miércoles, 29 de julio de 2009

Un día de éstos...,


Ya veréis cómo ocurre cualquier día. Me levantaré de la cama y no entenderé nada de lo que dicen los más jóvenes. Me indignarán sus melenas o sus cabezas peladas; no entraré en sintonía con sus maneras ni con su lenguaje; pensaré que su modo de vestir es ridículo, grosero, zafio o amanerado, según como venga la moda; no sabré reírme con ellos; les diré que no chillen tanto, que no soy sordo, y me sorprenderé a mí mismo hablándoles a gritos o mirándolos con desprecio.

Tal vez diga entonces la consabida frase:

—No sé hasta dónde vamos a llegar.

Cuando eso ocurra, tratadme con afecto, por favor; comunicadme que he terminado mi trabajo en este mundo y que debo ir encargando el ataúd.



21 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén!

Altea dijo...

¿Y vendrá así, de repente?...
Cómo mola el peluche de la foto.

Anónimo dijo...

Pues si que se ha levantado animado hoy! Vaya, vaya . Dejese de esos pensamientos ( que son tan impuros como los otros) y a trabajar !

Anónimo dijo...

Creo que esto nos puede pasar un poco a todos los que vamos entrando en años, si pensamos que estamos por encima de los demás, por años, por experiencia, etc. Los que dejamos de amar y nos centramos en nosotros mismos. Los que no luchamos por quitarnos el defecto que no aguantamos de los demás. Los que cerramos los ojos a la verdad.
No creo que esto le pueda pasar a Ud, en todo caso le aseguro que desde aquí mismo -su blog- le diremos muchos y con mucho cariño : Uy uy uy, Dn Enrique, que se va haciendo mayor!!!!!

ROSA dijo...

Al leer su comentario una sonrisa y un halo de tristeza ha surgido en mí, con diferentes palabras y salvando las distancias es lo mismo que nos decía mi madre. ¿Sabe una cosa? murió con 88 años llena de jovialidad, cercanía, conexionada totalmente con sus nietos y sus tiempos. ¿La clave?, para mi que se negó a que ellos la vieran como un “carcamal” (era su palabra) e intento por todos los medios ir con los tiempos y ser valida hasta el final con sus consejos para todos nosotros. Pienso que cuando le llegue el turno Dn. Enrique será también un anciano encantador y no un "carcamal" sus consejos seguirán siendo validos y seguirá arrancando una sonrisa cuando leamos sus comentarios y diremos: ¡Ahí lo tienes, que majo!. Por ahora lleva ese camino, no se tuerza.

Bernardo dijo...

Qué quiere que le diga, don Enrique. No lo imagino a usted en plan "cascarrabias".

c3po dijo...

Buf! Qué desilusión, oiga. Yo pensaba que los de Bilbao no nos hacíamos viejos nunca. Habrá que hacerse de Donosti pues.

Rosa dijo...

A una amiga mía le regalaron un reloj como este. Y lo puso en la cocina, ¡qué valor!

Edadepiédrix dijo...

¡Por Tutatis! si aun es usted un crío. Estos jóvenes... apenas llegáis a los sesenta y ya os creéis que lo sabéis todo.

María dijo...

Jajaja!! Don Enrique, qué cosas dice...Por cierto, quería decirle que hace algún tiempo encontré su Blog a través de "Rayos y truenos" de mi amigo Enrique y me hizo una ilusión enorme, porque yo seguía con fidelidad sus artículos de Mundo Cristiano, pero de repente desapareció y ya no supe más. Le envío un cordial saludo, mi gratitud por sus letras (no sabe cómo me han ayudado en ocasiones a "crecer" y a "pensar por libre"). María.

carlos esteve rozas dijo...

Con esa actitud será imposible que eso suceda...

Anónimo dijo...

yo creo que el secreto para que los más "mayorcitos" (y también los jóvenes, cuando les toque) no caigamos en eso tan feo que nos explica hoy, es lo que le ha dicho un amigo por aquí: Procurar siempre amar a nuestro prójimo y hacerle el bien, aunque en ocasiones fallemos. Tenerlo, al menos, como propósito personal, quizás como prioridad ante la vida, así podremos luchar mejor contra nuestra fuerte tendencia al egoísmo y a la soberbia de creerse mejores que los demás. ¿no?

