lunes, 28 de enero de 2008

Boda con tormenta en Gazolaz


El 31 de julio de 1999, o sea hace un siglo, Nacho y Alicia contrajeron matrimonio en Gazolaz, un pueblecito navarro, cercano a Pamplona, en una iglesia románica bellísima, de la que recuerdo muy bien su espléndida galería porticada.
Allí llegué, convocado por la novia, para oficiar la ceremonia. ¡Qué remedio! Ya por entonces todo el mundo sabía que "don Enrique nunca dice que no a una antigua alumna de Aldeafuente".
Nacho y Alicia se habían conocido un año antes (allá por el mes de junio de 1998, si no recuerdo mal), y fueron novios casi instantáneamente. El amor a primera vista no es tan raro como parece.
Alicia me lo contó al día siguiente.
—He conocido a Nacho.
—Ya, ¿y qué tal?
—Con ese tío me caso.
Lo siento, Alicia, lo recuerdo muy bien: dijiste exactamente eso. Y hay que reconocer que Nacho no se lo pensó mucho más, aunque, como es hombre sereno y ponderado, esperó antes de dar el primer paso.
Fue una de las bodas más simpáticas que recuerdo. Poco antes de empezar la Misa, un tormentón impresionante nos dejó sin luz, y hubo que encender todas las velas para que se viera algo en el interior de la iglesia. También nos quedamos sin megafonía, pero nadie la echó en falta.

Alicia llegó caminando, vestida de novia y con una sonrisa esplendorosa, desde la casa de su abuelo, que estaba a pocos metros. Nacho vino en coche, nervioso como una pila.

Fue una ceremonia sencilla, familiar e inolvidable. Yo traté de que todos se lo pasaran bien. Incluso se rieron durante la homilía. La verdad es que se respiraba una alegría muy especial. Yo, desde luego, estaba seguro de que los novios se habían estado buscando mutuamente durante mucho tiempo sin saberlo.

Han pasado ocho años y medio. Nacho y Alicia han resultado ser una pareja de aventureros con un optimismo sólido como una roca. Su primer niño —Nachete— nació en Nueva York. Luego vinieron tres más, y ayer por la mañana Alicia me ha telefoneado para decirme, alborozada, que ya están esperando el quinto.

—¿Y tú qué tal estás?, le pregunto.

—¡Fenomenal!

Alicia tiene verdadera predilección por este adjetivo. Y lo dice siempre con tanta convicción...


7 comentarios:

maria jesus dijo...

Soy madre de tres exalumnas de Aldeafuente que cada vez que se reunen (estan las tres casadas y con bastantes hijos) recuerdan cuando usted, para que bajaran a confesar, les hacía rebajas de penitencias

Solavieya dijo...

Sencillo , pero muy bonito , me encanta que haya mucha gente como Alicia y Nacho , que formen una familia como Dios manda , sabiendo que ellos son una pareja simpática me imagino que sus hijos , no van a ser para menos.

Anónimo dijo...

Enhorabuena a Alicia y a Nacho!. Vi la foto del bautizo del anterior y la verdad es que son monísimos!.

MAria Jesus: Rebajas en la penitencia no lo recuerdo. Seguro que era así. Lo que sí recuerdo que entre clase de Literatura y las coplas de Jorge Manrique era más interesante bajarse al oratorio.

Anónimo dijo...

Sobre todo por que las impartía Lourdes Mateo!!!
A Alicia la conocí yo cuando ella estaba en 6o de EGB. O sea 11 años a así. Yo estaba de becaria en el colegio con 19 años y me tocó tenerla de pupila. Desde entonces hemos sido amigas. Nos vemos muy poco por la distancia pero cuando hablamos por teléfono es como si nos hubieramos visto la tarde anterior. Y ahora, D. Enrique me parece que la voy a llamar para darle la enhorabuena. Ya me ha empatado con el quinto!!!

Benita Pérez-Pardo dijo...

La verdad es que a Lurdes Mateo la recuerdo con muchísimo cariño!. Lo que pasa es que el confesionario era el único sitio del colegio donde se podía despotricar largo y tendido sin represalias de ningún tipo. Todo un lujo!

j.a.varela dijo...

Capellanes y directores...Ummmmm! Tuve uno - ¡cuánto lo extraño!- que tengo para mi que arengó las huestes de sus seguidores, para que presionaran- ¡vaya eufemismo!- a la dueña del quiosco de la esquina del colegio para que quitara algunas revistas de tono subido. Claro que el que atendió el reclamo de la Sra. y su corpulento marido fue este pobre director.
Me da envidia y de la mala, que ahora lo tengan en Pamplona. Pero no quiero dar más datos. Y por si se entera de este comentario un abrazo enorme!

María dijo...

jajaja Lourdes Mateo!! a mi nunca llegó a darme clase, porque me fui en 6º pero nos reíamos mucho de su "a mi no me van a dar el té con pastas"!!! jjaajajaja. Yo al principio le tenía miedo (típico de una enana) pero alguna vez hizo algún comentario "maternal" que hizo que se me quitaran todos los miedos.