viernes, 30 de septiembre de 2011

Diario de otoño


Es cierto que se acortan los días. Cuando salgo de casa por la mañana aún es de noche, y cuando regreso ya se han encendido las estrellas. Hoy no. Hay una bruma seca en el cielo que se me agarra a la garganta y me acartona los labios. Para colmo, tampoco hay luna.
Parece que la luna llena excita a determinadas personas hasta convertirlos en lobos. Yo en cambio necesito la luna para sentirme en paz.
Mañana empezará a despuntar la luna nueva. En Madrid casi nadie se da cuenta de estas cosas. Si miramos demasiado al cielo corremos el riesgo de que nos arrolle el tráfico.
Son las siete y veinte de la mañana. ¿Qué hace ahí esa niña? ¿Por qué llora? Esta sentada en la acera, junto al bar y apenas tiene 4 ó 5 años. Le digo “hola” y me contesta con otro “hola” empapado en lágrimas.
Si tuviera tiempo me detendría a charlar con ella, pero debo llegar al parking y salir pitando. A las ocho menos cuarto celebraré la primera misa del día y encomendaré a un vecino de 18 años que ha muerto en un accidente de coche. Luego, clase con 1º D y E. Bajaremos “de excursión” a la capilla para explicarles que el Señor está presente en el Sagrario, cómo se hace la genuflexión, para qué sirven los confesonarios y porqué no se puede gritar en el oratorio. Después, la segunda misa, que he prometido ofrecer por el padre de una alumna que falleció hace poco. La chica lo recordaba emocionada ayer mismo.
A las doce, cita con Luis (pongamos que se llama así), que tiene mucho interés en explicarme por qué es “medio ateo” y no le interesa nada “ese rollo de la confirmación”. Parece simpático el chaval.
Para terminar, más charlas, más entrevistas. ¡Qué gozada!

7 comentarios:

Almudena dijo...

Me encanta lo de la excursión y las explicaciones. Habitualmente, cuando escucho a la gente hablar de misas, confesiones "y otros ritos" pienso que si alguien les hubiera explicado esas cosas tan sencillas en algún momento, no pensarían cosas tan raras sobre la iglesia ni tendrían esa idea tan desagradable de un dios que pasa lista y te castiga a la mínima

Relicary dijo...

Menudo trajín diario lleva entonces. Son esas cosas las que deben conocer muchas personas de los sacerdotes, que no se dedican solamente a dar misa a cuatro señoras de luto.

Aunque me quedo pensando en esa niña, ¿estaría bien? ¿Necesitaría ayuda? Me he quedado con ese detalle...

PD: Aquí en el levante, cuando hay luna llena, esto se llena de lunáticos.

Vila dijo...

Veo que ha empezado a todo ritmo y que además se lo pasa genial en el cole.

Se nota que "su oficio" le gusta.

Cuídese y no se vaya a coger un constipado ahora, que luego duran todo el otoño y usted es experto en gripazos.

Cordelia dijo...

Me pasa como a Relicary, me he quedado un poco preocupada por esa niñita. Será deformación profesional.

Antuán dijo...

Esto más que un diario parece una apretada agenda del dia a dia para que luego digan que los curas deberian trabajar -eso lo he oido- y tamnien que si un curita se dedica de lleno a su servicio de almas no solo no le sobrara tiempo, talvez le falte. En los tiempos que corren muchos tienen varios pueblos a su cargo y a veces no pueden ni decir Misa los domingos y tienen que sortear casi y hay Misa cuando suena la campana las personas que quieren ir aunque sea cuatro viejitas se apresuran porque saben lo que Vale una Misa. Adiosle-pido muchos sacerdtes.

Inés dijo...

Tengo yo en casa uno de esos chavales q frecuenta usted.Será por eso q envidio su sentido del humor con ellos...está claro q ese es el camino...lo intentaré.

GAZTELU dijo...

Caray, para ser viernes no está nada mal. le deseo un feliz descanso el fin de semana.

GRACIAS