De todas formas, si le viéramos en ese estado lamentable, yo creo que encargarle el ataúd no sería lo más adecuado, quizás podríamos llamar al primo de zumosol, sí, ese tan musculado, para que le de un par de yoyas....

(Uf, creo que me he pasado 3 pueblos...)

Yuria dijo...

Qué dice, D. Enrique.
X Dios, hasta que no fabriquen ataudes de colores, que no nos metan en ellos. Quién inventaría esos horribles artefactos.

Anoche precisamente en la tertulia habitual salió este tema funesto a causa de un ruido que Rocío escuchó en la casa que tiene los escalones donde nos sentamos a tomar el fresco y reirnos todas las noches.

Invité a todos los presentes a casa a ver una pelicula de muertos, la película "Los otros", pero... no aceptaron.
Es buenísima, se la recomiendo.

Un abrazo, querido sacerdote y arriba ese ánimo.

Nuevepornueve dijo...

¿cuánto va a tardar en contarnos la anécdota que ha provocado esta reflexión?
Me solidarizo con Ud. siendo un poco más joven, a veces me asalta un sentimiento muy parecido.
Supongo que no sirve como consuelo, pero al menos, sepa que no es Ud el único!

Isa dijo...

No creo yo que llegue ese día, don Enrique...Usted no es así.

Pierre Nodoyuna dijo...

Pues menos la frasecita....lo demás yo ya lo hago. Será que estoy viejo?

Anónimo dijo...

Creo que fue cuando don Alvaro del Portillo cumplio 80 años, aunque ahora no me parece que tuviera esa edad, pero que le felicitaron, y contesto hoy soy mucho mas joven, cumpli 2 veces 40 años.

La edad esta en el corazon y son muchos los que cada dia son mas jovenes.

cristina v dijo...

Pero bueno, qué funebre se ha puesto, con ataúd y todo. Yo creo, que se nos está poniendo un poco bucólico: A solas con Mozart, con el colirrojo del pequeño jardín, el libro de poemas,la subida a La Morcuera, el silencio...
Nada don Enrique qué a usted le va el asfalto y sabe que hay mucha gente que le quiere y que le necesita para seguir adelante, así es que al pie del cañón hasta el ultimo día . Además está hecho un chaval.

Mariano C dijo...

No sé a qué viene todo esto.
Usted que ha sido y es capellán de colegios.
Usted que todos los días nos está contando historietas y sucesos que le ocurre en su trato diario con ellos.
Usted que me ha animado a organizar varias cosas con los padres del colegio y que juntos lo hemos conseguido.
Usted……¡Que es de Bilbao!
Cuando se encuentre así,……..Hágase de San Sebastián como yo -también se lo propone c3po -y verá cómo la humildad de ser “guipuchi” le ayudará bastante.
Un abrazo

Ave del Paraíso dijo...

Yo creo que la receta para no llegar a ese extremo es intentar adaptarse al mundo, no esperar que el mundo se adapte a nosotros.

LEYENDO dijo...

D. Enrique, si eso le sucediese no seria usted.

Supongo que tendrá su propio criterio estético y que no coincide ni con las cabezas rapadas, ni con la moda-desatre, ni con los pantalones pañal, ni on los piercing por todas partes ni todas esas cosas.

Pero me imagino que si un día se levantase por la mañana y toda la juventud fuese 100% normalita (que se ajusta a la norma universal- natural, que no vulgar) sería por un lado inmensamente feliz pero por otro se aburriría mazo cuando no estuviese contemplando los pájaros.

La diversidad y la adversidad le van. No lo puede evitar.

Es una suerte que sea así porque si no habría una panda de desatendidos por el mundo ...(entre los cuales me incluyo)

Y supongo, por seguir suponiendo, que el día que se levante y la juventud sea megagüay normal (ajustada a la norma eterna universal moral) es que estará en el cielo y ya no lo quedará más que disfrutar de la situación.

Bueno, me enrollé, lo que quería decir que eso no le va a suceder nunca. Antes me lo imagino con el pelo naranja que diciendo esas cosas.