Estaba muy enfadado y comenzó a contarme el porqué.
Hablaba casi a gritos e insultaba a todos, amigos y enemigos. No me atreví a interrumpirle; pero me confirmé en la idea de que, para conocer a alguien, no es necesario saber lo que opina la gente sobre él; basta con saber lo que opina él de la gente.
11 comentarios:
QUE GRANDIISMA VERDAD...
Y NO LO HABIA PENSADO NUNCA!
GRACIASSS!
¿Algún amigo? menos mal que recurren a usted y no a otros...
A buen conocedor, pocas palabras bastan, ¿no es eso?
Un saludo.
Un buen amigo mio comentaba que despues de escuchar a alguien hablar, parecía que tenia gran razón en su exposición sino fuese porque solo se habia dedicado a acusar a unos y otros.Terminó diciendole: "no puedes tener razón porque hay uno que acusa y ese es Satanás; otro es el que defiende, es el Espiritu Santo". Conclusión: Te falta amar y así no se puede ser cristiano.
Buenísimo el comentario. Como dirían en ingles: "short and sweet". Es un placer leer su blog.
Nunca lo había pensado así!
Y es una gran verdad....que cantidad de críticas hacemos gratuitas. Eso se revierte en nosotros y demuestra que no estamos siguiendo el rumbo adecuado....Un saludo
Pobrecillo...a lo mejor necesitaba desahogarse con un amigo.
Esas bombas si caen en buen lugar... se suelen quedar en nada.
Seguro que le agradece la confianza...seguro.
Bendecir: decir bien de los demás.
Por desgracia el deporte de moda es el cotilleo, la gente, hasta los que se supone que jamás deberían hacerlo, se pasa la vida hablando mal (maldiciendo) a los demás. Es muy penoso. Y exactamente, cuando hablamos de los demás nos estamos definiendo.
Saludos.
Gran comemtario,"probablemente" de los mejores que le he leido ultimamente.
Me ayudo mucho en varios puntos de vida interior.
GRACIAS
Completamente de acuerdo!. Siempre se ha dicho que "de la abundancia del corazón habla la boca".
Por favor, rece mucho por mi.
Gracias padre Enrique, por que nos hace ver con mucha sencillez, lo magnifico de la vida, y nos pone a reflexionar para que si andamos por mal camino, sepamos rectificar.
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