lunes, 21 de marzo de 2011

Tsunami poético



Hoy se “celebra” el Día Mundial de la Poesía. No soy capaz de imaginar un evento menos poético.
Leo que en la Biblioteca Nacional se “celebrará” un maratón poético, o sea un tsunami lírico, una catástrofe. Locutores de toda condición leerán poemas sin parar hasta la nausea. Terminado el maratón, los oyentes quedarán vacunados para siempre contra la poesía.
No se puede devorar el caviar a cucharadas.

11 comentarios:

Vila dijo...

Ya veo que su corazón de poeta sufre. Yo como soy un poco mas bruta (solo un poco eh...) pues no lo veo tan mal.

Usted siga con su poesía diaria antes de acostarse y le deseo que la saboree a su gusto.

Feliz lunes a todoa

Romano dijo...

Dar el caviar a cucharadas produce rechazo, pero además demuestra que estamos desorientados. ¿A quien se le ha ocurrido tal cosa? ¿qué se pretende?
Esta sociedad está cada día más perdida, parecemos un grupo de ciegos extraviados guiados por una cabra...
Fecha para recordar: El viernes 25 se entregó el telegrama más importante de la historia de la Humanidad. ¡Gracias, San Gabriel!

Relicary dijo...

Si una sobredosis de poesía puede hacer que acabemos empachados (mi hermano no como tartas por un caso análogo), al menos podemos darle un pequeño homenaje para no olvidarnos del género que solamente nos recuerdan cuando algún autor pasa a mejor vida.

Y no puedo menos que citar una de mis favoritas:

Como cuna de nácar
que empuja al mar y que acaricia el céfiro,
tal vez allí dormía
al soplo de sus labios entreabiertos.

Cordelia dijo...

Pues en las películas siempre se ve a los ricachos comiéndose el caviar a cucharadas.
A mí, como no me gusta (gracias a Dios, porque nosotros los pobres...), ni a cucharadas ni granito a granito, lo mismo me da.
Y tengo que confesar que la poesía, salvo cuatro o cinco cositas, me gusta lo que el caviar.

yomisma dijo...

No es verdad ángel de amor
Que en esta apartada orilla
Se están friendo morcillas
Y hasta aquí llega el olor?

Carlos García dijo...

Qué le parece si organiza algo más modesto, pero más exquisito. Bastaría con un texto de su amigo Antonio, o mejor, algo original del propio Kloster.

Así, su vena poética quedaría satisfecha y sus seguidores disfrutaríamos de la jornada festiva

E. G-Máiquez dijo...

Amén.

Antuán dijo...

Podría aportar más de una. Versos sueltos: "el poeta moja diectamnete del tintero de su coazón..." no necesita rima pues el que la descubre, la estima.
Y una de umn tirón del 2003 no es un reserva pero va bie: "El porque de una vela/ que alumbra mi existencia/ sabiendo que me amas// ¡que se haga la luz del día!/Es mi deseo el de corresponder/ aun reproche merecido/Que cuando pienso en ti/ lejos estoy y ¿adonde voy?/ Si sabiendo cual es mi dirección/¿por qué no me dirijo a ella con firmeza?/ Quisiera saber porque y tanto me entretengo en el camino/ No quiero perderme en entretelas/ y quiero encontrarte de buenas a primeras."
Acabo de llegar y a tiempo para tener algo que aportar. Adiosle

Anónimo dijo...

Ojalá que este tsunami poético mueva y conmueva el corazón de todos. AC

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Seguro que una sobredosis como esta resulta interesante para los adictos a la poesia...pero para los no iniciados resulta mortal.

Anónimo dijo...

Yo he asistido al maratón en la BN. Cada poeta leía durante un máximo de 4 minutos; las lecturas en total duraron cosa de dos horas. Yo no tuve sensación de sobredosis, aunque eso va en gustos. No todo, ciertamente, tenía la misma altura; pero hubo varias cosas que valieron la pena.
A modo de celebración o desagravio, y dado que la tendencia es siempre o casi siempre a recordar poemas desde Bécquer para acá -o sea, de nuestra tradición moderna-, copio, aprovechando que estos días lo estoy releyendo, esta conocidísima joya del romancero:


¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la ejarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por tu vida, el marinero,
digasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.