viernes, 3 de julio de 2009

Descansar


—Procure descansar, don Enrique.

Eso me dicen. Y, a continuación, me organizan el verano para que no me tome muy en serio esos buenos deseos.

Sin embargo creo que es posible compatibilizarlo todo. En el fondo no es tan difícil trabajar un poco y descansar de lo que realmente cansa. Yo, al menos, espero descansar

—del Ayuntamiento, de sus zanjas, y del estrépito de los martillos neumáticos que ya han trepanado bastante mis urbanos tímpanos.

—De las broncas radiofónicas y televisivas. Por favor, señores con­tertulios, tómense unas largas y reparadoras vacaciones; olvídense de interrumpirse los unos a los otros con el ingenio que les caracteriza; renuncien por unos meses a agitar las madrugadas de los automovilistas solitarios. En todo caso, aunque sigan ahí, conmigo no cuenten: yo descanso.

—De los democráticos insultos que se propinan los políticos; de las invecti­vas contra los árbitros, contra el gobierno o contra la oposición; contra los futbolistas del equipo contrario o del propio. Si alguna vez he insultado a alguien, aunque sea en voz baja, hago ahora el propósito de no volverlo a hacer. Más que nada porque cansa una barbaridad.

—De las disputas sobre meras palabras. Ya se lo dijo San Pablo a Ti­moteo: “no sirven para nada, y son catastróficas para los oyentes”.

—De la revistas y de los programas del corazón y otras vísceras. Es cierto que en verano suelen estar más activos que nunca y hacen su agosto en agosto explotando la estupidez estival. Pero hay que defenderse: si es nece­sario, tiremos la tele al mar para descansar un poco. Puede ser un buen pretexto el apagón analógico que nos anuncian.

—De los atascos y del tráfico; del lenguaje de los bocinazos que ponen incandescente mi vieja y entrañable úlcera de duodeno.

—Pero, sobre todo, procuraré descansar de lo que más agota: de la soberbia, la envidia, la codicia, la lujuria…, es decir, de los siete pecados capitales y de la reata de pecados provinciales que uno, por desgracia, va acumulando con los años. El ego­ísmo, que los resume todos, puede fatigar hasta la extenuación.

Gracias a Dios, el remedio está al alcance de cualquier fortuna: el Sacramento de la Penitencia. Una confesión personal, sincera, serena y profunda, puede ser tan sa­ludable como el primer baño del verano. No hay mejor forma de ponerse a tono, de preparar el alma para descubrir que lo que realmente descansa no es la huida del tra­bajo, ni las caravanas hacia la costa, ni el tostadero de la playa, ni las siestas eternas, sino el cariño de la familia, el encuentro con los amigos, el diálogo con Dios y la ge­nerosidad con todos.

Jesús nos lo explicó muy bien en el Evangelio: “venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo sobre vosotros, y encontraréis descanso para vuestras almas”.

¿Y vosotros?, ¿de qué pensáis descansar?





11 comentarios:

Orisson dijo...

Mi descanso me temo que va a esperar un poquito. Al menos el vacacional. Pero sí le digo que tomo prestada la idea de tirar la tele no al mar sino por la ventana, recuperando la hermosa costumbre medieval del grito ¡agua va!

¡Tele va! Y reventarla contra el suelo. Y pagar la correspondiente multa por arrojar excrementos a la vía pública, of course, y con gusto.

Un saludo

GAZTELU dijo...

Pues yo tenia un poco la misma idea que usted,descansar del ayuntamiento y sus obras,de la tv y broncas hace 2 meses que desconecte.
De las obras de mi parroquia y de la gente que no apoya a la iglesia difamando a sus curas con demagogias baratas,de mis vecinos,de los hijos de mis vecinos...
Descansare de mi gran amigo que es mi coche pero que me recuerda a todas horas mi oficio de chofer.
Descansare de la vieja Gaztelu para poder pensar mis nuevos propositos para el curso que viene porque hay mucho trabajo D.Enrique.
Mi maximo descanso sera poder rezar un Rosario como Dios manda y dejar que Dios nuestro Señor borre de mi todo lo que no quiera y dejarle que escriba cosas nuevas.
Todo ello aderezado con llevar una casa de 19 personas.
Usted cree que podre descansar?
GRACIAS

Isa dijo...

Don Enrique, me ha encantado su reflexión, nunca había pensado así del sacramento de la Penitencia...¡y mira que descansa!
Yo, cuando me vaya de vacaciones, descansaré haciendo otras muchas cosas: más tiempo con mi familia, la tele como siempre:la justa, sólo pelis alquiladas y alguna serie americana, y encontrándome con amigas que hace años no veo...está bien, ¿no?

Anónimo dijo...

Descansar lleva su tiempo...por lo menos a mí.
Sobre todo refrescar la cabeza de discusiones, impaciencias, prisas, malentendidos...
Si eso lo aderezamos con gente que nos quiere, gente a la que queremos...y muchos ratos con el que más nos quiere...¡la cosa está hecha!
Buen verano y que descanse.

Anónimo dijo...

Gaztelu, si piensas que estas vencida lo estarás; si piensas que no puedes, no podrás. El éxito comienza con la voluntad. Piensa en grande y tus hechos crecerán. Ten fe y confianza en que lo conseguirás. Animo amiga, lo tienes a la vuelta de la esquina... sigue las "pistas" de D. Enrique... AC

Historias del Metro dijo...

De lo que más me gustaría descansar es de las prisas, del hacerlo todo al final (este verano va a ser productivo -me voy a sacar el carnet de conducir!-), de comer de pie en la cocina del trabajo para coger el autobús corriendo, y del mal humor que me acompaña de un mes a esta parte... ¿lo conseguiré?
De lo que no pienso descansar es de los besos y achuchones a mi niña, de mi marido, de mis padres y de mis amigos. Del mar no me pienso separar, ni de una sidrina cada poco, ni de los patos del parque Isabel La Católica...

Anónimo dijo...

D.Enrique, que descanses como un buen bebé.

chon dijo...

Yo voy a descansar del trabajo en la oficina: me voy a olvidar de lo que pase en la Bolsa, de los beneficios de las empresas y de los problemas de los bancos, de si bajan los tipos y si suben los spreads de crédito.

Me voy a dedicar más intensamente a lo importante: mi marido, mis hijos y El de arriba.

Yuria dijo...

Aaaaaaahhhhhh, D. Enrique. Esto va cada vez mejor. Por favor, atrape esta inspiración de hoy, que leyéndole ayuda a descansar de verdad.

Un abrazo, que se lo ha ganado, y es un abrazo sin pizca de lujuria.

yomisma dijo...

Yo quiero descansar de mí misma. De mi obsesión porque todo salga bien, de mandar y remandar recoger esto y aquello, de querer que en el coche haya silencio, de intentar evitar ruido por juegos....Nos vamos haciendo viejos, y el egoísmo se va apoderando.
Lo de la confesión va a ser buena idea. Dónde la meto!!!

Reuben dijo...

Cada uno tiene su manera. Yo descanso haciendo cosas sin parar. No hacer nada me deja extenuado.

Felices vacaciones, Don Enrique.