jueves, 2 de julio de 2009

DIOS DIOS DIOS



Hace unos días el diario ABC traía a la portada una insólita noticia. No es corriente que los periódicos hablen en primera página de poetas y poemas; pero, en esta ocasión destacaba que se ha descubierto en Puerto Rico un poema inédito de Juan Ramón Jiménez que estaba destinado a concluir su "Dios deseado y deseante". Al leerlo pensé copiarlo y comentarlo en el blog, pero me acordé enseguida de que tengo un amigo poeta. Y esperé: estaba seguro de que Enrique García-Máiquez diría algo. Esto es lo que escribió en el Diario de Sevilla.



"El domingo pasado fue el mundo al revés. Las portadas de los periódicos, contra lo acostumbrado, me consolaban de mi intimidad, que ha sido siempre mi cumplido consuelo. En la del Diario de Cádiz se recogía que los andaluces rechazan la nueva ley del aborto. ¿Será posible que los políticos aprueben una ley que el pueblo soberano repudia? La pregunta es retórica: es posible, pero la responsabilidad ya no cae en una mayoría silenciosa y, por tanto, aquiescente, sino en unos políticos empeñados no se sabe por qué demonios.

La segunda portada del domingo fue la del ABC. En ella, una foto de Juan Ramón Jiménez. Se ha encontrado en Puerto Rico un poema manuscrito suyo. Que los poetas salten a la primera plana de los periódicos, y no por un premio o una defunción, sino por un poema, oh, es una noticia excelente.

Como contra el aborto he hablado mucho, y hablaré más y como la poesía son palabras para cuando no hay palabras, centrémonos hoy en el poema. Según Rosa Bejarano y Joaquín Llansó, autores del hallazgo y de la edición crítica de Dios deseado y deseante, estaba destinado a cerrar la obra de JRJ.

Dice así: “Partimos de Dios/ en busca de Dios,/ sin saber qué buscamos.// El dios con minúscula,/ el dios bajo cielo,/ el cielo que es mar,/ sobre aire que es cielo,/ ¡entre aire y marcielo,/ y que es pleamar, y que es pleacielo!// El dios deseante,/ el dios deseado,/ —¡el dios deseado y deseante!—/ me trae este Dios,/ un dios Dios tan DIOS/ ¡un dios: DIOS, DIOS, DIOS!/ … que al cabo de todos los cabos,/ que al borde de todos los bordes/ un día encontramos.// Cada vez más suelto, y más desasido;/ cada vez más libre, más ¡y más! ¡y más!/ a una libertad de puertas de Dios./ Y entonces una puerta se abre… y ¡más libertad!// Estoy pasando la cuerda,/ la cuerda que Tú me has tendido,/ Dios mío, mi dios, ¡Dios mío!/ ¡Dios mío, no soples, Dios!// Siento la inminencia del dios Dios,/ del Dios con mayúscula,/ —el que nos enseñaron cuando niños/ y no aprendimos—./ ¡Dios se me cierne en apretura de aire!// Se me está viniendo Dios/ en inminencia de alma!/ ¡Se me está acercando Dios/ en inminencia de amor!/ ¡Se me está llegando Dios/ en inminencia de Dios!”

Me encantaría comentar el poema, pero no hace falta. Incluso con sus balbuceos místicos, es cristalino. Al poeta, que tanto había hablado de dios, hasta la mayúscula inicial se le queda pequeña y pone todo el nombre de Dios, de la D a la S, en letras capitales, y trino. Juan Ramón hizo el camino de la inmanencia a la inminencia de Dios y además volvió —sueño de todo poeta— a su niñez, al Dios que entonces le enseñaron. Buena manera (redonda, perfecta) de cerrar una obra y una vida."

Enrique García-Máiquez
Diario de Sevilla

12 comentarios:

Altea dijo...

Jo. Cuidao que me gusta poco la poesía. Pero ésta...

Guerrera de la LUZ dijo...

Precioso. Grande.

Isa dijo...

Qué obra de arte, don Enrique.

Anónimo dijo...

El hombre tiene sed de eternidad. Buscarlo, Encontrarlo y Amarlo. Partimos de Él y volvemos a Él. AC

Gerardo dijo...

Hablar de Dios ya es poesía!

Que grandeza!

yomisma dijo...

Lo bueno de tener poetas y poesía es que a veces podemos pedir prestadas las palabras que tenemos dentro pero no sabemos poner en orden. Quién tuviera el talento del sonetero para expresar el acercamiento a Dios, y a las criaturas, y a lo creado....Y aún así, sin tenerlo lo vivimos con los poetas.
Altea, necesitas un curso de poesía y arte para ver que es lo más alto en el espíritu humano, lo que nos hace más que humanos.

Adaldrida dijo...

Yo he colgado el poema en la columna de la derecha de mi blog, la permanente... ¡qué alegría me dio la noticia!

Verónica dijo...

Me parece un pedazo de poema, y me da mucha alegría pensar que Juan Ramón encontrara, al fin, al Dios deeseado y deseante, y que pasara a designarlo -significativamente- de la minúscula a la mayúscula: el trecho que va la inmanencia a la trascendencia. Al fin, el genio volvió a su tierna infancia: se cerró el círculo.

GAZTELU dijo...

Que obra de arte como dice Isa!!!!
Sale de las entrañas...
Gracias por esta joya

nico dijo...

Juan Ramón Jiménez es para mí el poeta más grande que jamás ha habido. Incluso su cuidada prosa era pura lírica.
Una vez un cura y antiguo compañero de piso de ud. nos dijo que para entrar en el Cielo había que ser o Santo o niño o poeta.
No sé si para darle la razón a su amigo, o porque partimos de Dios y a Dios buscamos, le fue concedido a JRJ ver abiertas en vida las puertas de la Nueva Ciudad. Y nadie como él para describírnoslo. ¡Pleahermoso!

Enrique Monasterio dijo...

Nico...; no sé. Ojalá bastara con ser poeta.

nico dijo...

No me desanime, que de Santo no tengo nada, y cada día soy un poco menos niño, lo otro era mi única baza.