Abrí la ventana de par en par. Mi vecino más cercano era el viejo Serantes, el monte de mi infancia, engalanado por las luces del puerto que se fundían con los últimos harapos rojizos de la puesta del sol. Las sirenas de los barcos sonaban como una música lejana, adormecedora y llena de recuerdos.
Sólo tardé unos segundos en conciliar el sueño.
Me desperté bruscamente. El silbo criminal de un mosquito rondaba mi oreja derecha. Me abofeteé con energía pero fue inútil: a los pocos segundos regresaba el siseo amenazador siempre en la misma oreja.
No me vengáis ahora con historias: ya sé que hay unos aparatos maravillosos que se enchufan en la pared y espantan a los invasores, pero yo no tenía a mano ninguno y no estaba dispuesto a cerrar la ventana y contaminar la atmósfera de la habitación con la pestilente fragancia del insecticida aromatizado.
El mosquito me dijo al oído:
—Si quieres oír el canto de las sirenas y gozar de la brisa del Cantábrico, tendrás que soportarme toda la noche. Te silbaré en la oreja y de pronto callaré para que creas que me he posado y que te estoy chupando la sangre. Si enciendes la luz será peor: llamaré a mis hermanos para que participen en el banquete. Más vale que me soportes un poco.
—¿Cómo te llamas, amigo?
—Mi nombre es Kloster y estoy aquí para recordarte que en este mundo todo es bueno pero nada es perfecto. Cuando crees encontrar el paraíso, aparezco yo para que comprendas que aún no has llegado a la meta. Te contaré un secreto: cuando Dios expulsó del Edén a vuestros primeros padres, en realidad creó una plaga de mosquitos para que salieran huyendo.
Fingí que dormía para engañar a mi agresor. Encendí la luz, y allí estaba, clavado en la pared. Le di un toallazo enérgico y falleció instantáneamente. Descanse en paz.
Me dormí considerando que en el Cielo no hay mosquitos.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
martes, 21 de julio de 2009
El mosquito
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10 comentarios:
¿seguro que no?
Espero que no haya mosquitos, cierto...
Esos animaluchos asquerosos son desesperantes, no sólo se conforman con picarte y que a media noche te despiertes con picor por todo el cuerpo, sino que te atormentan con el pitidico ése insoportable...
Los aparatillos esos de la pastilla a los mosquitos de mi cuarto no les hacen ningún efecto, ni insecticidas ni casi nada...sólo el ventilador que tengo en el techo moviéndose sin parar...¡y encima me quita el calor con el maravilloso movimoento de sus aspas! se lo recomiendo don Enrique...
Qué casualidad, anoche Jaime se comió todo el filete de lomo (puré de patata incluído, que lo odia), porque le dije que había un mosquito que se quería comer su comida. El mosquito era real, pero sus intereses culinarias eran otros.
¿Hay que llegar al cielo para que no te piquen los mosquitos?
Pues solo por eso vale la pena...un motivo más.Gracias
Pues menos mal que en el Cielo no hay mosquitos!!!...sería insoportable oir su zumbido in aeternum...no cree??.
Tiene muchas posibilidades:
1) Comprar un aparatito que se enchufa.
2) Cerrar la ventana cuando tenga luz y desinfectar con insecticida..luego abrir ventana.
3) No abrir la ventana bajo ningún concepto.
4) Instalar una mosquitera en la cama.
5) Ponerse las pinturas de guerra, armarse con las zapatillas que pueda y aniquilarlos!
It is up to you!.
Animo!
Pobre mosquito. Es una criatura de Dios. ¿Por qué matarlo?
Es que su tierra está plagada de mosquitos.
Mosquitos criaturas de Dios?! No chon, mosquitos criaturas del diablo!
Cuenta un misdrás que David se preguntaba porqué habría creado Dios a los mosquitos si no tenían ninguna utilidad. Tiempo después cuando estaba perseguido por el rey Saul se acercó a robarle su lanza y en ese momento Saul se giró en el suelo y atrapó la capa de David con su cuerpo. David no sabía como salir del apuro sin despertar a Saul y poner su vida en peligro. Justo en ese instante se acerco un mosquito a la oreja de Saul; este se volvió en sueños para espantar al mosquito y David quedó libre. David elevó una oración de gracias a Dios porque había creado al mosquito.(Hay otras versiones, a mí me gusta ésta).
Don Enrique, un amigo mío dice que el mosquito es el animal más rápido de la creación porque es más rápido que la luz: tú lo oyes con la luz apagada, y cuando enciendes la luz, ¡¡ya ha desaparecido!!
Yo, el año pasado, escribí una canción titulada "Es mi rol" sobre un tema parecido (es que si le digo de qué va, pierde la gracia). A ver si puedo mandársela...
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