lagrimas desordenadas" Pero aun así eso sana. La Señora como diría mi padre está allí en ese valle. Adiosle

Pablo dijo...

Creo que hablo por todos si le pido, aunque sea un mínimo comentario sobre los Custodios.

Pablo dijo...

Si tiene tiempo y ganas, por supuestísimo

Enrique Monasterio dijo...

Tiene razón Pablo; debería haber escrito algo sobre los Ángeles Custodios y no lo he hecho. La verdad es que no he tenido tiempo. Hoy ni siquiera he escrito esta entrada sobre la Salve: estaba programada desde hace tres días y ha aparecido automáticamente. Gracias al móvil he aprobado los comentarios.
Son las 8,40 de la tarde y entro en el ordenata por primera vez.
Pablo, ¿por qué no escribes tú algo sobre los Custodios? Eres un chaval culto y capaz. No me vendría mal un colaborador de tu talla.

Pablo dijo...

De talla más bien bajito.
Y sobre los ángeles custodios podría decir un par de cosas. Dicen que hay que un INEM para ángeles custodios que no tienen trabajo. Es decir que el alma a la que cuidan no les da trabajo,por ejemplo, a San Josemaría, su custodio (Relojerico) le despertaba por la mañana. Y estos Custodios van directamente a la cola si no tienen un nombre. Luchemos para que ningún Custodio se quede sin su nombre.
A mí me gusta pensar que son un teléfono directo con el Cielo. Por ese teléfono se cuelan todas las jaculatorias.





Postdata: no sabe usted lo que es soltar un párrafo en los comentarios... Madre mía

Pablo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo dijo...
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Carmen dijo...

-¡Que suerte poder compartir nuestras lágrimas,sean de lo que sean,con la ternura de una Madre!

Merche dijo...

Mi Ángel Custodio me encuentra sitio para aparcar (creo que es una de las obligaciones de los Custodios, je, je). Una vez tenía que llevar unas cajas con libros a un centro y como pesaban bastante le dije: "Custodio, necesito un sitio a la puerta". Cuando estaba llegando me pareció ver que sí, que había un sitio a la misma puerta, pero no se veía muy bien, porque lo tapaban un poco los árboles. Y todavía tenía que cojer una rotonda y dar la vuelta al edificio para quedarme en la buena dirección, con sus correspondienet semáforos. Así que le dije: "Custodio, si eso es un sitio, que no me lo quiten. Y si no lo es... pues que lo sea". Al pasar al lado del edificio, ya casi en el lado bueno, vi un sitio, que no estaba a la puerta, pero vamos, no quedaba lejos y estuve dudando si aparcar allí o no, pero al final dije: "No. Me fío de tí, Custodio". E hice bien, porque había un sitio a la puerta, el que había visto desde lejos.

Isabel dijo...

En la Biblia se hace referencia a los ángeles .como mensajeros de Dios..se ve en la Anunciación...y en varios textos más donde Dios manda algún ángel para ayudar a Israel. Pero no que cada uno tengamos un ángel al servicio nuestro,al final me parece que existe un mundo sobrenatural al servicio nuestro.para nuestros capricho. de donde sale esa constumbre?

Fernando Q. dijo...

lágrimas por los no nacidos, también. Lágrimas por los corazones duros.

En realidad, amigo Pablo, don Enrique sí hace referencia a los Ángeles Custodios. Si lo piensas bien, a ellos les pedimos que dulcifiquen un poquito el día a día, haciendo algo más llevadero este valle de lágrimas.

Que ayuden a nuestra Madre, vamos, cuidando de nosotros.

Enrique Monasterio dijo...

