Quien no sabe callar.., (Séneca y el búho)
Esta vez mi comentario debe ser breve para no sufrir la censura de Séneca. Claro que también podríamos decir con el Eclesiastés que hay un tiempo de hablar y un tiempo de callar. E incluso dar la vuelta a la sentencia y afirmar que quien no sabe hablar tampoco sabe callar.
Esta mañana, leyendo la prensa, he vuelto a comprobar hasta dónde llega el lamentable ingenio de algunos políticos, que envuelven su vacío mental en juegos de palabras, en sutiles insultos al adversario y en greguerías sin gracia.
Sí, estamos rodeados de charlatanes y enfermos de logorrea. Un minuto de silencio, por favor. Qui nescit tacere, nescit et loqui.
5 comentarios:
'Cuida del silencio y el silencio cuidará de tí'.
Ésta no sé de quien es, pero viene al caso como anillo al dedo.
Dado que leo majaderias todos los días. Dado que en el ambiente que me rodea, encuentro un rebote y revolución que no tiene dirección ni sentido. Y donde los que deberían dar ejemplo abanderan la comprensión para cuando les conviene...
¿Sabéis aquello que dice que si la base está torcida el resto del árbol...? Pues éso. Podría ponerme a platicar con esa idea. Pero vamos, hoy me callaré.
En mi casa nunca se habla de política.
En escasas ocasiones y nunca delante de las niñas hablo de política.
¡¡¡¿¿¿POR QUÉ MIS ENANAS NO HACEN MÁS QUE HABLAR DE POLÍTICA????!!!
SOCORROOOO...!!!
(Qué campaña electoral me espera...uff...si pudiera, colgaría el cartel de SILENCIO, POR FAVOR)
Cuántas veces sobran las palabras y falta en cambio una mirada de cariño.... AC
Uzted tiene la ultima palabra, después de escuchar toda clase de comentarios. Esto es como el de las bicicletas que cada vez que iba dejando la furgo mal aparcada enfrente me pitaban paque cortara el royo. pero esque el tio siempre con la misma cantinela: mira yo soy ateo y patatín... cuando viene los de Gehova o los del traje les digo mira yo os arreglo las bicis pero no me vengais con royos que tengo mucho trabajo. Pero contigo se puede hablar. - Claro porque uzted se despacha a gusto le respeto y yo sigo pensando lo que pensaba y tan amigos y encima su mujer le dejaba cada vez un libro. Eso se llama diplomacia, un poquito nos vendría bien. Adiosle
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