jueves, 26 de septiembre de 2019

Salve Regina (II)


Vita, Dulcedo et Spes nostra...


Hasta el último momento los seguidores de Jesús conservamos la esperanza. Cuando un  soldado blasfemo le gritó, "si eres el Hijo de Dios, baja de la Cruz", pensamos que, en efecto, Él haría saltar los clavos que lo sujetaban al madero y se presentaría ante la multitud con sus llagas cicatrizadas y sonrisa de triunfador. Pero el Señor no se movió.

Una piedra enorme cayó sobre la tumba en la que yacía el cuerpo del Maestro. El estrépito de aquella losa que cerraba para siempre el sepulcro, nos golpeó en el pecho con la fuerza de un trueno aterrador. Supimos que todo había terminado. Jesús estaba muerto, y, con su muerte, la vida dejaba de tener sentido: los sueños de tres años; las parábolas que nos contaba al atardecer, los milagros que vieron nuestros ojos, sus promesas de la Última Cena, su rostro transfigurado en el Tabor, Lázaro saliendo del sepulcro, la tempestad calmada…
 ¿Había  desaparecido la Esperanza? ¿Fue todo una pesadilla, una alucinación?
Volvimos al Cenáculo en silencio a la caída del sol. Detrás de nosotros llegó María. No le quedaban lágrimas. Estaba en paz y casi sonreía con ternura de madre. Me acerqué a Ella, la miré a los ojos, y el corazón me volvió a latir con fuerza: aquella mirada era la misma con la que Jesús me llamó un día junto al Mar de Galilea. Yo sabía  que el Maestro era el vivo retrato de su Madre, pero hasta entonces no había comprendido la verdad. Él volvía a llamarme como la primera vez y me mostraba el camino para encontrarle.
—No tengas miedo —me dijo—. Siempre estaré aquí, detrás de la mirada de mi Madre.
Esperanza nuestra.

14 comentarios:

Carmen dijo...

Gracias!

Anónimo dijo...

¡¡Gracias!!
Alejandra.

Isabel dijo...

"Dios mío .Dios mío por qué me has abandonado"le faltó esperanza como hombre?

Antuán dijo...

Siendo como es La Esperanza. Es la nuestra también. Me gusta mucho esta imagen: La Piedad. En este caso de la Virgen. Se dice que es compasión o misericordia de alguien que sufre o padece. Pero no es esto lo que vemos Ella. Su Madre refleja serenidad del cuerpo sin vida de Jesús sabe que esto no se queda aquí. Eso me decía mi cuñada al despedirnos hace dos días: Si realmente esperamos algo después... En el fondo esperamos. Allí deje hace años esta imagen donde pasó mi madre sus últimos días y espero que les sirva, ahora. A mi me parece que tiene un señorío. Me parece preciosa. Adiosle

Alejandra dijo...

Es el instante en que Jesús toma el peso de nuestros pecados y de alguna forma eso le hace sentir, como hombre, lejos de Dios. Pero ese acto tan generoso nos abre por su Amor las puertas del Cielo. Así lo entiendo yo. Seguro que alguien lo explica mucho mejor.
Alejandra.

Papathoma dijo...

Pienso que eligió como Hombre sentir la soledad radical -esa que nosotros podemos padecer- porque asumió todos nuestros dolores y sufrimientos, además de cargar con nuestros pecados.

Cordelia dijo...

Gracias

Unknown dijo...

La gloriosa muerte de Jesus... Luego de tres horas de agonia entrega su Espiritu a su Padre, con voz fuerte, potente; y da de nuevo un fuerte grito... de dolor, tal como indica San Mateo (Mt 27, 50) e inclinando la cabeza expira... Y luego de varios acontecimientos prodigiosos: el terremoto,la hendidura de rocas, la resurreccion de santos, etc. Jose de Arimatea procede al delicado descendimiento de la cruz, luego del que tendria, logicam. que haber colocado el cuerpo de Jesus en brazos de su Madre... Los instantes mas dolorosos y hermosos de un martirio, el de Jesus y Maria, que conmueve y trasciende el Universo redimiendonos, salvandonos y transfigurandonos al contemplar la obra tan maravillosa de un Dios que es amor.

Pablo dijo...

NO PUBLIQUE ESTE COMENTARIO.
Hay una falta de ortografía (creo)... "Un soldado blasfemo le grito (gritó)"

Enrique Monasterio dijo...

¿Y por qué no voy a publicar tu comentario? En efecto hay una falta de ortografía, y te agradezco que la señales, La corregiré mañana. Muchas gracias

Pablo dijo...

Porque tampoco me interesa el papel de corregidor. Soy el más joven y puede parecer un poco de "repipismo".

Adaldrida dijo...

Gracias gracias gracias

Amalia dijo...

Buena explicación Papathoma. Soy cero entendida, pero me atrevo a dejar este comentario porque durante muchos años, esta frase me trastocó bastante...

“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Jesús, a lo largo de su vida pública, hace referencia muchas veces al Antiguo Testamento, lo explica, lo contextualiza, lo completa con su persona, su existencia. Esa frase es del Salmo 21 (Antiguo Testamento) que dice así:
“Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere."
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel.”
Estoy segura de que habrá mucha más historia, tradición que pueden explicar estas preciosas líneas. Como he dicho me avergüenzo de no haber estudiado más pero he reflexionado y dado vueltas muchas veces a ese momento en la cruz. Creo que este sentir de abandono lo hace propio cada ser humano, incluso sin creer en Dios, a lo largo de todas las épocas, incluso personas que no han llegado a nacer o nunca han podido expresar nada, en la infinidad de Dios, todos tenemos ese grito encerrado en nosotros, por nuestra naturaleza. Mi conclusión coincide con la de Papathoma, Jesús se identifica hasta con eso por nosotros, siendo el mismo Dios, ¿cómo puede ser que sintiera el abandono, la espalda de Dios?... pues hasta eso... se bebió el cáliz de la pasión entero... pensando en ti y en mí cada instante. A cada uno nos dice, “sé perfectamente como te sientes, como eres, porque Yo soy contigo, estoy en ti y lo siento igual.
En realidad me encantaría saber su opinión D.Enrique. Abrazos

Carmen dijo...

¡Cuanto aprendo con los comentarios de cada uno! Gracias!