En la
Misa de las 12 y cuarto del colegio, consumo el Santísimo como todos los viernes, y a continuación salgo hacia el parking en busca del coche, pero
me alcanza corriendo un chico de sexto de primaria.
—Es que quiero confesarme...
Le digo
que por supuesto, y regresamos los dos al oratorio. Al terminar, veo que, en el
primer banco, de rodillas, hay un niño muy pequeño llorando sin el menor disimulo. Es un
chiquillo de 6 años, que estudia 2º de primaria.
—¿Qué te
pasa? —le pregunto—.
—No está
Jesús, ¿verdad? —me dice señalando al Sagrario—.
Le
explico que Jesús siempre está a nuestro lado, pero me interrumpe:
—Es que quiero
pedirle una cosa, y si no está...
—Si
quieres la puedo pedir yo contigo.
Me la ha
contado al oído. Es una cosa buenísima, un "secreto" estupendo que no revelaré ni aunque me torturen. El Señor ya se la ha concedido, aunque él todavía no lo sepa.
No es un
acertijo, por supuesto, sino una lección de fe y de piedad.
10 comentarios:
Qué pena que dejemos de ser así.
Me conmueve! Tiene razón el chiquillo. Ya no está. Aunque si de otra manera. Y hay que saber guardar un secreto y ayudar a conseguir lo deseado. ¡Que bien se le da! ¡Mecachis! Feliz finde a todos! Adiosle
Una bonita lección, sin duda. Tanto que aprender...
Hola! de nuevo. Acabo de encontrar esto que ayer daba por perdido. No es la primera vez. Y alguien me ayudó a recuperar diciéndome:¿que has hecho? Rezar. Este cuaderno se llama: En torno a la Navidad. Me gustaría compartirlo, si os parece: A Jesús Niño. Niños como Tú, ojos que miran, manos que acarician.
Que quieren imitarte, que no saben porque no tienen .
Quien les enseñe... los mayores ¿dónde están?
Piensan, se olvidaron que fueron niños.
Niño siempre quiero ser: “montonazo de ilusiones”
Sonrisas y risas que alegran a los que sufren.
Dónde hay niños no hay penas ni pesa el corazón.
Los niños como los hombres también lloran.
Lágrimas de Dios yo diría que son de amor.
Adiosle
Gracias, Antuán
Es verdad que la iglesia o oratorio sin Jesús en el sagrario,están como muertas sin vida.Deberia estar siempre aún en iglesias vacías,
¡Qué razón tenía San Josemaría cuando decía que hay que tener fe de niños! ¡Qué inocencia y sencillez tan bonita! Y el pobre lloraba porque no estaba Jesús. ¡Dios mío, me quedo sin palabras ante ese niño! ¡Ayúdanos a recuperar la inocencia!
Que gran ejemplo. De cosas pequeñas, de filiación divina, de fe, de piedad de niños... Casi una meditación entera de cosas con las que se podrían rezar. Chapeau por el niño aquel.
Preciosa historia, con final feliz...
Buenísimo, snif.
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