En el Evangelio de San Mateo Jesús dice: Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre”. En los Hechos de los Apóstoles también hay también referencias explícitas a los Custodios, por ejemplo al de Pedro, y desde los inicios del cristianismo la Iglesia ha enseñado que todos tenemos un ángel, no para “nuestros caprichos” sino para ayudarnos en la lucha. Y sí, están a nuestro servicio.
Hoy, en clase de 3º de primaria he animado a los críos a poner nombre cada uno a su ángel para poder dirigirse a él en la oración. Y han salido nombres la mar de simpáticos.

Alejandra dijo...

Un amigo mío fue ¿comandante?(no sé el cargo)de submarinos. En una de sus muchas misiones se rompió el motor estando en el fondo del mar. Se fue a su camarote y se puso a rezar a su Custodio, "¡¡sácanos
de aquí!!".
La tripulación tan tranquila, con él sabían que estaban a salvo. Y efectivamente, el motor se arregló solo, bueno, lo arregló su custodio. Es más,a veces yo misma le rezo al custodio de Adolfo, y ¡es muy eficaz!.
El de mi padre y la relación entre ellos era también curiosa cuando menos. Su grupo de amigos se juntaban de vez en cuando en una casa. Las mujeres jugaban a las cartas y charlaban y los hombres se echaban un póker. No sé si se juega así, sólo que mi padre siempre jugaba de pareja con un tío mío. El caso es que cuando la partida les iba mal, mi padre a viva voz decía,"¡¡venga Custodio, échanos una mano que tenemos que ganar!!. Lo gracioso es que otro del grupo que tenía muy mal perder decía, "¡¡hombre, eso no, eso es trampa!!"
Merche, doy fe de lo de encontrar aparcamiento.
A los custodios de mis hijos les he rezado desde el momento que sabía que estaba embarazada.

Antuán dijo...

Hola. Pues yo acabo de llegar de la calle y te encuentras de todo.: Madres con sus niños lloriqueando. O te portas bien o nos vamos a casa. Y ancianos que se dejan llevar en silla de ruedas. En una tarde soleada. Pido por los ángeles de todos y a ellos. Y a los que los acompañan que hacen de ángeles. Para que sonrían. ¿Valle de lágrimas? De nosotros depende, si o no. Adiosle

Anónimo dijo...

Hay un libro que se puede descargar en PDF de la web que se titula El padre Pío y el ángel de la guarda (o algo parecido). Recoge multitud de anécdotas contadas por terceros sobre la relación del padre Pío con el ángel de la guarda. Con el suyo y el de los demás.

El padre Pío tuvo la gracia de ver los ángeles de la guarda desde que nació. Al principio creía que los demás también los veían.

El libro está lleno de anéctodas tiernísimas y del buen humor del padre Pio.

Claro que el libro no lo ha escrito D. Enrique pero, en esta vida, no se puede tener todo...

Lolailo dijo...

Me ha recordado a este pasodoble de la comparsa LOS LUCEROS del carnaval de Cádiz. Le sigo desde hace años don Enrique!
Se de lágrimas de miedo
Que se lloran a escondias
Se de lágrimas de duelo
Pa un amor de hielo que ya se termina
Se de lágrimas amargas
Por la pena de una ausencia
Se de lágrimas de rabia
De dolor y de impotencia
Se de las lágrimas de tu placer
Que de tu cuerpo yo aprendo a beber
Se de las lágrimas en un andén
Al alejarse algún tren
Lágrimas hechas de carcajadas
Lágrimas claras para un sí quiero
Lágrimas turbias de luto y oro
Pa un tanatorio de desconsuelo
Lágrimas falsas de cocodrilo
Lágrimas verdes de la amistad
Pero sé, pero sé
Que no hay lagrimas más hondas
Ni más grande, ni redondas
Que las que yo he presenciao
Que al romper esas lagrimas sangradas
Por tus piernas derramadas
Y agarrada de mi mano
Yo sé bien
De tus lágrimas gritando
Y un amor que está alumbrando
Con dolores tan profundos
Y de pronto rompe un llanto
Que es la luz que está anunciando
Que un lucero llega al mundo