La inteligente madre superiora de Tipperary está a punto de morir. Las monjas rodean su cama procurando que esté confortable. Le ofrecen un vaso de leche pero no lo acepta. Una de las monjas se lleva el vaso a la cocina y recuerda que hay una botella de whiskey irlandés que les regalaron en Navidades. La abre y pone una cantidad generosa en el vaso de leche. Vuelve junto a la madre superiora y se lo acerca a los labios. La madre Bebe un sorbito, y luego otro y, casi sin que se den cuenta, se bebe todo el vaso.―Madre ―le dicen las monjas― ¿Cuál es su última voluntad?Levantan un poco sobre las almohadas a la madre superiora, quien con los ojos elevados al cielo contesta en un suspiro.―Que no vendan esa vaca.
* El chiste me lo envía Fernando Acaso desde Pamplona
6 comentarios:
Jajaja
Muy bueno. lo sabía pero cada vez que me animan a contar chistes a veces me los tienen que recordar, luego cojo carrerilla y por series voy contando. Adiosle
Mejor está el scoch...
Juan Antonio
buenísimo. Viví en el condado de Tipperary tres veranos, y sí, estoy con la madre superiora, reconozco que el whisky es bueno (una que tuvo 15 años locos).
Historias del Metro
Si la madre superiora era inteligente, no lo era menos la monjita que le puso el "aditivo" en la leche y se lo hizo probar.
Que bonito vivir rodeada de gente tan optimista!!!
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