Acabo de recibir un libro: “Puntos suspensi…”, de Mario Quintana, poeta brasileño que ha encontrado en Enrique García-Máiquez el mejor editor posible y un traductor que no traiciona.
He abierto el sobre hace diez minutos y veo que, en la dedicatoria del libro, Enrique me invita a leer este poema:
Si fuese sacerdote, en mis sermones
no hablaría de Dios ni del pecado
—mucho menos del ángel condenado
ni del encanto de sus seducciones;
no citaría santos ni profetas,
ni tampoco sus místicas promesas
ni aquellas sus terribles maldiciones...
¡Si fuese sacerdote, a los poetas
citaría. Yo rezaría versos
—y algunos ojalá que fuesen míos—
con la emoción temblándome en la voz...!
Pues la poesía purifica el alma
y un buen poema, aunque de Dios se aparte,
un buen poema siempre acerca a Dios.
Seguro que disfrutaré con el poemario: una cita a ciegas con E.G-M nunca defrauda. Sin embargo, al leer este soneto he recordado algo que confesaré hoy por primera vez.
Hace mucho, mucho tiempo, escribí catorce sonetos. Estaban pluscuamperfectamente construidos, y uno de ellos se parecía algo —sólo en el fondo, por supuesto— al de Quintana. Tenía yo entonces 18 años y sufrí un fugaz encuentro con la poesía, del que sólo conservo el recuerdo de un premio en la Facultad y el bochorno que pasé leyendo en público el poema galardonado.
Por entonces no se me pasaba por la imaginación que acabaría siendo sacerdote, pero mi soneto premiado también hablaba de sermones, oraciones y versos. Y como andaba pensando en lo que Dios me pedía y en lo poco que yo quería darle, terminaba el poema lamentándome…,
...si no fuera de fuego tu mirada,
si bastara un poema para amarte…!
Gracias a Dios he olvidado el resto.
8 comentarios:
Me ha encantado la historia... cierto que la poesia siempre acerca a Dios
pd-no me creo que haya olvidado el resto...
Me lo apunto, me lo compraré y me lo leeré. Que una cita con EGM y con vd. nunca defrauda.
Impresionante! Impresionante! Impresionante!
Es verdad: ¿de veras lo ha olvidado?
a ver, d. enrique, asi en voz bajita... ahora que no nos oyen (jejeje) ¿de verdad la ha olvidado?
No contesta... y ya se sabe que quien calla otorga... ¡Apuesto a que sí se acuerda!
Si sospechas que alguien no te dice la verdad, no le hagas dos veces la misma pregunta. (H.Kloster)
Pues son dos versos muy buenos...
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