lunes, 12 de mayo de 2008

El Don de Sabiduría

Ni siquiera esta vez diré su nombre, porque aunque haya cumplido 8 años, también tiene derecho a su intimidad. Lo conocí el sábado pasado y me dijo que haría la Primera Comunión al día siguiente, es decir en Pentecostés. Pero tenía una duda:

―Es que me han dicho en el colegio que en la Comunión recibo a Jesús...

―Sí, así es.

―Pero hoy han dicho en Misa que mañana recibimos al Espíritu Santo también. ¿Voy a recibir a los dos?

―¿Tú sabes quién es el Espíritu Santo?

―Claro: es Dios.

Nos sentamos en un banco y seguimos charlando cinco o seis minutos. Le hablé de la presencia de la Santísima Trinidad en el alma, y él no sólo asentía, sino que hacía preguntas bien atinadas y razonables. Por ejemplo la última:

―Y si Dios es tan grande, ¿cómo cabe..?

―Por eso ―le respondí―, porque es muy grande y lo puede todo. ¿Me entiendes?

Lo pensó dos segundos, dijo que sí, que lo entendía. Me dio las gracias, se levantó y se fue corriendo con sus hermanos.


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Háblenos de la presencia de la Santísima Trinidad en el alma.

alejops dijo...

Qué majo. En mi parroquia hay un montón de niños de Comunión y son un poco más salvajes.
Una vez oí una frase muy bonita relacionada con este tema: Dios puede ser tan grande como para no caber en tu cabeza y tan pequeño como para caber en tu corazón.

Enrique Monasterio dijo...

Anónimo: yo hablaría de tantas cosas..., pero me falta tiempo, espacio y sabiduría.
De momento hago lo que puedo para mantener vivo el blog. No me pidáis mucho más

Luis y Mª Jesús dijo...

y lleva Vd. una buena marcha... pero el tema que le propone anonimo en estas fechas es muy propicio

Antonia Macaya Fonts dijo...

¡¡¡La sabiduría de los niños!!!

Yo que soy madre y catequista he de reconocer que cada vez me sorprenden mas esos pequeños. Será que tienen el corazón a flor de piel y dicen lo que piensan con palabras que entendemos todos. Gracias por compartir en este blog tan bello diálogo.

Anónimo dijo...

La sabiduría no es cosa de los estudiosos y de los intelectuales, sino de la gente sencilla, los viejos, los niños, que reconocen la verdad espontáneamente, cuando se le explica sin complicaciones. Todos los cristianos estamos llamados a ser perfectos y a ser sabios.

Anónimo dijo...

Quien pudiera volver a ser niño, o por lo menos a entender las cosas como ellos. Tan secillo que parecía, y al hacernos mayores se complica todo muchísimo! Aún recuerdo cuando atendí una clase suya titulada, Dios Uno y Trino. Así que algo debe saber del asunto. Ande, que nos hace mucho bien.

Anónimo dijo...

Los niños tienen un extraordinario sentido común.
La semana pasada, un niño de unos siete años, que anda todo el día cogiendo piedras y estudiando minerales al llegar a uan Ermita y ver a la Virgen comentó: "La deben querer mucho porque está llena de "gemas"".
De ellos se aprende una barbaridad, ¿porqué tendrán que hacerse mayores?

Luis y Mª Jesús dijo...

Que misterio encierra el búho que siendo Vd. un experto en pájaros, lo haya escogido como su foto identificativa en el blog y ahora lo escoja para hablar de la sabiduría ???

Enrique Monasterio dijo...

Los antiguos explicaban que el comienzo de la sabiduría es la admiración, esa capacidad de sorprendernos que mueve a la inteligencia a conocer más. Por eso vieron en el búho el símbolo de la sabiduría. Él con los ojos abiertos simboliza ese estupor del sabio, y también la humildad del que sabe que siempre está aprendiendo de las maravillas que contempla.
¿Te convence la respuesta, Luis?

Luis y Mª Jesús dijo...

a partir de hoy veré a los buhos de otra forma