Los "peros" de Isabel
No recuerdo como se llamaba aquel chaval. Han pasado tantos
años… Creo que estudiaba primero o segundo del viejo BUP, y era un tipo
estupendo, trabajador, simpático y temperamentalmente provocador. Venía todos
los sábados a las meditaciones y a la Exposición del Santísimo, y, siempre, siempre,
al acabar entraba en mi despacho y me contaba que no estaba del todo de acuerdo
con algo de lo que yo había dicho. Algunas veces tenía un punto de razón, pero
con más frecuencia "se enganchaba" en una frase o en una anécdota
para pedalear hasta el infinito y poder polemizar conmigo. De paso, evitaba que fuésemos al grano, o sea a sus problemas
reales. Como digo, tendría 15 o 16 años. Estaba en la edad.
Un día le tendí una especie trampa bastante obvia. Le dije más o menos:
—Yo creo que las cosas buenas son preferibles a las malas,
¿no te parece?
Se quedó pensativo un instante y respondió:
—No siempre.
Nos reímos los dos cuando cayó en la cuenta de lo que había dicho.
¡Gran cosa la adolescencia! Me encantaría saber qué fue de
aquel chaval. Lo he recordado hoy al leer el último comentario de Isabel a una
de mis entradas. Ni que decir tiene que no conozco a Isabel. No sé si es su
nombre auténtico o si se llama Federico; si tiene quince años o cuarenta, pero
le doy las gracias porque me lee todos los días y siempre sabe encontrar un
"pero" a lo que escribo. Me encanta, de verdad. Es como si volviera a
charlar con aquel adolescente listo y peleón. En ocasiones, cuando termino de redactar
mi reflexión diaria, me pregunto: ¿qué pega encontrará hoy Isabel? Y, por si
acaso, procuro afinar un poco el texto para que esa vez se quede satisfecha del
todo.
Misión imposible. Esta mañana, por ejemplo, comenté unas
palabras de Isaías (cap. 43): "yo te he redimido y te he llamado por tu
nombre; tú eres mío". Así declara Dios su amor a Israel, y así ama a cada
uno de sus hijos. Pero parece que Isabel no está muy de acuerdo y puntualiza:
"lo de eres mío es muy posesivo".
En efecto, "mío" es un pronombre posesivo. ¿No te
parece un sueño que Dios diga que nos ama hasta poseernos del todo? ¿O espero
otro pero tuyo?
En todo caso estoy seguro de que no te sientes ofendida por
esta pequeña broma.
4 comentarios:
Me parece que los "peros" no deben influirnos en lo que vemos que tenemos que decir - ni creo que sea su caso,Don Enrique.
Preciosa puesta de sol en el mar. Yo guardo más bien otras de tierra adentro. Bueno una de Finisterre. y de Algeciras. La otra punta. Algo es algo. Realmente a mi también me sorprende lo de los peros de Isabel, que no quise decir nada. Ya tenia otras cosas. Dice - si quiero. No se sabe que quiere decir. Que puede o no estar del todo de acuerdo. Es bueno que alguien opine distinto porque si no se acaba la conversación. Es bueno participar; si es un dialogo. Una aclaración. Todos tenemos nuestros peros o dudas y es bueno preguntar y aclararse. Hay tanto que aprender y si estamos a mitad de la vida. Todavía hay mucho que aprender. Pasaba por aquí porque mi gente: se fue de excursión y cenan fuera y el telediadio me supera. Vine a imprimir la canción del alfarero para la Misa del domingo que celebra la gobernanta y queremos cantar algo. Al final me dijo mi camarada que una canción andaluza a la Virgen y que me lleve la caja flamenca. No se si sera muy atrevido. Será discreto porque alguien puede encontrar algún pero. Buenas noches. Adiosle
Hola....otro pero...
Los más famosos peros son los de Cehegin( Murcia).
En aquellas tierras llaman peros a las manzanas...y estan riquisimos...
Un pero de Cehegin es lo mejor.
Saludos
Rafaela.
Rafaela,doy fe!!.Y si queréis deleitaros de verdad, manzanas de Moratalla, "Verdedoncellas", cerca de Cehegín, yo las llamo cristalinas, porque cuando están maduras se vuelven, por zonas, transparentes y su dulzor así como su textura crujiente son incomparables.
El Señor se vale de renglones tal vez algo torcidos para escribir derecho. Apuesto porque Isabel no tiene ni 20, años, una edad con todo por descubrir, con preguntas a las preguntas mismas, con ideales, con todo por vivir. Qué bien que estés aquí, Isabel, no pierdas nunca la ilusión, tu palpable juventud...Se es joven siempre, porque al fin y al cabo somos almas atrapadas en un cuerpo y el paso del tiempo por él...
Alejandra.
Google no quiere hoy reconocerme :P
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