sábado, 17 de enero de 2009

Me llamo barro...


Son las once de la noche. He hecho mi examen de conciencia y compruebo que estoy cansado, casi triste. Descubro, una vez más, que me hicieron de barro de botijo, como escribió San Josemaría, y que ese barro se rompe cada día en el fragor de la batalla. Deberé recomponerlo junto al Sagrario.

"Me llamo barro, aunque Miguel me llame". Así comenzaba un poema amargo de Miguel Hernández. Yo salgo del oratorio y me pregunto por qué, a pesar de todo, estoy contento.

Antes de acostarme,  leo siempre un poema, uno sólo. Hoy me da un vuelco el corazón al encontrar en "Pampaluna" estos dos versos de Rocío Arana:

"Ya sé que tú das forma a la alegría/ con vasijas de barro medio rotas..."


5 comentarios:

Anónimo dijo...

D. Enrique a veces el jarrón parece que no va a a guantar tantos arreglos, o por lo menos yo tengo esa sensación...

Anónimo dijo...

A mi me pasa como a usted D. Enrique,por la noche estoy cansada, a veces triste y otras no pero lo peor es cuando no estoy contenta .Me alegro de que usted esté contento eso es señal de que su barro es de buena calidad.

Anónimo dijo...

No sé cómo terminan los versos de Rocio....Pero la alegría para nosotros, los de barro - unos dias enteros, otros rotos, otros medio rotos y, a veces rotos del todo- viene de la filiación divina.

Anónimo dijo...

Alegría interior intento mantenerla pero el paro me lleva a la depre y a esa tristeza exterior que no es del todo buena. recen por mí. Maisa

Adaldrida dijo...

¡¡¡Pero bueno!!! Varios días sin entrar y me encuentro con esto...
Graaaaaaaacias.