Regreso
a Molino después de unas horas de parloteo en Madrid, y de nuevo el silencio.
Pero
no todo es silencio. Las aves recién llegadas del Sur tratan de a despertar a esta
primavera que parece dormida. El autillo ha comenzado ya su silbido nocturno y
así seguirá durante los próximos meses.
Salgo
de la casa.
―Buenas noches, autillo, ¿donde estás?
―Piii
―No
te engañes, amigo, me dice el ángel del jardín. No es posible hablar con los
pájaros. Puedes ponerles nombre como hizo Adán, tratar de localizarlos con los
prismáticos y sentir la ilusión de que te escuchan; pero ellos son solo un
adorno. Tu interlocutor es el Señor y nadie más.
―Y
yo..., ¿soy también un adorno para Dios?
El
ángel se ríe.
―Como
adorno vales menos que un gorrión. Pero Dios necesita ahora de tu compañía.
10 comentarios:
No hay mejor aspiración.
De un extracto de San Agustín: "porque para quien tiene oídos, todas estas cosas dicen “no nos hicimos nosotros, sino que nos hizo El, que permanece para siempre.” (cf Sal 99,3-5)
Que bonito, don Enrique, la creación al servicio del Creador.
Mre q hace días pensaba el blog esta un poco dormido.y Cdo lo he leído hoy me he despertado de golpe:q bonito. hacer compañía a Dios
Pues con lo feo que soy yo.....lo mio fue un experimento, jajaja
Antonio, te digo con la canción de La Bella y la Bestia, que desgraciadamente veo a menudo, la belleza esta en el interior. "Además que sí"
Muy bello. Dios me acompaña... y le hablo porque sé que me escucha.
ay q gracioso Antonio!!!! si fuera por eso, la mayoría estaríamos eliminados, pero y la simpatía, la chispa, el buen humor .la gracia........eso tbien cuenta vamos digo yo
Yo también necesito de su Compañia y la de mi ángel, me encanta ese nombre tengo un primo que se llama Ángel es una suerte tenerlo de nombre y de acompañante. Adiosle
Ese buho tiene cara de no hablar ni para decir FUEGOOO
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