miércoles, 18 de septiembre de 2019

Charlas al vuelo



Mientras observo con los prismáticos una bandada de buitres que sobrevuela la Sierra, se acercan dos amigos que discuten apasionadamente:
—…hasta que la muerte nos separe —viene diciendo uno—.
—¿En serio? —responde el otro—.
—¿Te parece demasiado?
—Me parece poco. La muerte no separa, une.
Se detienen al llegar a mi altura, y el que acaba de responder me interpela:
—¿Y usted qué opina?
—que es verdad lo que dices: la muerte no divorcia; al contrario. En el Cielo todos los amores de la tierra se dilatan, crecen y se hacen indestructibles. Al fundirse con el Amor de Dios participan de su eternidad. Por eso dice San Pablo que el amor no pasa nunca.
—Sabe que hablamos del matrimonio, ¿verdad?
—Claro; el amor a los pájaros es otra cosa.

32 comentarios:

Pablo dijo...

Don Enrique, ¿entonces lo que le dicen al Señor de la hermana que se casa con cada uno de los 7 hermanos?

Enrique Monasterio dijo...

A ver, que te conteste otro...

Isabel dijo...
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Antuán dijo...

¡Que de buitres! ¡Ozú! Opino lo mismo; la muerte no separa sino que une. Anoche vimos en: El lado bueno de las cosas. Una entrevista a Cañicares hecha en el Mestalla si no me equivoco y habla desde luego de la enfermedad de Santi. Del cáncer que acabo con el a sus cinco años. Pero dice que eso les ha unido. Es más que esa noche sonó que se moría y se despedía de su gente, sin miedo a la muerte diciéndoles que se iba con Dios y con Santi. Yo también rezo algunas noches con mi hermano mayor que tuvo una lexion y se quedó con la mentalidad de un niño de tres, pero mi madre le enseño a rezar. Era un ¡cielo! Siempre contento. Adiosle

Isabel dijo...
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Enrique Monasterio dijo...

Isabel, no te he censurado nada.
Antuán. Las aves de la foto no son buitres. Es una foto de mi archivo.
Necesito más opiniones. Las de Isabel no me convencen casi nada

Pablo dijo...

Puede ser. Si es ¡Gracias Isabel!

Isabel dijo...
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Enrique Monasterio dijo...

Repito, Isabel, que no he censurado nada.

Goyo dijo...

Siempre que hablamos del cielo tendemos a pensar en el cielo con los parámetros de la tierra que son los únicos que conocemos. Pero en el cielo no hay sufrimiento ya no existen las preocupaciones ni los sustos ni los quebraderos de cabeza . Si reflexionamos esto respondemos muchas situaciones de derecho civil y mercantil que tanto nos atormentan aquí...lo mismo pasa con el amor es otra dimensión

Isabel dijo...
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Anónimo dijo...

El cielo se resume en una palabra, amor. El amor del mundo es un anticipo infinitesimal del que esperamos encontrar allí. Así que yo diría que de ninguno porque los lazos necesarios en la tierra estarán obsoletos en el cielo. De todas formas es algo que sólo saben quienes están allí.
Decir además que creo en la Misericordia divina, sobre todo porque soy madre. El amor de una madre es el espejo donde se asoma Dios. Es el mayor regalo divino, el amor, amor infinitamente misericordioso, aún y así, lejano de la Misericordia divina.
Alejandra.

Isabel dijo...
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Pablo dijo...

Antes de que los lunnis y los niños nos vayamos a la cama, ¿puede dar usted una respuesta, por favor?

Juanma Suárez dijo...

No he entendido nada de lo de la hermana, los siete hermanos y unos casamientos. Debe haberme perdido algo.

Yo sí quiero creer que en el Cielo, todas las cosas buenas de la tierra serán amplificadas por Dios, eliminándole todas las barreras que nuestra alma corrompida por el pecado original tiene aquí abajo. La felicidad que podemos, mínimamente, vislumbrar aquí abajo no es más que un espejismo de lo que nos espera en el Cielo; como una pequeña muestra. Como si Dios nos diera a catar un bocado del Banquete de verdad.

De todas formas, don Enrique, ya lo hice una vez y, abusando de su generosidad y de la de los contertulios de esta mesa de camilla, solo entraba para pedir oraciones. MUCHAS ORACIONES por mi novia. Esta mañana el médico nos ha dicho que su vida pende de un hilo, y que depende de qué lado del hilo se quede, puede salir adelante o no; pero que está más cerca de la parte en la que no. Me he tirado toda la tarde en la capilla del hospital tratando de llegar a un acuerdo con Dios, pero si más gente puede dar un empujoncito estaría muy agradecido.

Enrique Monasterio dijo...

Nos vamos acercando. Juanma y Goyo dan bastante en el clavo. A ver si un día de esto doy yo también mi opinión

Cordelia dijo...

Rezo. Mucho ánimo

Goyo dijo...

Juanma cuenta con mis oraciones no lo dudes

Antuán dijo...

