A ver cómo le caigo
Poner mi
dirección de correo en lo alto del globo tiene consecuencias. Me escriben
muchos desconocidos generalmente para consultar una duda o para pedir un favor.
Otras veces, uno recibe mensajes misteriosos como el que me ha llegado hace un
par de horas.
He corregido la
ortografía y la sintaxis, y he sustituido dos palabrotas demasiado rotundas (las
que llevan asterisco) por otras menos expresivas.
“Si se deja
usted ver por Gijón, suelo tirar las tardes con mis amigos en la calle N a la
altura del bar N. Si no llueve, me pongo en la mesa que hay fuera para fumar a
gusto sin que se cabree* el gobierno. A lo mejor me reconoce. Soy gordo y un
poco parao, pero simpático. Mañana sábado estaré casi todo el día. Si veo pasar
un cura seguro que es usted. Si me cae mal por el aspecto no diré nada, pero a
lo mejor le hablo y le cuento mi nombre y todo lo que le interese.
A mí solo me
importa saber lo que pasa cuando me muera, y por qué Dios me ha hecho tantas
faenas* si dicen que es bueno.”
De acuerdo, gordito. Me daré un paseo: uno solo. Si ves un cura grandón con gafas de sol, a por él. Iré desarmado. Pero la sidra corre de tu cuenta.
21 comentarios:
No le dejes pasar de largo, gordito... Que te puede cambiar la vida.
Q grande es este globo!
Me lo imagino como en una peli del Oeste, usted frente a gordito...con música de fondo de Henry Morricone, usted con las gafas de sol y él con una gabardina raída....
Ya nos dirá.
Hola simpatico fumador y pregunton de los que nos interesa a todos,que porqué,en verdad nadie lo sabe,pero la corazonada seguro que la tienes.
Hoy es el primer viernes de mes, así que ya sabe dónde me voy esta noche. Le tendré presente.
Y si admite una sugerencia (qué pesada esta Vila) no se ponga la chupa de camuflaje antifrío, que no se le ve el alzacuellos; no vaya a pasarle desapercibido a pesar de su tamaño.
Suerte a los dos!!
Me voy corriendo ya mismo, que llego tarde...
Anda, pinta interesante la conversación¡¡¡
Ojalá se encuentren... eso sí será empezar bien el 2013
Sería un bien regalo de reyes
!Qué gracioso el hombre,si sabe su correo es porque entra en su blog no?
Seguro que le gusta.
Si pasa por Murcia avise por favor
Qué majo, ojalá se lleguen a hablar...
Eso no te dejará igual...
Es lo que tiene ser cura... Este tipo de cosas que acaban en alegría...
Y claro, no nos va a contar el desenlace...jeje.
Bueno, al menos sí nos dirá si se vieron.
(Ojo con la sidra, que ha retado usted a un asturiano rodeado de amigos....y se pelearán por invitar a otra) Que disfrute del encuentro.
Aaaaayyyyyy las eternas preguntas sin respuesta rotunda (como las expresiones de este simpático desconocido).
Entender a Dios es más difícil que entender a las mujeres (eso dicen, a mí no me cuesta tanto entendernos).
Feliz ańo al jefe de éste globo y a sus seguidores.
Isabel,siiiiiiiiiiii,es todo muy complicado
Es curioso lo que puede hacer un globo y un cura descarao... ¡Aproveche! y ¡Que Dios le bendiga! Adiosle
Pues yo tengo un punto de vista un pelín más crítico. Me parece que se puede pedir consejo espiritual de manera menos soberbia y agresiva. Pedirle explicaciones al Creador puede ser un acto de fe, pero no deja de ser altivo si no se hace con humildad.
Por eso me maravilla que don Enrique acepte el reto, lo que es una lección para todos nostros. Al menos para mi.
No hay ningún reto, Fernando; es evidente que esa persona está pidiendo ayuda.
Y que como ha ido D.Enrique?yo creo q todos nos hemos acordado.ya se q no nos dira nada ,pero q cosas tiene la providenvia eh.....
Esas faenas que Dios nos hace de vez en cuando no siempre son obra suya.
A veces nos las hacemos nosotros mismos por tercos y cabezones y metepatas y pecadores y todo eso.
Otras veces nos las hacen nuestros projimos queriendo o sin querer.
Y otras nos las hace el Demonio.
Realmente es poco inteligente echarle a Dios la culpa de todo.
Yo creo q no le echamos la culpa a Dios, al contrario lvemos la "chispa divina" haciendo q atraves de este blog ,este "gordito"haya podido encontrar a un sacerdote q le dara la paz q le falta
Era evidente que pedía ayuda, don Enrique, y usted lo supo ver. Lección aprendida.
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