Buenos días ya he visto que hay otra entrada pero ahora vengo de Misa donde no existe el tiempo. Y recé por todos. Alejandra me gusta que estés en el grupo, me acuerdo de mi madre se llama como tu, ella no sabia escribir pero nos enseñó a rezar que es más importante. Y Pablo las cosas son mucho más sencillas. Cuando se cruza la frontera de la Vida no hay casamientos. Una vez le dije a mi hermano Pablo que si quería que nos encontráramos después procurase estar cerca de Dios. Adiosle

Enrique Monasterio dijo...

Juanma, ni que decir tiene que, desde esta mesa camilla, todos rezamos por tu novia. Yo hoy la he encomendado en Misa.

Sobre el matrimonio, el Cielo, el amor, etc..., creo que la doctrina es muy clara. El matrimonio como institución y como Sacramento existe mientras vivimos en este mundo, es sólo un camino hacia el amor de los amores. Más allá de la muerte, en el Cielo, el vínculo matrimonial desaparece, pero el amor no. Al contrario: el marido y la mujer se querrán infinitamente más y estarán más unidos que nunca en el Amor de Dios. Allí estaremos todos apretaditos como una piña en el corazón del Señor. Todos nuestros amores de la tierra, el amor conyugal, el amor fraterno, el amor filial, el amor paterno y materno, el amor de los amigos..., se endiosarán y serán eternos.
"El amor no pasa nunca" (I Cor.13)

Carmen dijo...

Gracias!!!

Amalia dijo...

Yo también os encomiendo Juanma.

Genial Don Enrique. Conciso y claro, como siempre.

En el último capítulo de un libro” facilongo” pero precioso que se llama “Pijama para Dos” de Alfonso Basallo, explica justamente esto. El matrimonio es humano porque empieza en la tierra, durante la vida terrenal, pero tiene un componente espiritual que lo hace eterno y que va más allá de esta vida. Precisamente por esa realidad espiritual traspasa las fronteras de nuestro mundo/entendimiento concreto donde está Dios, que es amor, y es infinito... la eternidad será contemplar a Dios cara a cara, una faz que conoceremos y es familiar porque ya aquí hemos podido participar de ella queriendo a los demás y queriéndole a a Él. Los casados llegamos al cielo a través de nuestro cónyuge, nuestro camino al cielo vaya. En esta vida no obstante hay de todo, habrá matrimonios en los que uno de ellos sean auténticos monstruos, muchos que se equivoquen empecinadamente y hagan sufrir muchísimo... bueno, ante el pecado a mí solo me sale silencio y rezar... y si en alguna ocasión podemos ayudar pues adelante.

Isabel dijo...
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Enrique Monasterio dijo...

Dices que “nadie piensa ir al infierno”. Por supuesto. El Infierno existe y quizá nos lo hemos ganado muchas veces, pero la Esperanza es virtud teologal que nos mueve a pensar en la meta, en la felicidad que Cristo nos ha prrometido si somos fieles. Soñar con el Cielo no es romanticismo barato; es lo que nos mueve a luchar, a vencer cada batalla de esta vida. Vive de Esperanza, Isabel, y volarás mucho más alto que si te pasas la vida pensando la condena del Infierno.

Enrique Monasterio dijo...

Esta vez sí que he rechazado tu comentario, Isabel. Me entristece leer que “no crees que irás al Cielo” y que la Esperanza “es mala”. Se ve que confundes la Esperanza con el optimismo en cosas humanas. Es un error. Si me escribes a mi correo electrónico podré aconsejarte mejor y aclararte algunos conceptos. En el poco espacio de estos comentarios no me siento capaz.
De momento, te aconsejo que leas la Encíclica “Spe Salvi” de Benedicto XVI. Es fácil encontrarla en Internet o en papel. Es un documento sencillo y precioso.

Pablo dijo...

Ahora mucho más claro. ¡La que se puede llegar a liar en un foro por una simple pregunta!

Pablo dijo...

Isabel, si el bien existe, por regla de tres, el mal debe existir. No se trata de que nadie vaya a ir al infierno, sino en la verdadera esperanza de que Dios, que te quiere con locura, (locura de amor, tanta que se clavó en una cruz, algo que era el castigo peor para un judío) te va a llevar con ÉL.
A mi me sirve una analogía. En una nevera hay chocolate. Tu puedes elegir si coger el chocolate (ir al Cielo) o pasar del chocolate (ir al infierno).

Pablo dijo...

Si te soy sincero,pudiendo elegir, comamos chocolate

Anónimo dijo...

Cómo os lo pasáis!
Está la versión práctica. Si el matrimonio es camino de santificación, cómo va a continuar en el cielo?

Como la señora que llega al cielo y se reencuentra con su marido : "Pacooooo"

Y éste le contesta: "Puri, ya lo dejó el cura claro. Hasta que la muerte nos separe..."

Es sólo una broma.

Como ya habéis resuelto el dilema, sólo añadir que la que se casó con los 7 hermanos era una reincidente temeraria. Al menos podrá decir sin mentir "Suegra, no hay más que una!"

Isabel dijo...
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Pablo dijo...

O, como cantan los Chunguitos, "si me das a elegir, me quedo contigo"

Enrique Monasterio dijo...

Chicos, fin de la conversación. No publicaré más comentarios